35.Lugar secreto.

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Tú siempre solías sonreír en la tempestad.

Di un salto completamente asustado, Blaise se quedó quieto y estático, en mi hombro había una mano y me daba tanto miedo voltear y ver de quién se trataba, aquella voz era desconocida y más sin embargo el tacto no lo era.

Pero aquella pesada mano aunque me era familiar me hacía sentir extraño.

—¿Draco?.

Dije para disimular, mi apariencia no era la de siempre y podría pasar desapercibido.

—¿Quien es ese tal Draco?.

Pregunto Blaise y yo lo miré agradecido aún sin mirar atrás.

—¡Vamos idiota!, te vi convertirte.

¡Mierda!.

Pero al darme la vuelta aquella persona a la que miraba realmente jamás la había visto, dos hombres y una mujer me miraban atónitos, como si me conocieran desde siempre, y entonces caí en cuenta, ¿quien más venía en paquete de tres y sabia mi nombre?.

Entonces temí, porque ahora eran 4 y aquí solo veía 3.

—¿En... en donde está ella?.

—Escondida, claro está.

Dijo el de cabello negro, sabía bien quién era, Potter asqueroso y sentí alivio de que ella estuviese bien.

—No lo había pensado potter, el estar en cautiverio te ha abierto más el cerebro, ¿no?.

El apretó la mandíbula y los puños, verlo así hasta me daba miedo y no por lo que era el, si no en la persona en la que se había convertido, realmente parecía que de un golpe derribaría al enclenque en el que me había convertido yo.

—Te diré algo, yo...

—Harry.

La señora lo tomo por el hombro, Potter dispuesto a pelear la miro de reojo y luego a mi.

—¿Si le digo que salga un momento me prometes que la protegerás?.

Dijo ya más tranquilo.

Mis ojos brillaron, se que lo hicieron porque cuando uno ama es lo único que jamás deja de brillar y si brillaban al solo escuchar su nombre apuesto a que ahora estaban más que dispuestos.

Porque mis ojos y mi atentado corazón no podían esperar más, podría besar a potter de la felicidad pero mejor solo me limité a sonreír.

—Como siempre lo he echo.

Y después de hacer que nos volteáramos un rato temiendo que el poderoso Draco supiera en donde se encontraba su refugio el salió con aquella chica de la mano, con la carita asustada y buscando en ambos lados algo que no encontraba, a mi.

Y sentí por milésima vez aquellas cosquillas, aquellas ganas de correr hacia ella y decirle cuando la amaba, de abrazarla, de tenerla entre mis brazos y dejar que el tiempo pasará como si no nos importara, como si no fuese algo que debía procurar. Como dos magos normales, sin preocupaciones, sin nada, sólo nosotros dos.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora