18.Nuevo Rumbo.

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No pido nada más que estar entre tus brazos.

Harry y yo nos mantengamos fuera de la vista debajo de aquella capa.

—Los demás... toda la gente de la boda.

Harry sonaba preocupado, de pronto una punzada de preocupación me invadió y pensé en George alejándose en medio de toda esa gente o en Fred perdiéndolo de vista.

Quería llorar, estaban en peligro o posiblemente... muertos.

—Te buscan a ti.—le dijo Hermione— a ustedes— corrigió—si volvemos sólo los podríamos en más peligro.

—Ella tiene razón—concordó Ron.

Y recordé a Lupin y a Tonks peleando a capa y espada contra dos mortifagos.

—La mayoría de la orden estaba ahí Harry—dije.—seguramente ellos sabrán protegerlos.

Pero en mi intento por tranquilizarlo a él no hacia más que martirizarme a mi misma.

—Si—dijo Harry.

—Vamos, caminen, es bueno mantenernos en movimiento.

Harry y yo les seguíamos el paso mientras Hermione avanzaba sin detenerse junto a Ron.

Retrocedimos por la calle lateral y de nuevo por la carretera principal, donde un grupo de hombres cantaba y ondeaba los brazos en la acera de enfrente.

—¿Sólo por curiosidad, por qué Tottenham Court Road?—preguntó Ron a Hermione.

Mire a aquellos hombres, borrachos y sin ninguna preocupación, ojala pudiera estar al menos un momento así como ellos, tan despreocupada.

—No tengo ni idea, fue lo primero que me vino a mi cabeza, pero estoy segura de que estaremos más seguros en el mundo muggle, donde no esperarán que estemos.

—Es cierto—dijo Ron, mirando a su alrededor—. Pero ¿tú no te sientes un poco ... expuesta?

—¿Dónde más podríamos ir? —preguntó Hermione, encogiéndose cuando los hombres del otro lado de la calle empezaron a aullarle como lobos—. Difícilmente podemos reservar habitaciones en el Caldero Chorreante, ¿no? Y Grimmauld Place está descartado, ya que Snape puede ir allí. . . . Supongo que podríamos probar en casa de mis padres, pero creo que hay una
posibilidad de que lo comprueben. . . . Oh, ¡por qué no se callarán!

—¿Y bien, querida? —el más borracho de los hombres del otro lado estaba gritando—. ¿Quieres un trago? ¡Abandona al pelirrojo y ven y tómate una conmigo!

—Parece una buena opción eh Hermione—le sugerí divertida.

—Vamos a sentarnos en algún sitio—dijo Hermione apresuradamente cuando Ron abrió la boca para responder gritando al otro lado de la calle.—Miren, ¡esto servirá, entren aquí! Era un café nocturno pequeño y gastado. Un ligera capa de grasa yacía sobre todas las mesas acabadas en
formica, pero por lo menos estaba vacío.

Entramos y nos situamos en una mesa cerca de la salida, Hermione y Ron habían quedado de espaldas a la puerta y a ella parecía inquietarle mucho la situación puesto que giraba la cabeza cada vez que podía hacia atrás para ver que era lo que sucedía.

Me sentía incómoda y ansiosa, pronto me fui dando cuenta de que la poción se estaba acabando, mis manos dejaron de ser tan blancas para dar paso a mi color natural y mi negro cabello comenzaba a ondear mostrando mi pelo real.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora