Avatar. Siempre Juntos

Galing kay nicolasgodetti

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En lo que se van desarrollando como héroes y figuras mundiales, nuestros cinco protagonistas verán la vida pa... Higit pa

Introducción
Capítulo 1. Fin de la Fiesta, Parte 1 (Inicio del Libro 1: Loto Negro)
Capítulo 2. Fin de la Fiesta, Parte 2
Capítulo 3. Reflexiones
Capítulo 4. Firmeza y lealtad
Capítulo 5. Contención
Capítulo 6. Infiltrada
Capítulo 7. Máscara caída
Capítulo 8. Alianza rota
Capítulo 9. Fugitivo
Capítulo 10. Golpe de Estado, Parte 1
Capítulo 11. Golpe de Estado, Parte 2
Capítulo 12. Conspiraciones
Capítulo 13. A su disposición...
Capítulo 14. Él no es el único...
Capítulo 15. Agni Kai
Capítulo 16. "Nos volveremos a ver..."
Capítulo 17. Los Cuatro Temerarios (Inicio del Libro 2: República Unida)
Capítulo 18. Jefa Beifong
Capítulo 19. Relación complicada
Capítulo 20. En dudas
Capítulo 21. La propuesta
Capítulo 22. Noche alocada
Capítulo 23. En el punto de mira
Capítulo 24. Atormentados
Capítulo 25. "Hasta pronto, Señor del Fuego"
Capítulo 26. Recuerdos de un gran día
Capítulo 27. "Juntos venceremos"
Capítulo 28. El enemigo está dentro
Capítulo 29. Testigos en peligro
Capítulo 30. Alta traición
Capítulo 31. Corrupción y discordia
Capítulo 32. República Unida de Naciones
Capítulo 33. La boda de Aang y Katara
Capítulo 34. Princesa Izumi
Capítulo 35. Adiós a un grande... (Inicio del Libro 3: Crecimiento)
Capítulo 36. Nuevos habitantes en la Isla
Capítulo 37. ¿El primero de cuántos?
Capítulo 38. Padres primerizos
Capítulo 39. "En honor al Avatar Aang..."
Capítulo 40. Ruptura
Capítulo 41. Tiempos felices
Capítulo 42. Atentados a la Justicia
Capítulo 43. Tensión
Capítulo 44. Presionados
Capítulo 45. Amor y terror
Capítulo 46. Entre la espada y la pared
Capítulo 47. "Mi todo"
Capítulo 48. Técnica Prohibida
Capítulo 49. Corporación Col
Capítulo 50. Por segunda vez...
Capítulo 51. Más fuertes que nunca...
Capítulo 52. EL REY
Capítulo 53. Plenitud (Inicio del Libro 4: Orígenes)
Capítulo 54. Cicatrices
Capítulo 55. Amor es amor
Capítulo 56. Los hijos del Avatar
Capítulo 57. Cita "a ciegas"
Capítulo 58. Una nueva oportunidad
Capítulo 59. Un momento para recordar...
Capítulo 60. ALEGRÍA
Capítulo 61. Karith
Capítulo 62. "Ella es la mejor"
Capítulo 63. Mentiras y amores sin culpa
Capítulo 64. A un paso de...
Capítulo 65. La jugada de Yakone
Capítulo 66. El legado de los Sato
Capítulo 67. ¡Como roca!
Capítulo 68. Una Beifong más
Capítulo 69. Primeros verdaderos pasos (Inicio del Libro 5: Tío Sokka)
Capítulo 70. Futura Reina
Capítulo 71. Tío Sokka
Capítulo 72. "Nunca dejes de sonreír"
Capítulo 73. Heridas que no cicatrizan
Capítulo 74. Dejarse llevar...
Capítulo 75. Más juntos que nunca
Capítulo 76. Compañía Incondicional
Capítulo 77. Oogi
Capítulo 78. Tiempo juntos
Capítulo 79. Como una familia...
Capítulo 80. Reunión
Capítulo 81. Sometidos (Inicio del Libro 6: El Caso Yakone)
Capítulo 82. Jefa Invicta
Capítulo 83. Familia Beifong
Capítulo 84. El Encuentro
Capítulo 85. Esperanza
Capítulo 86. Yakone
Capítulo 87. Concejal Sokka, Parte 1
Capítulo 88. Concejal Sokka, Parte 2
Capítulo 89. El Juicio a Yakone, Parte 1
Capítulo 90. El Juicio a Yakone, Parte 2
Capítulo 91. Heredero (Inicio del Libro 7: El futuro)
Capítulo 92. Hojas de Vid
Capítulo 93. Opuestos
Capítulo 94. Realeza
Capítulo 95. Sueño Cumplido
Capítulo 96. Sin rumbo fijo
Capítulo 97. El futuro se hace presente
Capítulo 98. Industrias Futuro
Capítulo 99. Internas Familiares
Capítulo 100. Traspaso de Poder
Capítulo 101. Los hijos de Aang y Katara
Capítulo 102. La odisea de Suyin
Capítulo 103. Jefe Sokka (Inicio del Libro 8: Despedidas)
Capítulo 105. LEYENDA
Capítulo 106. Sentimiento Igualitario
Capítulo 107. Un amor de verdad
Capítulo 108. Larga vida a la Reina Mai
Capítulo 109. El llamado a la protección
Capítulo 110. Un último baile
Capítulo 111. SIEMPRE JUNTOS
Capítulo 112. Un motivo para seguir
Capítulo 113. Dolor en la belleza
Capítulo 114. GRACIAS
Capítulo 115. Descendientes
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 104. Relación Tóxica

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Galing kay nicolasgodetti

| 147 DG |


Todo en Ciudad República no podría ir mejor. Por más que la partida del tan querido, respetado y admirado Concejal Sokka dolió un poco, eso le ha dado una gran oportunidad de renovación al Consejo de la República Unida, el cual ya comenzaba a quedarse bastante atrás en cuestiones sociales, pero que con la suma de un nuevo Concejal por la Tribu del Sur, se actualizó mucho.

Ahora han pasado dos años desde que Sokka y Suki dejaron Ciudad República, y un total de siete desde la partida de Toph Beifong. Si algo se ha aprendido, es que todo es transitorio, inclusive los héroes. El Avatar aún reside en la Ciudad, pero con 59 años de edad bien contados ya se ha retirado un poco de la acción, lo que ha llevado a que el crimen aumente un poco.

Pero aunque la mismísima Toph Beifong no está pateando traseros criminales, sí lo hace quien dejó en el puesto, y no es nadie menos que su propia hija Lin. La joven adulta de ahora 30 años se ha ganado gran fama en las calles por encerrar a todo aquel que atenta contra la paz y contra el orden, llevando con orgullo la placa allá por donde va y claro, su apellido.

Lejos de volver victoriosa a casa, saltando de emoción una vez termina de detener el atraco a un banco o el robo a una pobre ancianita, Lin llega a casa en las noches sumamente agotada, y en los fines de semana su llegada a casa es un poco más larga pues debe esperar a que su novio pase por ella en la Bahía Yue, lo que sólo sucede una vez él termina su sesión de meditación.

No es que le moleste que medite, pero algunas veces incluso prefiere pagar a un velero para que la alcance hasta el Templo Aire de la Isla. Lin algunas veces piensa que Tenzin se mete en ese mágico mundo espiritual y se queda jugando por horas y horas con esas criaturas tan... irreales. Pero no le importa, mientras él esté con ella en las noches y le tranquilice...

Ha pasado mucho tiempo desde que Suyin abandonó Ciudad República, y aunque al principio aquello significó un gran respiro para Lin, en cuanto recibió el cargo de Jefa de Policía y todo el peso que aquello conllevaba cayó sobre sus hombros, su vida no pudo ir de mal a peor.

A veces recuerda cuando era niña y su tío Sokka le contaba viejas historias en donde él y su madre eran los protagonistas, y en donde junto al Avatar estafaban pueblos de la Nación del Fuego a la vez que le pateaban el trasero a un tal "Chispiante Hombre Bomba". Cuando Lin vio a su madre aparecer tanto en las noticias, creía que aquellas aventuras, Toph las repetía pero siendo más adulta, sin embargo no tenía ni idea de a lo que se enfrentaba su madre día a día.

El caos en Ciudad República no era sólo por ladrones o matones que buscaban dominar en los distintos distritos... A veces el caos era dado por los propios ciudadanos "pacíficos" del país. Cuando habían marchas multitudinarias, cuando hacían piquetes, o cuando un llamado de una supuesta emergencia era porque el gato de una señora había trepado hasta lo alto de un árbol.

Fuese lo que fuese, Lin tenía la obligación de ayudar. Ese era su trabajo, y había aceptado que sería su forma en la que buscaría enorgullecer a su madre, aunque ésta se fue apenas dejó su cargo como Jefa y ya no volvió a saber de ella... Toph no había buscado contactarla, y ella no le iba a dar el gusto a la anciana de ser ella quien busque hablarle.

A pesar del paso de los años, Lin aún sentía un poderoso rencor por lo que hizo su madre. Por cómo encubrió a Suyin y cómo no le importó que aquello acabase con su carrera. No le importó dejar todo de lado, no le importó dejarla a ella de lado. Simplemente tomó sus cosas y se largó. Así había hecho siempre Toph, así que no entiende del todo qué le sorprendía.

Ahora, lo único que Lin tenía para conectarse a tierra, por más que de por sí fuese una Maestra Tierra, era Tenzin. Ellos habían comenzado una relación hacía algunos años y hasta ahora la vienen llevando bien. Han tenido sus baches, pero ¿qué relación no los tiene? Lo que más importa es que han superado todo obstáculo y siguen juntos, siendo felices.

Llegando hasta el Templo Aire de la Isla, Lin levanta la mirada y ve la Torre Principal brillando en el centro de la isla. En lo que el velero abandona aquel pequeño muelle, la joven Lin avanza cargando un pequeño bolso verde. Es fin de semana, por lo que hasta la próxima semana no va a regresar a la Ciudad. Serán dos días enteramente dedicados a su relación.

Subiendo todas las escalinatas hasta el centro de la Isla, Lin camina un poco firmemente hasta que oye una voz familiar. Se trata de una mujer y parece estar hablando con alguien, pero no con otras personas, sino con animales, quizá. Su voz está modificada, pero de igual forma le ha podido reconocer. Entrando en un enorme huerto, Lin le ve en el fondo trasplantando flores.

-¡Katara, soy yo!- Exclama Lin, alzando la mano en señal de saludo.

Llevando un sombrero de heno marrón, Katara levanta un poco la vista y saluda a su nuera con una gran sonrisa. Está trasplantando varios tulipanes y es acompañada por tres lémures alados de cola anillada. Respirando aquel aire fresco y sintiendo el olor de las verduras bajo la tierra, Lin se relaja un poco. Ha sido otro largo día en la Estación de Policía y aquella Isla, con su aroma y su esencia, siempre le calma muchísimo.

-Si quieres entra en el comedor, allí están Aang y Tenzin jugando Pai Sho.- Le indica Katara.

-Sí, eso haré. Gracias Katara.- Le dice Lin, despidiéndose y marchándose de vuelta al camino.

Dejando atrás el huerto, Lin se reincorpora en el camino principal de la Isla, llegando tras un minuto hasta uno de sus edificios centrales. Antes de entrar ve por la ventana a Aang y Tenzin muy concentrados en su partida de Pai Sho. Sabiendo bien que no suele ser bueno interrumpir a Tenzin en aquellas sesiones, pues en la mayoría Aang le vence fácilmente, decide retroceder y dirigirse antes a las habitaciones. Ya le verá durante la cena.

Una vez ha llegado a su habitación Lin acomoda sus cosas, dejando su ropa en el armario. No le es necesario hacer espacio pues Tenzin siempre tiene toda su ropa muy bien ordenada, además de que ésta ocupa apenas un tercio de todo el espacio del armario. Moviendo un poco sus perchas con sus túnicas de gala, Lin deja su armadura metálica así como sus botas.

Después de cambiarse a ropa un poco más hogareña, Lin se cubre aquel pijama con una gran bata verde agua, y una vez ata el listón sale de las habitaciones, chocándose con alguien más y tambaleándose, algo muy anormal en ella. Terminando estampada contra la pared, Lin se queda perpleja unos segundos, y en cuanto aclara su vista ve que aquella persona ya se ha ido.

-Deberían enseñarle a los acólitos a no ser tan tímidos.- Murmura Lin, siguiendo con su salida.

Llegando hasta el gran comedor, Lin ve a varios grupos de acólitos distribuidos por todo el lugar hablando y riendo entre sí, viendo en el fondo a Aang y Katara abrazados en el extremo de una mesa y a Tenzin mirándolos con una pequeña sonrisa. En cuanto oye sus pasos por el piso de madera, Tenzin se voltea y aumenta el tamaño de su sonrisa.

-Mamá me dijo que habías llegado, ¿cómo estás cariño?- Le recibe Tenzin, dándole un fugaz abrazo y un beso en la mejilla.

-Ya sabes... un día más en la Estación de Policía.- Responde Lin sin muchos ánimos.

-Jaja, no dejes que ese lugar absorba todas tus energías Lin, o terminarás tan gruñona como tu madre.- Le dice el gran Aang de 60 años, bebiendo un poco de su vaso.

-Aang, ¿qué estás bebiendo? No me digas que es...

-¡Sí! Jugo de banana y cebolla, ¡con el tiempo le tomas el gusto!- Exclama el adulto mayor, riendo un poco. -¿Quieres?- Le ofrece a su amada de aquel vaso de madera.

-Eh, paso...- Le dice Katara, con cierta expresión de desagrado, pero al final de todo riendo y besando la mejilla de su "amorcito".

-Y, ¿te instalaste bien?- Le pregunta Tenzin por otro lado a su novia.

-Sí... Realmente necesitaba un poco de tranquilidad, aunque me he chocado con un acólito muy maleducado que ni siquiera se quedó a ver si estaba bien.- Comenta Lin.

-¿Es en serio? ¿Y no le has visto la cara?- Le pregunta Aang, frunciendo levemente el ceño.

-Todo fue muy de prisa, señor Aang.- Contesta Lin. –Pero en fin, ya no es problema.

-Bueno, sea quien sea realmente tenía apuro.- Piensa Tenzin, en lo que un par de acólitos llegan con varias bandejas de comida vegetariana para los monjes.

-Amorcito, llevamos 36 años casados y sigues cenando carne roja junto a mí.- Se queja Aang.

-Perdona cariño, no es mi culpa ser una carnívora del Polo Sur.- Responde Katara, riendo.

-Si en 36 años no le has podido cambiar, papá, yo ni tengo oportunidad.- Le comenta Tenzin a su padre, riendo un poco más junto a él.

Ellos dos realmente tienen una gran conexión.

-Oh no, hijo, desde ya te lo digo yo mismo. No tienes oportunidad.- Le dice Aang. –Pero no por los pocos años que lleváis juntos, sino por otra razón. Es hija de Toph.

De pronto la risa estalla en toda la mesa, aunque de parte de Lin es un poco fingida. A pesar de que lo que ha dicho Aang es verdad y puede ser tomado como algo gracioso, a Lin no le divierte nada ser hija de Toph. Lo único que le agradece es haberle dejado libre lo suficiente como para que supiera a tiempo lo que quería de su vida, y no tenerla retenida como sí hicieron con ella... Pero respecto a los demás, a Lin no le emociona mucho ser una Beifong.

Después de la agradable aunque un poco incómoda cena, Tenzin y Lin se han retirado a las habitaciones. Siempre es lindo pasar una velada junto a Aang y Katara. El amor que se tiene el uno al otro ha superado las barreras de la distancia y el tiempo, y después de tantas décadas siguen juntos amándose y respetándose... Demostrando que sí, es posible.

En lo que Lin se termina de acomodar el cabello en un rodete para dormir más cómoda, en la cama doble Tenzin parece estar meditando, otra vez. En su mesita de luz hay tres velitas que forman un triángulo. Las tres están encendidas y su fuego ilumina un poco la habitación. Tras terminar de prepararse, Lin se dirige a la cama y al ver aquello suspira pesadamente.

-Tu espíritu carga con una abrumadora tensión.- Comenta Tenzin, abriendo sus ojos.

-No me vengas con tus análisis espirituales ahora Tenzin. Quiero dormir. Ha sido un día largo.- Le deja claro Lin, acostándose y tapándose con doble sábana.

-Si quieres lo podemos hablar... de novio a novia, novia a novio... Ya sabes...- Le propone él.

-Si prometes no meter frases filosóficas de Maestros Aire, sí.- Le pide Lin, volteándose hacia él.

-Muy bien.- Responde él, pasando su mano por sobre las tres velas y apagándolas todas con un leve movimiento de Aire Control. La habitación queda a oscuras, y sus rostros son iluminados por la luz de la luna que entra débilmente por la ventana. –Adelante.

Viendo fijamente el rostro de su novio sumido en la oscuridad, Lin respira hondo.

-Estoy harta... Harta de, de ser una Beifong.- Dice con cierta timidez.

-Cuando era pequeño, mi padre me decía que cuando nacemos...

-¡Ugh, es que no se puede!- Grita Lin, levantándose de la cama y gruñendo.

-¿Qué? Estaba por decir algo muy bueno...- Le dice Tenzin, sin entender qué pasó.

-¿Por qué no tratas de escuchar el resto de la historia y luego responder desde tu propio punto de vista? Siempre basándote en todo lo que te contaron de pequeño, y siguiendo todo ese adoctrinamiento Nómada Aire que para lo único que te sirve, ¡es para irte todo el día al mundo de los espíritus a juguetear con las criaturas mágicas, mientras en el mundo real las personas reales nos quedamos a afrontar las situaciones reales!- Le grita Lin.

-Así que de eso se trata todo esto...

-¡De eso siempre se trató! Te crees especial porque uh, controlas el viento, eres la segunda y única persona en el mundo en hacerlo, y gastas todo tu poder en meditar y meditar, cuando hay miles de personas ahí fuera a las que les vendría bien un justiciero volador. Pero siempre es lo mismo con los de tu gente, ¡siempre tan egoístas!- Le vuelve a gritar la Jefa Beifong.

-Espera, espera, la del problema aquí ERES TÚ.- Le detiene Tenzin, levantándose de la cama. –Tú tienes tu propia tensión acumulada y la descargas en mí, y esa tensión y esa angustia es por nunca haber logrado ser una buena hija de Toph, mientras Suyin siendo rebelde y criminal sí lo logró. ¿No oíste las noticias? "Suyin Beifong funda una nueva ciudad en el suroeste del Reino Tierra, Toph Beifong asiste a la ceremonia de inauguración", ¿cómo te queda eso? ¿Eh? Seguro que ni lo soportas y ahora te desquitas conmigo que sí, sólo medito todo el día, ¿pero sabes qué? Sólo con eso ya enorgullezco a mi padre, algo que aparentemente nunca podrás.

Quedándose en silencio, Lin se dirige al armario y comienza a guardar sus cosas en su bolso.

-Espera Lin, no te vayas. Que esto no acabe así...- Le pide Tenzin. –Quizá me pasé un poco.

-No, Tenzin. Esto no se acaba. Mañana cuando estés más tranquilo lo hablaremos tras el desayuno, ahora me voy a dormir a una habitación de invitados.- Le dice Lin, saliendo por las puertas dobles de la habitación.

Soltando un corto suspiro, Tenzin se echa sobre la cama y gruñe un poco...

A la mañana siguiente, tal y como Lin lo dijo, se hizo. Mientras la mayoría de acólitos estaban desayunando en el gran comedor, en las praderas de la Isla Tenzin y Lin hablaban y cada tanto la Jefa de Policía elevaba la voz. Una hora más tarde, Tenzin ya está volviendo al centro de la Isla en donde Katara le espera con un vaso de limonada. Lin se queda en mitad del césped con plena vista hacia Ciudad República.

-¿Qué ha pasado, hijo?- Le pregunta Katara con una voz suave y calmada.

-Agh, no lo sé... Está alterada.- Le dice Tenzin, bebiendo del jugo. –Gracias, madre.

-Escucha, antes de que sigas gritándote con Lin, quería ver si podías hacer algo por mí.

-Sí, dime.- Responde Tenzin de inmediato. Lo que sea para no volver allí.

-Ayer se ha sumado a los acólitos una nueva integrante. Yo tenía planeado mostrarle el lugar hoy, pero debo asistir en la noche a un evento benéfico con tu padre y ya sabes, a esta edad una debe comenzar a prepararse al menos seis horas antes.- Le dice Katara.

-¿Sólo a esta edad?- Bromea Tenzin, haciendo sonreír a su madre.

-En fin, ella está muy entusiasmada por sumarse a las clases que impartes a los demás acólitos pero antes me gustaría que se familiarice con el lugar. ¿Podrías...?

-Eh, c-claro mamá. Me servirá distraerme.- Le dice Tenzin, viendo hacia Lin. -¿Dónde está ella?

-Debe de estar en su habitación, en el edificio de mujeres.- Le dice Katara. –Es bastante tímida, al parecer fue ella quien tuvo aquel pequeño choque con Lin anoche.

-Oh... Bueno, entonces será mejor que la encuentre yo antes que Lin, jeje.- Vuelve a bromear el hijo menor de Katara. –Disfruta tu noche, madre. Y no dejes que papá beba mucho jugo de banana y cebolla.- Le dice dándole un beso y dirigiéndose hacia las habitaciones de mujeres.

Una vez llega hasta el mencionado edificio, Tenzin entra por los pasillos y se cruza con alguna que otra acólita antigua. Finalmente, llega hasta una de las últimas habitaciones la cual tiene sus puertas abiertas. Antes de poner un pie dentro, Tenzin toca tres veces.

-¡Está abierto!- Oye desde dentro.

Entrando lentamente, Tenzin se encuentra con una montaña de ropa tirada en el suelo. El armario a un lado está abierto de par en par y parece que la joven está dentro...

-Eh, perdona el lío, mis padres me hicieron traer tanta ropa y parece ser que sólo usaré la ropa de acólita, Jajaja... En fin, es una lástima pues seguro sudaré el conjunto rápido y yo...- Sigue hablando aquella jovencita, saliendo del armario y mutándose en cuanto ve a Tenzin. –Yo...

-Bienvenida al Templo Aire de la Isla. Yo soy Tenzin.- Dice el joven de 30, inclinándose.

-Uh... eh, oh... e-res e-el... o sea, eres T-Tenzin... El hijo del Avatar.- Dice la jovencita, en lo que se ruboriza y agacha la mirada. –Y-yo, lamento esta mala primera impresión, y-yo... eh...

-No te preocupes, todos necesitamos nuestros propios tiempos para asentarnos.

-¡Y que lo digas!- Exclama la chica. –Además el colchón de la cama fue muy duro en la primera noche y tenía ciertas dudas pero...- Sigue hablando la chica, volviéndose a callar al ver al joven Tenzin a los ojos. –Eh... disculpa, eh, qué tonta soy. No me he presentado. Soy Pema.

-Es un gusto Pema, yo soy Tenzin.- Vuelve a decir el Maestro Aire, dándose cuenta de su error al igual que la joven. –Eh, aunque eso... eh, ya lo sabías.- Agrega, sonriendo un poco. –Eh, mi madre no podrá guiarte por la Isla así que he venido en su lugar.

-¡Fantástico! Eh, deja que me cambie y me ponga la ropa naranja, jeje, y voy.- Le dice Pema.

-Te espero fuera.- Le dice Tenzin, saliendo de la habitación.

-¡Y Tenzin!- Oye de repente, volteándose rápidamente. –Gracias, por la bienvenida.

-No hay de qué.- Le dice Tenzin, volviendo a sonreír tímidamente.

Mientras para Lin estaban siendo unos días caóticos, para Pema fue un muy buen inicio en el que sería su nuevo hogar. Guiada por Tenzin, conoció toda la Isla y todos sus secretos, hasta que finalmente le tocó cruzarse con Lin, quien por suerte no le reconoció como la jovencita del choque en aquella noche.

Las semanas fueron pasando y Pema se acostumbraba cada vez más a la vida de acólita, asistiendo y participando activamente en las clases que daba Tenzin. Incluso era muy buena meditando, clases que daba el mismísimo Aang en persona. En ciertas ocasiones Aang incluso destacaba su concentración o le aconsejaba meditar un poco más junto a Tenzin.

En aquellos tiempos extra, Tenzin y Pema aprovechaban para hablar un poco. Sin la supervisión de Aang no era necesario que se queden una hora entera con los ojos cerrados. Pema tenía mucho que contar y Tenzin le escuchaba atentamente, a veces cruzando algunas viejas anécdotas de cuando era pequeño, y que eran muy bien recibidas por su nueva amiga.

Mientras aquello florecía, la relación de Tenzin y Lin no podría ir peor, y finalmente un día en el que ambos jóvenes hijos de Aang y Toph estaban reunidos hablando tranquilos, el Avatar de 60 años irrumpió en su charla y soltó cierto comentario que desconcertó a Lin. "Cuando tengan su primer hijo, seguro heredará de ambos su tranquilidad".

Aquello fue sin dudas lo peor que Aang pudo haber dicho, porque sin saberlo, o quizá sí, había desencadenado una nueva crisis en la pareja. Un día, Lin le planteó la situación a Tenzin, y le dejó muy claro que ella no quería tener hijos. Ante esto, Tenzin se quedó atónito, pues su idea era en los próximos meses casarse y procrear. Lin no quería aquello, pero Tenzin sí, además de que aquella era su obligación: traer nuevos maestros aire al mundo.

La relación de Tenzin y Lin se complicó, y mientras tanto el Maestro Aire pasaba cada vez más tiempo junto a Pema, quien en secreto había comenzado a desarrollar un profundo amor por Tenzin. La joven acólita, sin poder creer que Tenzin estaba siendo tan infeliz junto a su novia opuesta, Maestra Tierra y Metal, un día decidió intervenir.

Y lo hizo en pleno día de campo de la feliz pareja, pidiéndole ayuda a Tenzin para calmar a unos lémures que se estaban peleando por unos trozos de fruta. Fue así como Pema se llevó a Tenzin lejos de Lin y en el pabellón de meditación le declaró su amor a Tenzin. El mismo al principio se sorprendió, pero pronto aceptó que su relación con Lin ya no era la mejor, y que había pasado a preferir pasar el tiempo junto a su nueva mejor amiga y mejor acólita.

En el mismo momento en el que le declaró su amor, Pema fue dulcemente besada por Tenzin, quien no se percató de que estaban siendo observados... Lin estaba allí, y estaba destruida...

Pero el corazón de Lin no fue lo único en destruirse en aquel día. Tenzin recuerda, ahora que ya han pasado unas cuantas semanas, cómo Lin no quiso ni oír explicaciones, sino que se montó en su ola de tierra y comenzó a arrasar con todo el Templo Aire de la Isla, deformando todo su terreno y derrumbando las cuevas de los bisontes, haciendo volar parte del huerto...

Lin estaba poseída por el dolor y por su corazón roto, y finalmente se detuvo cuando vio que Aang y Katara le veían con expresiones de gran horror. Cuando se bajó su placa de piedra, Lin vio a Pema detrás de Tenzin, asustada, y entonces hizo lo impensado: intentó arrestarla. Lanzó su cable metálico hacia Pema, pero Tenzin la protegió con Aire Control.

Fue ahí cuando todo se salió de control, y Aang elevó la voz. Echó a Lin de la Isla y le juró que si regresaba, no le iba a importar que fuese hija de su gran amiga Toph. Con 60 años, Aang demostró que a pesar del tiempo seguía siendo tan poderoso como siempre y que no iba a dejar que nadie pisoteara su hogar y a su familia. Además, le agradaba más Pema para su hijo.

Y fue así como Lin se marchó sin más del Templo Aire de la Isla, para no volver nunca más... O al menos no, mientras el Avatar Aang siguiese con vida. Había mucho que reconstruir en la Isla, pero ahora Tenzin estaba feliz junto a Pema, con quien podría tener una buena vida.


~*~*~

Nota: Espero que este nuevo capítulo les haya gustado. Estamos, como ya deben saber, en la ETAPA FINAL del fanfic, así que espero ver mucho apoyo en votos y compartiendo la historia con todos sus amigos. ¡Nos acercamos a los últimos 10 capítulos! ¿Qué le depara a nuestros héroes favoritos en sus últimos años de gloria? ¡Descúbrelo en las próximas semanas! Nos vemos el miércoles con un nuevo capítulo. -Nico.

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