17.Escapando.

6.7K 433 7
                                    

Si, la vida da tantas vueltas.
Si, tal vez aveces sólo quiero escapar.
Pero cuando levantó un poco mi cabeza y te veo me quedo en mi lugar, sin pensar en nada, sin hacer nada, porque sólo tu puedes hacer que con tal sólo mirarte prefiera el encierro a la libertad.
Sólo tu puedes manipularme.

—¿Nerviosa? —George se acomodó a un lado de mi.

Asentí.

La fiesta había transcurrido de lo mejor, pero no podía evitar el ponerme tan nerviosa porque siempre había sido así, cuando las cosas iban tan bien era porque algo malo pasaría y yo no estaba para recibir las malas noticias de sorpresa, sólo las esperaba.

Todo me salía tan mal que cuando algo iba bien me daba miedo.

Esperaba lo peor.

—No lo estés. —me sonrió.

Fred llegó unos segundos después situándose alado de mi quedando yo entre los dos gemelos.

—¡Vaya fiesta!, cuando me casé espero mi madre no me traiga como costal de papás.

—¿A que te refieres? —pregunté.

Fred sonrió y luego miro a George.

—Ya sabes, de aquí para allá sin cuidado.

George comenzó a reír.

—La tendrías que amarrar para que no haga eso.

Fred río también.

—Probablemente lo haga.

—Chicos...

Pero no pude terminar, en medio de aquel lugar un as de luz se situó en el cetro, era un patronus y por más hermoso que fuera no traía buenas noticias y todos aquí lo sabíamos, se desprendió llamando la atención, un bello lince, después de observar un poco a su alrededor  la boca del patronus se abrió y habló con la fuerte, profunda y lenta voz de Kingsley Shacklebolt.

—El Ministerio ha caído. Scrimgeour está muerto. Están viniendo.

Lo siguiente que paso fue tan rápido, la gente seguía estática pero ahora llena de miedo, las piernas me temblaban y mi corazón estaba tan agitado que puedo jurar que podía ver como mi pecho se movía de acuerdo a los latidos.

Mire a mis costados, Fred y George empuñaban sus varitas tratando de protegerme.

—Debes buscar a Harry —Dijo George.

Seguía muda, mis pies parecían estar pegados al suelo, saque mi varita y la apreté fuerte entre mis manos.

—No, no me iré sin ustedes.

—¡TIENES QUE IRTE! —grito Fred —estaremos bien.

Pero no podía sólo dejarlos ahí.

—Busca a Ron, a Harry a quien sea. —George me empujaba entre la gente.

Habíamos perdido de vista a Fred y ahora nos encontrábamos en medio de una horda de gente despavorida, algunos desaparecían y otros corrían como locos, los hechizos de protección se habían roto.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora