108. Liberum Draco M[4/10]

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A tu lado todo era siempre tan extraño. Los dos estábamos atrapados y lejanos.

Harry cayó sobre sus rodilla, sujetándose a las escamas tan fuerte como pudo, mientras el Dragon desplegaba las alas, derribando a los histéricos gnomos a un lado como pinos de bolos, y se elevó en el aire.

Nos pegamos a su lomo, rozando el techo mientras se zambullía por la abertura del pasillo, entonces los gnomos acechantes lanzaron las
dagas que rebotaron contra sus flancos.

—¡Nunca podremos salir, es demasiado grande! —grito Hermione, pero el dragón abrió la boca y arrojo fuego de nuevo, haciendo estallar el túnel, cuyos pisos y techos se agrietaron y destrozaron. Con fuerza pura, el dragón rasgo y lucho por abrirse camino.

Pará ese momento yo me apretaba con todas mis fuerzas sobre el dragon y tenía los ojos cerrados contra el calor y el polvo. Ensordecida por el desplome de las rocas y los rugidos del dragón, solo pude aferrarme más a su lomo, esperando salir expulsada en cualquier momento, entonces escuche a Hermione gritando,

—¡Defodio!

Estaba ayudando al dragón a hacer más grande el pasaje, rompiendo el techo mientras luchaba por salir hacia el aire fresco, lejos de los histéricos y ruidosos gnomos. Harry, Ron y yo la imitamos, resquebrajando el techo con más hechizos demoledores.

Salimos del lago subterráneo, y la gran bestia se arrastro, gruño y pareció detectar la sensación de libertad y el espacio abierto delante
de él, me sentía bien por el y detrás de nosotros quedaba el pasillo lleno con los escombros que hacía el dragón, con su cola en forma de espiga, dejando grandes montones de roca,
gigantescas estalactitas fracturadas y el estruendo de los gnomos parecía estar apagándose, mientras que adelante, el fuego del dragón continuaba abriéndose paso.

Y finalmente, con la fuerza combinada de nuestros  hechizos y la fuerza bruta del dragón, nos abrimos paso fuera del pasillo hacia el vestíbulo de mármol. Gnomos y magos chillaron y corrieron a buscar cobijo, y por fin el dragón tuvo espacio para extender sus alas. Dando la vuelta su cabeza con cuernos hacia el aire fresco del exterior que podía oler mas allá de la puerta, avanzo, y con nosotros aun aferrados a su lomo, forzó su paso a través de las puertas de metal, dejándolas colgando de sus bisagras, se tambaleo hacia el callejón Diagon y se lanzo hacia el cielo.

No había forma de dirigirlo, el dragón no podía ver a donde iba, y sabía que si giraba repentinamente o daba una vuelta en medio del vuelo encontraríamos imposible sujetarnos a su amplio lomo.

Sin embargo, mientras subíamos más y más alto, Londres se desplegaba debajo como un mapa en gris y verde.

El sentimiento que abrumaba a
todos era de gratitud por una fuga que había parecido imposible.

Agachándose sobre el cuello de la bestia, me aferré con fuerza a las metálicas escamas, mientras la fresca brisa aliviaba mi piel quemada y ampollada, quería disfrutar un poco de esto antes de preocuparme por algo más, las alas del dragón batían el aire como las velas de un molino de viento. A mi espalda, ya fuera por deleite o miedo, no podría decirlo, Ron seguía jurando en voz alta y Hermione parecía estar sollozando.

Después de cinco minutos o así, perdí algo del instantáneo pavor a que el dragón fuera a tirarnos, ya que al parecer este no intentaba más que alejarse tanto como fuera posible de su prisión en el subsuelo, pero la cuestión de cómo y cuando ibamos a desmontar continuaba resultando aterradora. No tenía idea de cuando tiempo podían volar los dragones sin tomar tierra, ni de cómo este dragón en particular, que apenas podía ver, podría localizar un buen lugar para aterrizar. Miraba alrededor constantemente, imaginandome  donde podría caer, aterrizar o tirarnos.

El dragón parecía tener ganas de aire más fresco y limpio, subió sin parar hasta que estuvimos volando entre volutas de nubes frías, y  no pude seguir observando los puntos de colores, que eran coches que fluían hacia dentro y hacia fuera de la capital. Seguimos volando sobre la campiña dividida en parches verdes y marrones, sobre caminos y ríos que serpenteaban a través del paisaje como haces de cintas satinadas.

—¿Qué crees que está buscando? –chilló Ron mientras seguían volando más y más hacia el norte.

—Ni idea –gritó Harry en respuesta.

Sentía como mis manos estaban entumecidas por el frió pero no hice ningún intento por soltar las escamas.

Llevaba un rato preguntándome que haríamos si veíamos la costa aparecer bajo de nosotros, si el dragón se dirigiera hacia mar abierto. Estaba congelado y entumecido, eso sin mencionar que estaba desesperadamente hambriento y sediento. ¿Cuándo, me preguntaba, había disfrutado la bestia de su última comida? Seguramente necesitaría
alimento pronto ¿Y si, en ese momento, se diera cuenta de que llevaba a tres humanos perfectamente comestibles sentados en el lomo?

El sol se deslizó mas abajo en el cielo, que estaba volviéndose de color índigo, y el dragón siguió volando, ciudades y pueblos desaparecían de vista bajo nosotros, su enorme sombra se deslizaba sobre la tierra como si fuera una gran nube oscura.

—¿Es mi imaginación, —gritó Ron después de un considerable rato de silencio—, o estamos perdiendo altura?

Mire hacia abajo y vi montañas verde profundo y lagos cobrizos por el
atardecer. El paisaje parecía hacerse más grande y detallado mientras miraba por encima del costado del dragón, y me preguntaba si éste habría adivinado la presencia de agua fresca por los destellos de la luz del sol reflejándose en ella.

El dragón voló más y más bajo, en grandes círculos en espiral, sobre lo que al parecer era uno de los lagos más pequeños.

Sentías nervios que nunca, estaba claro que pronto estaríamos en tierra, pero como descenderiamos sin correr peligro.

—¡Yo digo que saltemos cuando baje lo suficiente! –grito Harry—. ¡Directo al agua antes de que se de cuenta de que estamos aquí!

Estuvimos de acuerdo, Hermione un poco débilmente, y podía divisar ahora el amplio vientre amarillo del dragón ondeando en la superficie del agua.

—¡AHORA!

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora