Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]

91.Se sentia como morir.

Todo el tiempo estaba pensando en el peor de los casos. Créeme, esta situación nunca estuvo en la lista.

Solo estaba deseando que volviera el tiempo en el que éramos felices.

Mientras los chicos eran escoltados se escuchaban forcejeos y malos tratos.

—¡HERMIONE! ¡__________!— grito Ron— ¡HERMIONE!, ¡HERMIONE, HERMIONE!

Los gritos de Ron pronto se escucharon como ecos lejanos y la cerradura de una  reja me dijo que ya habían sido encarcelados.

Bellatrix comenzó a reír desmesuradamente mientras aún sostenía mi cara, entonces la soltó.

—¡Cuanta confianza les has dado Draco!, mira lo que conseguiste, ahora cree que puede ordenarme.

Cada movimiento que hacía era impredecible, se acercó a Hermione y empuñó su navaja, temía completamente por la vida de mi amiga, se subió sobre ella y entonces aprisionó su brazo con su pierna, Hermione gimio de incomodidad y desvió la cara para no verla a los ojos.

—¡Esto es lo que consigues por tener la sangre sucia!— estoy segura de que grito tan fuerte que aturdió a Hermione, pues ella solo apretó los labios.— te lo voy a preguntar una sola vez, ¿de donde sacaron la espada?.

Siempre, toda mi vida había admirado a Hermione por su inteligencia, sin darme cuenta de que dentro de ella, también había inmensa valentía.

Ella no dijo nada y solo vi una lagrima derramarse. Me puse de rodillas aún con Draco detrás de mí y me levanté lentamente.

—¡Voy a preguntártelo de nuevo! ¿De donde ha salido esta espada? ¿De donde?

—La encontramos... la encontramos... ¡POR FAVOR!.

Sentía a Hermione temblar mientras mis piernas no podían hacer más que quedarse quietas.

Y entonces Bellatrix se dirigió con su navaja al brazo de Hermione y le realizó un corte.

—Estás mintiendo, asquerosa sangresucia, y lo sé! ¡Has estado dentro de mi cámara de Gringotts! ¡Dime la verdad!

—¡DÉJALA!.

Sentía tanto fuego dentro de mí y me abalancé hacia ella, Bellatrix no había parecido darse cuenta entre los gritos de Hermione, pero Draco tomó mi mano y me detuvo atrayéndome hacia el.

—Ya pasará— me susurró. Tal vez el quería parecer tranquilo, pero su voz quebrada no me decía lo mismo.

Mire de cerca su cara, sus ojos grises hundidos y su cabello planinado sin brillo.

Otro grito de Hermione me saco de mis pensamientos y traté de soltarme de él.

—¡DRACO!— le grito.— ¡Torturala!

Mire mi mano aún siendo aprisionada por la de él y entonces me soltó.

estábamos frente a frente como siempre lo habíamos deseado.

—¿Qué esperas?

—Hazlo.— le dije, con todo el miedo que jamás había sentido.