60. Recuerdos de varita.

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Siempre que mires hacia arriba recuerda que aunque no lo puedas ver, aún hay más por mirar.

Harry cerró los ojos. Parecía estar reviviendo todavía los olores de la casa de Bathilda en él. Eso hacía vívido todo ese horror.

—Bathilda debe llevar muerta algún tiempo. La serpiente estaba... estaba dentro de ella. Quien-Tu-Ya- Sabes la dejó allí, en el Valle de Godric, a esperar. Sabía que volvería.

—¿La serpiente estaba dentro de ella?—Hermione parecía revuelta, asqueada.

—Lupin dijo que habría magia que nunca habíamos imaginado —dijo Harry— No quiso hablar delante de ustedes porque hablaba Parsel, todo en Parsel, y yo no me di cuenta, pero por supuesto la podía entender. Una vez que subimos a la habitación, la serpiente envió un mensaje a Quien-tu-ya-sabes, lo oí en mi cabeza mientras lo hacía, le sentí entusiasmarse, dijo que me entretuviera allí ... y luego...

Harry se quedó quieto, pensando, me parecía que estaba recordando lo mal que lo había pasado, aunque ni Hermione ni yo necesitábamos saber los detalles.

—...cambió, se transformó en la serpiente, y atacó. Bajó la mirada a las marcas punzantes.—Se suponía que no tenía que matarme, sólo mantenerme allí hasta que Quien-tu-ya-sabes llegara. Si al menos hubiera logrado matar a la serpiente, entonces habría valido la pena, todo... —Con el corazón dolorido, se sentó erguido y apartó las mantas.

—No Harry. ¡Estoy segura de que debes descansar!— le dije.

—Ustedes son las que necesitan dormir. Sin ofender, pero están horrible. Estoy bien. Me quedaré de guardia un rato. ¿Dónde esta mi varita?.

Hasta ese momento no se me había ocurrido pensar en su varita, mire a Hermione pero ella no contestó, simplemente se limitaba a mirar a Harry.

—¿Dónde está mi varita, Hermione?

Hermione se mordió el labio, y sus ojos se inundaron de lágrimas.

—Harry...

—¿Dónde esta mi varita?

Entendí que algo iba mal.

La vi extender el brazo hacia abajo por un lado de la cama y se la ofreció.

La varita de acebo y fénix estaban casi partida en dos. Una frágil hebra de pluma del fénix mantenía unidos ambos pedazos. La madera se había roto completamente. Harry la sostuvo entre sus manos como si fuera una cosa viva que sufriera una terrible lesión. No podía pensar correctamente. Todo era un borrón de pánico y miedo. Después le tendió la varita a Hermione.

—Repárala. Por favor.

—Harry, no creo, cuando está así de rota...— le dije.

—¡Por favor, Hermione, inténtalo!

—R-Reparo.

La rotura de la varita se selló. Harry la levantó

—¡Lumos!

La varita se encendió débilmente, luego se apagó. Harry señaló a Hermione.

—¡Expelliarmus!

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora