81.¿Real o Falso?

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El inicio siempre está en el interés.

—¿Donde estará?.

—Estará en Azkaban, me imagino. -dijo Ron— Ahora, que sobreviva a ese lugar... muchos no lo consiguen...

—Ella si —dijo Harry— Es dura, Luna es mucho más dura de lo que se imaginan. Probablemente les esté enseñando a los presos todo sobre los Wrackspurts y Nargles.

Sentí un nudo en la garganta de tan solo pensar en la pequeña Luna.

—Espero que tengas razón —dijo Hermione. Se puso una mano sobre los ojos —Me sentiría tan mal por Xenophilius si...

—...si no hubiera intentado vendernos a los mortífagos, si. —dijo Ron.

Mire a Ron molesta.

—Ron... eres un idiota.

Levantamos la tienda y nos metimos en ella, mientras Ron hacía algo de té.

Tras nuestra milagrosa escapada, el frío, húmedo, y viejo lugar parecía un hogar: seguro, familiar y amistoso.

—Oh, ¿por qué fuimos allí,? —gimió Hermione despues de unos minutos de silencio— Tenías razón Harry, fue como lo del Valle de Godrick otra vez, ¡una absoluta pérdida de tiempo! Las Reliquias de la Muerte... menuda tontería... aunque de hecho —Un pensamiento súbito pareció haberla golpeado— podría habérselo inventado todo, ¿verdad? Probablemente no creía en las Reliquias de la Muerte en absoluto, ¡solo quería que siguiéramos hablando hasta que llegaran los mortífagos!

—No lo creo —dijo Ron—. Es endemoniadamente más difícil de lo que crees inventar cosas cuando estás bajo presión. Me di cuenta de eso cuando los Merodeadores me encontraron. Fue mucho más fácil fingir ser Stan, porque le conocía un poco, que inventar a una persona completamente nueva. El viejo Lovegood estaba bajo toneladas de presión, intentando asegurarse de que nos quedábamos. Creo que nos dijo la verdad, o lo que él cree que es la verdad, para que siguiéramos hablando.

Lo que decía Ron tenía mucha lógica.

—Bueno, supongo que no importa—suspiró Hermione— Aunque estuviera siendo honesto, no había escuchado semejante cantidad de tonterías en toda mi vida.

—No lo se Herms, podría tener algo de cierto.

—Espera, espera —agregó Ron— Se supone que la Cámara de los Secretos era un mito, ¿no?

—Pero la Reliquias de la Muerte no pueden existir, Ron.

—Sigues diciendo eso, pero una de ellas existe —dije.— : la Capa de Invisibilidad de Harry...

—El cuento de los tres hermanos es una historia —afirmó Hermione— sobre cómo los humanos le temen a la muerte. ¡Si sobrevivir fuera tan simple como ocultarse debajo de la Capa de Invisibilidad, ya tendríamos todo lo que necesitamos!

—No sé. Lo que podríamos hacer con una varita invencible —dijo Harry, mientras movía la varita de espino negro que tanto le disgustaba entre sus dedos.

—¡No existe tal cosa, Harry!

—Dijiste que había habido un montón de varitas... el Palo de la Muerte y como quiera que se llamen...

—Está bien. Incluso si quieres engañarte a ti mismo pensando que la Varita de Sauco es real, ¿qué hay de la Piedra de Resurreción? —hizo el gesto de comillas con los dedos al pronunciar el nombre y su tono destilaba sarcasmo— ¡Ninguna magia puede resucitar a los muertos y eso es todo!

—Cuando mi varita conectó con la de Quien-tu-ya-sabes, hizo que mi madre y mi padre aparecieran... y Cedric...

—Pero no volvieron realmente de entre los muertos, ¿verdad? —dijo Hermione— Ese tipos de... pálidas imitaciones no son lo mismo que traer verdaderamente a alguien de vuelta a la vida.

—Pero ella, la chica del cuento, no regresó realmente, ¿verdad? La historia dice que cuando alguien ha muerto, pues debe estar con los muertos. Pero el segundo hermano pudo verla y hablar con ella, ¿verdad? Incluso vivió con ella un tiempo...

Vi preocupación y algo menos tangible en la expresión de Hermione, como si estuviéramos en su contra y por fin estuviera cayendo en nuestras especulaciones. Pero cuando la vi mirar a Ron, comprendí que era miedo. La había asustado su charla sobre vivir con los muertos.

—Entonces ese tal Peverell, el que está enterrado en el Valle de Godrick —dijo Ron apresuradamente, intentando parecer robustamente cuerdo— ¿no sabes nada de él?

—No —Respondió ella, que pareció aliviada por el cambio de tema— Lo busqué después de ver la marca sobre su tumba; si hubiera sido alguien famoso o hubiera hecho algo importante, estoy segura de que estaría en nuestros libros. El único sitio donde pude encontrar el apellido Peverell fue en Nobleza Natural, una Genealogía de la Magia. Lo tomé prestado de Kreacher. —Explicó cuando Ron arqueó las cejas— Tiene una lista de las familias de sangre pura que se extinguieron en la línea masculina. Aparentemente la de los Peverell fue una de las líneas que desapareció más rápido.

—¿Qué se extinquieron en la línea masculina? —repitió Ron.

—Quiere decir que el apellido se perdió —respondió Hermione— Siglos atrás en el caso de los Peverell. Podrían tener descendientes pero con algún otro apellido.

Y de repente Harry despegó la vista de la nada y saltó.

—¡Marvolo Gaunt!

—¿Perdón?—dijeron Hermione y Ron al mismo tiempo.

—¡Marvolo Gaunt! ¡El abuelo de Quien-tu-ya-sabes! ¡En el Pensadero! ¡Con Dumbledore! ¡Marvolo Gaunt dijo que era un descendiente de los Peverell!

Ron y Hermione parecían desconcertados tanto como yo, pues Harry aunque hablaba con nosotros parecía estar hablando consigo mismo.

—El anillo, el anillo que se convirtió en el Horcrux, ¡Marvolo Gaunt dijo que tenía el escudo de los Peverell! Le vi menearlo ante la cara al tipo del Ministerio, ¡casi se lo mete por la nariz!

—¿El escudo de los Peverell?— dijo Hermione secamente— ¿Pudiste ver como era?

—En realidad no— dijo Harry intentando recordar— No había nada llamativo en él, por lo que pude ver, solo algunos rasguños. En realidad solo lo vi de cerca después de que hubiera sido destruído.

Note que Hermione comprendía por como se dilataban sus pupilas. Ron movía la mirada de uno al otro, asombrado y yo escuchaba con atención.

—Caray... ¿Crees que era este mismo símbolo otra vez? ¿El de las Reliquias?

—¿Por qué no? —dijo Harry excitado— Marvolo Gaunt era un viejo ignorante que vivía como un cerdo, lo único que le preocupaba era su ascendencia. Si ese anillo había sido heredado a lo largo de los siglos, podría no haber sabido lo que era realmente. No había libros en esa casa, y créanme, él no era del tipo de los que leen cuentos de hadas a sus hijos. Le hubiera encantado pensar que los arañazos de la piedra eran un escudo, porque en lo que a él respectaba, ser sangre pura te hacía parte de la realeza.

—Si... y todo eso es muy interesante-dijo Hermione cautelosamente—pero Harry, si estás pensando lo que yo creo...

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora