89.Miedo nadamás.

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Sentí arder mi corazón.

D r a c o

Había escuchado las rejas abrirse y aunque no veía nada desde mi habitación pude escuchar como en la habitación principal se quejaban y hablaban.

—Es ese hombre lobo de nuevo— dijo Blaise asomándose por la puerta— seguramente encontró algo y quiere Galeones.

Blaise se volvió a sentar en la cama.

Siempre temía cuando venían, tenía miedo de que la trajeran con ellos y me ponía tan nervioso el pensar el cómo la tratarían si la encontraban.

Mire mi bolsillo, el dije no brillaba, entonces no era ella.

Pero entonces, de él comenzó a salir una luz que me avisaba lo que ya intuía.

La puerta se abrió de golpe y a travez de ella pude ver a esa chica, Lesia.

—¿Que pasa?— le pregunte.

—Draco, ella está aquí.

Blaise la jalo del brazo y la hizo entrar en la habitación.

—¿Que es lo que dices?.

—Esa chica Granger, la reconocería en cualquier lado...

Nuevamente la puerta se abrió pero esta vez era mi madre.

Ella sabia cuánto amaba a ______ y estaba ahí, con los ojos tristes, con aquella mirada que me decía que en cualquier momento iba a perder a lo que más amaba en mi vida.

—Ven conmigo— me dijo.

Y mis manos comenzaron a temblar.

—Esto depende de ti hijo— me dijo. Pero sabia bien a que se refería.

~______________~

Baje la mirada, porque no quería que me viera, no de esta forma.

Pero no pude evitarlo por tanto tiempo, porque él estaba ahí, lo que más deseaba, lo que más amaba. Y si moría hoy estaría feliz de almenos haber estado a su lado.

Draco se acercó a Harry y el no se atrevió a mirarlo directamente, sino que lo miró de soslayo: una figura ligeramente más alta que el.

Draco me miró de reojo y luego volvió a ver a Harry.

—¿Bien, chico? —raspó el hombre lobo.

Harry estaba de cara a un espejo sobre la chimenea, un enorme objeto dorado en un marco intrincado y con volutas.

Sabia bien que Draco había reconocido a Harry desde el momento en el que lo había visto, aunque su cara estuviera enorme, brillante y rosa, y todas sus facciones distorsionadas por la maldición de Hermione.

Harry había decidido no hablar, porque su voz seguramente lo delataría; aún así evitó mantener contacto visual con Draco cuando este se acercó.

—¿Bien, Draco? —dijo Lucius Malfoy. Sonaba ávido— ¿Lo es? ¿Es Harry Potter?

—No puedo... no puedo estar seguro —dijo Draco. Estaba manteniendo las distancias con Greyback, y parecía tan asustado de mirar a Harry como Harry lo estaba de mirarlo.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora