105.De vuelta al matadero. M[1/10]

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Todo era extraño. Fingi que no sabía que te amaba por tanto tiempo que no me di cuenta cuando ya no pude soportarlo.

Dos gnomos estaban parados ante las puertas internas, que estaban hechas de plata y que tenían grabada la poética advertencia de un terrible castigo para potenciales ladrones.


Sentí un escalofrío, pero no podíamos ser ladrones por robar algo robado.

En segundos estuvimos parados en el extenso vestíbulo de mármol del banco.

El largo mostrador estaba atendido por gnomos sentados en altos taburetes atendiendo a los primeros clientes del día. Hermione, Ron y Travers se dirigieron hacia un viejo gnomo que estaba examinando una gruesa moneda de oro con una lente.

Hermione dejo que Travers se adelantara bajo el pretexto de estar explicando las características del vestíbulo a Ron.

El gnomo dejo la moneda que estaba sosteniendo a un lado, diciéndole a nadie en particular,

-Leprechaun.

después saludo a Travers, que le pasó una pequeña llave dorada, que fue examinada y devuelta a él.

Hermione dio un paso adelante.

-¡Madame Lestrange! -dijo el gnomo, evidentemente asustado-. ¡Vaya! ¿Cómo... como puedo ayudarla?

-Quisiera entrar a mi bóveda, -dijo Hermione.

El viejo gnomo pareció retroceder un poco. Harry echo un vistazo alrededor al igual que yo.

No solamente Travers estaba expectante, mirando, sino que otros tantos gnomos habían levantado la mirada de sus labores para quedarse mirando hacia Hermione.

-¿Tiene una... identificación? -pregunto el gnomo.

-¿Identificación? ¡N... nunca me habían pedido identificación antes! -dijo Hermione.

-¡Lo saben, -susurro Griphook al oído de Harry-, deben haber sido advertidos de que podría haber un impostor!

-Con su varita será suficiente, madam, -dijo el gnomo. Extendió una mano levemente temblorosa, con un terrible estallido de entendimiento supe que los gnomos de Gringotts estaban al tanto de que la varita de Bellatrix había sido robada.

-¡Hazlo ahora, hazlo ahora, -susurro Griphook al oído de Harry-, la maldición Imperius!

Harry alzo la varita de espino debajo de la capa, señalando hacia el viejo gnomo, y susurrando, tal vez por primera vez en su vida, -¡Imperio!

El gnomo tomo la varita de Bellatrix, la examino detenidamente, y entonces dijo,

-¡Ah, usted tiene una varita nueva, Madam Lestrange!

-¿Qué? -Dijo Hermione-. No, no, esa es mía...

-¿Una nueva varita? -dijo Travers, acercándose al mostrador nuevamente; los gnomos de alrededor seguían observándolos-. Pero ¿Cómo lo conseguiste, que fabricante de varitas utilizaste?

Harry actuó sin pensar. Apuntando su varita a Travers, murmuro,

-¡Imperio! -una vez más.

-Oh si, ya veo, -dijo Travers, mirando hacia la varita de Bellatrix-, si, muy hermosa, y ¿esta trabajando bien? Siempre he creído que las varitas requieren un pequeño ablande, ¿no crees?

Hermione parecía completamente desconcertada, pero para el enorme alivio de todos acepto el extraño giro de los acontecimientos sin ningún comentario.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora