68.Hasta que el cobarde...

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Mi padre un día me dijo que donde me lleve la vida ahí deba de estar. Aunque no quiera.

Los ojos de Ron dejaron de ser rojos para pasar a su azul normal, noté que además de eso, también estaban húmedos y llenos de culpa.

Harry se agachó, fingiendo no haberlo visto, y recogió el Horrocrux roto. Ron había perforado el cristal de ambas ventanas. Los ojos de Riddle habían desaparecido, y el forro de seda manchado del guardapelo humeaba ligeramente.

Lo que hubiera estado dentro del horrocrux ahora ya se había ido.

Parecía ser que torturar a Eón había sido su acto final.

Ron dejó caer la espada y cayó de rodillas con la cabeza entre las manos. Estaba temblando, pero no de frío, sabía que no era por eso, habíamos presenciado la carga que llevaba consigo mismo y la cual había dejado que lo consumiera a tal grado que el horrocrux lo había podido utilizar en su contra.

Aveces no sabemos lo que las demás personas podrían estar aguantando.

Harry recogió el guardapelo roto y lo metió en el bolsillo, arrodillándose junto a Ron, y colocando una mano cautelosamente en su hombro. Tome como una buena señal que Ron no se la apartara de un manotazo.

Me acerqué también y apoyé mano en el otro brazo de Ron.

—Después de que te marcharas —dije en voz baja, agradeciendo el hecho de que la cara de Ron estuviera oculta— lloró durante una semana. Probablemente más, solo que no quería que la viéramos. La mayoría de las noches ni siquiera nos hablábamos. Como te habías ido...

No pude terminar, pensé en aquellos días y aquellas veces que la ausencia de Ron nos había pesado tanto a cada uno, no me imaginaba incluso cómo podía sentirse él en aquellos días de ausencia.

En medio de mi silencio Harry habló.

—Ella es como una hermana —Dijo—La quiero como a una hermana y apuesto a que ella siente lo mismo por mí. Siempre ha sido así. Creí que lo sabías.

Ron no respondió, pero apartó la cara de Harry y se limpió la nariz ruidosamente en la manga.

Harry se puso de nuevo en pie y se acercó a donde yacía la enorme mochila de Ron, descartada por Ron mientras corría hacia la charca para salvarnos de ahogarnos. Se la colgó a su propia espalda y volvió hasta donde nos encontrábamos nosotros.

—Lo siento —dijo con una voz ronca—Siento haberme marchado. Sabía que era un... un...

Miró alrededor, hacia la oscuridad, como si esperara que una palabra lo suficientemente mala se abalanzase sobre él y le reclamara.

—Ya has tenido suficiente por esta noche —dijo Harry—Conseguir la espada. Terminar con el Horrocrux.

—Salvarnos la vida.

—Eso hace que suene más genial de lo que fue —murmuró Ron.

Reí ante su comentario.

—Esas cosas siempre suenan más geniales de lo que son en realidad —dije.

—He estado intentando decírtelo durante años.— dijo Harry.

Y entonces entendí, que esos tren sin alguno de ellos simplemente no serían nada. Se complementaban muy bien cada uno.

Ron se acercó a Harry y luego lo abrazó, me quede quieta mirando aquella escena, luego estiró el brazo en mi dirección y me invitó a unirme, acepté sin rechistar pues realmente necesitaba aquel contacto para saber que lo que estaba pasando era real, que aquel pelirrojo estupido era realmente Ron. Nuestro Ron.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora