58.Mientras esperaba.[1/2]

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Me habías dicho que cuando la ansiedad me absorbiera por fin contara hasta 3. Hoy los números me parecen finitos, porque no he dejado de contar ni de sentir esta asfixia.

Respire hondo y luego volví la atención a Hermione, quien miraba en silencio desde su lugar.

La anciana repitió el gesto, esta vez señalando a Harry, en primer lugar, luego a sí misma, luego al techo.

—Oh, bien... creo que quiere que yo vaya arriba con ella.

Una punzada en mi tobillo me dijo que no lo dejara subir. Entonces Hermione intervino.

—Bien —dijo— vamos.

Pero cuando nos movimos decididas a acompañarlos, Bathilda negó con la cabeza con asombroso vigor, una vez más señalando primero a Harry, y luego a sí misma.

—Quiere que yo vaya con ella, solo.

—¿Por qué? —preguntó Hermione, y su voz se oyó brusca y clara en el cuarto iluminado por las velas. La vieja señora sacudió la cabeza un poco ante el fuerte ruido. De nuevo la punzada no me dejaba pensar claro.

—¿Tal vez Dumbledore le dijo que me diera la espada a mí, y sólo a mí?

—¿Crees realmente que sabe quién eres?— pregunte.

—Sí —dijo Harry, bajando la mirada a los ojos lechosos fijos en los suyos— creo que lo sabe.

Tal vez Harry tenía razón y yo estaba siento paranoica. Dumbledore aveces tenía sus razones.

—Bien, de acuerdo entonces, pero que sea rápido, Harry.

—Guíeme —dijo Harry a Bathilda.

Ella pareció entenderle, porque le rodeó arrastrando los pies hacia la puerta. Harry volvió la mirada hacia nosotras con una reconfortante sonrisa, pero yo seguía sin estar segura de si esto está lo correcto; Hermione estaba de pie abrazándose a sí misma en medio de la inmundicia iluminada por las velas, mirando hacia las estanterías de libros, sabia que temía dejar a Harry solo con esa señora tanto como yo. Cuando Harry salió de la habitación, note que sin que le vieran ni Hermione y ni Bathilda, se deslizó la foto con el marco de plata del desconocido ladrón dentro de la chaqueta.

Harry también tenía sus extrañas razones aveces.

Vi a Harry perderse en aquellas escaleras pronunciadas y estrechas y mi picor se detuvo.

¿Habría sido por el horrocrux?

Pensé mucho tiempo en ello, Hermione seguía viendo las estanterías de libros mientras yo me quedaba fija mirando las escaleras, de pronto deje de escuchar los pasos de ambos tras una cerrada de puerta.

Y luego otra vez ruidos, Hermione me miró preocupada.

—Tal vez tropezó, Hermione, ya sabes que aveces es torpe.— Dije tratando de tranquilizarla, pero muy dentro de mi sentía aquel mal presentimiento. Sabia qué tal vez no era así.

Y entonces esta vez si fue un ruido más brusco, Hermione se sobresaltó y mi corazón comenzó a palpitar más fuerte, me quede quieta tratando de no pensar en lo peor, pero para ese momento ya me hormigueaban las manos y sentía todo mi cuerpo tensado.

Ella se acercó junto a mi en las escaleras y gritó.

—¿Harry?.

Pero nadie respondió.

Subí un escalón y hablé.

—¿Harry?, ¿Estas bien?.

Pero nadie respondió y en su lugar solo se escuchó otro ruido.

Mire a Hermione y no se necesito decir nada para que en un segundo las dos estuviéramos subiendo las escaleras a todo lo que nuestras piernas nos permitían.

Pero al subir, no encontramos con una puerta cerrada, Hermione la empujó sin pensar y en un segundo empuñó su varita.

En medio de la oscuridad solo pude ver a una serpiente enredada en el pecho de Harry y a ambos volando, volando sin necesidad de escoba o thestral.

De repente Harry cayó sobre la ropa sucia y me acerqué a él para ayudarle, Nagini le había soltado. Se levantó y vio lo mismo que yo; a la serpiente dibujada contra la luz del rellano.

Golpeó y Hermione se lanzó a un lado con un chillido. Su maldición desviada golpeó las ventanas acortinadas, lo cual las hizo pedazos.

Un aire congelado llenó el cuarto mientras Harry y yo nos agachábamos para evitar otra lluvia de cristal roto y mi pie resbaló con algo parecido a un lápiz... su varita...

Harry se dio cuenta y se inclinó y la tomo rápidamente, pero ahora el cuarto estaba lleno con la serpiente, su cola golpeaba a Hermione en alguna parte fuera de la vista y por un momento pensé lo peor, pero entonces su produjo un fuerte bang y un destello de luz roja, y la serpiente voló por el aire, abofeteando a Harry en la cara con fuerza al pasar, enrollándose en una gruesa espiral que se alzó hasta el techo.

Empuñe mi varita lista para atacar, al igual que Harry, pero al hacerlo su cicatriz quemó dolorosamente, más dolorosamente de lo que había hecho en años y yo lo sabia, porque mi tobillo también me había ardido como nunca.

-¡Él viene! ¡viene!

Dijo de repente y mientras gritaba la serpiente se alzó, siseando salvajemente. Todo era caos. Hizo pedazos los estantes de la pared, y la porcelana china astillada voló en todas direcciones mientras sentía como Harry me tomaba de la mano y al mismo tiempo saltaba sobre la cama y agarraba la oscura forma que sabia que era Hermione. Ella gritó de dolor cuando tiró de ella a través de la cama.

La serpiente se irguió otra vez, pero yo sabía que algo peor que la serpiente estaba en camino, que quizás ya estuviera ante la verja y lo sentía tan cerca que mi tobillo se iba a partir por el dolor y aunque trataba de ignorarlo no me imaginaba como se sentía Harry.

La serpiente se abalanzó cuando harry saltó corriendo, arrastrándonos a Hermione y a mi con él; cuando la serpiente golpeó, solo cerré los ojos y grite lo primero que se me vino a la mente.

—¡Confringo! —y el hechizo voló por la habitación, haciendo explotar el espejo del armario y rebotando hacia nosotros, saltando del suelo al techo.

Tenía miedo y también tenía las manos de Harry y de Hermione conectadas de alguna forma conmigo. Me hacían sentir un poco segura en medio de la muerte.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora