103.Gringotts. [2/3]

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La puerta de la habitación se abrió y Griphook entro. Por instinto, Harry se estiró para tomar la empuñadura de la espada y la jalo cerca de él, pero lamento la acción inmediatamente.

Podría asegurar que el gnomo lo había notado.

Intentando distraer la atención sobre el bochornoso momento, dijo

-Estábamos revisando los detalles de último minuto, Griphook. Le hemos dicho a Bill y Fleur que nos vamos mañana y que no se levanten para vernos partir.

Nos habíamos mantenido firmes sobre este punto porque Hermione necesitaría transformarse en Bellatrix antes de que nos fuéramos, y cuanto menos supieran o sospecharan Bill y Fleur, acerca de lo que íbamos a hacer, mejor. También les
habíamos explicado que no íbamos a regresar. Y como habíamos perdido la vieja tienda de Perkins la noche que los Snatchers nos capturaron, Bill nos había prestado otra. Estaba ahora empacada dentro del bolso de cuentas, el cual, Harry quedo
sorprendido al enterarse, y no sólo el, pues Hermione había protegido de los Snatchers con el sencillo y oportuno hecho de esconderlo dentro de su calcetín.

A pesar de que extrañaría a Bill, Fleur, Luna y Dean, sin mencionar las comodidades hogareñas que habíamos disfrutado por las últimas semanas, estaba ansiosa de escapar del confinamiento de Shell Cottage. Estaba cansada de tratar de cerciorarnos de que no éramos escuchados por casualidad, cansada de estar encerrada en la pequeña y oscura habitación. Sobretodo, deseaba librarme de Griphook y sabía que no era la única, los cuatro teníamos el mismo sentimiento. Sin embargo, exactamente como y cuando dejaríamos al gnomo sin devolverle la espada de Gryffindor continuaba siendo una pregunta para la
cual ni Harry ni nosotros teníamos respuesta. Había sido imposible decidir como íbamos a hacerlo porque el gnomo raramente nos dejaba solos por más de cinco minutos seguidos.

-Podría darle lecciones a mi madre, -gruño Ron-, mientras los largos dedos del gnomo continuaban apareciendo en las orillas de las puertas.

Hermione desaprobaba tan apasionadamente el engaño planeado que Harry había dejado de intentar recurrir a su inteligencia sobre la mejor forma de hacerlo. Ron, en las raras ocasiones que habíamos tenido la oportunidad de robar unos pocos momentos libres de Griphook, había salido con nada mejor que:

Tendremos que irnos volando.
Y yo estaba debatiendo en sí sería correcto engañarlo y huir porque el gnomo realmente me daba miedo.

Harry durmió mal esa noche, lo sabía porque me lo encontré en la cocina cuando había ido por un vaso de agua.

Sabía que ni el, ni Ron, ni Hermione podrían estar mejor que yo, porque todos teníamos los mismos nervios.

Fue un alivio cuando llegaron las seis en punto y pudimos escurrirnos de las bolsas de dormir, vestirnos en la penumbra, y salir al jardín, donde Harry y Ron iban a encontrarse con Hermione, Griphook y yo. El amanecer era frío, pero ahora que


e

staba llegando Mayo había poco viento. Miré hacia las estrellas que

aun brillaban tenuemente en el cielo oscuro y escuché el mar golpeando al avanzar y retirarse contra el acantilado; iba a extrañar el sonido y sobretodo la tranquilidad. Sin dudarlo, no extrañaba el cosquilleo de nervios en mi estómago.

Mire a Hermione, quien con una mueca dudaba en sí tomarse el líquido que tenía en las manos.

-Se que es duro Herms, pero... ¿podrías apurarte?.

Ella me miró desaprobado mi poca empatia.

-¡Ven y hazlo tú!.

Sonreí, sabía que yo no podría hacerlo, no tan bien como ella.

Entonces, la puerta se abrió y el duende entró. Antes de que el dijera algo Hermione tomó de un solo trago lo que había en el frasco, solo pude ver su cara llena de asco antes de que desapareciera.

Salí de la habitación para dejarla asimilarlo, Harry y Ron ya nos esperaban afuera.

Y por merlín que el cosquilleo estomacal no fue nada con lo que sentí al ver a Bellatrix Lestrange caminando a zancadas hacia nosotros
sobre el césped. Mientras caminaba iba remetiendo el pequeño bolso de

cuentas en el bolsillo interior del otro juego de antiguas túnicas que habíamos tomado de Grimmauld Place. A pesar de que sabíamos que era ella por mi parte no podía evitar sentir odio y asco al verla.

-¡Ella sabe horrible, peor que gurdirraiz! De acuerdo Ron, acércate para que pueda hacerte...

-Bien, pero recuerda que no me gusta la barba muy larga.

-Por Dios Santo, esto no se trata de lucir bien.

-No es eso, ¡se pone en medio! Pero me gustaría mi nariz una pizca mas

corta, trata de hacerla igual que la vez pasada.

-Espero que te duela Ron. -dije solo para recibir unos ojos enojados.

Hermione suspiro y empezó a trabajar, refunfuñando bajo su aliento mientras transformaba algunos aspectos de la apariencia de Ron. Iba a recibir una identidad completamente falsa, y confiabamos en la malévola aura de Bellatrix para protegerlo. Mientras tanto Harry, Griphook y yo íbamos a estar ocultos debajo de la capa de invisibilidad.

-Listo -dijo Hermione-, ¿Qué tal se ve?

Era posible distinguir algo de las facciones de Ron bajo el disfraz, pero sólo, debido a que lo conocía tan bien.

El cabello de Ron era ahora largo y ondulado; tenía barba y bigote castaños, ninguna peca, nariz chata y cejas espesas.

-Creo que más guapo-dije

-Bueno, no es mi tipo, pero funcionara, -dijo Harry-. ¿Nos vamos entonces?

Los tres volvimos la vista hacia Shell Cottage, que lucia oscura y silenciosa bajo las tenues estrellas, después nos dimos la vuelta y caminamos hacia el punto, apenas más allá de la pared divisoria, donde el encantamiento Fidelius dejaba de funcionar y podríamos desaparecer.

Una vez que pasamos la puerta, Griphook hablo.

-¿Creo que debería trepar ahora, Harry Potter?

Harry se inclino y el gnomo se trepo en su espalda, con las manos unidas al frente de la garganta de Harry.

Seguro no era pesado y no había problema con llevarlo, si fuera otro gnomo tal vez no sería tan incómodo me junte a ellos.

Hermione sacó la capa de invisibilidad del bolso de cuentas y la lanzó sobre ambos.

-Perfecto, -dijo agachándose para revisar los pies-. No puedo

ver nada. Vamos.

Harry apretó mi mano con fuerza y cerró los ojos para después desaparecer.

Cerré los ojos también porque no me gustaba la sensación y en cuanto sentí a mis pies tocar el pavimento los abrí.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora