Y después de tanto mirarte. De tanto estar cerca de un momento a otro te vas y entonces ya no se que pasa, ya no se quien soy.
Respirar, eso era lo que tenía que hacer, pero no podía.
Los nervios me mantenían suprimiendo todo.
Todos estabamos listos para despegar.
Mi apariencia era igual a la de Harry, habíamos tomado una posion multijugos para tomar su físico.
Había 8 Harry's: Ron, Hermione, Fred, George, Fleur, Mundungus yo y por supuesto Harry.
Cada uno con una pareja.
Harry, Hagrid y Hedwig se encontraban en la vieja moto de Sirius.
Mundungus con Ojoloco en escoba.
El señor Weasley con Fred y George con Remus en escoba también.
Fleur y Bill en un thestral.
Hermione y Kingsley en Thestral.
Ron y Tonks en escoba.
Y al final estábamos mi padre y yo, en escoba.
La jaula de ceniza colgaba de mi cinturón, pero me estorbaba demasiado.
—Tal vez sea mejor que la dejes libre unos momentos ¡eh!.—me dijo mi padre.
Tenía razón, abrí cuidadosamente la puerta de la jaula y sin pedir permiso alguno el ave salió disparada de ella.
—¡TE VEO LUEGO!—le grite y solté la pesada Jaula.
POV.Draco.
—¿Tengo que ir?.
—Hace falta uno y te quiere a ti.
Bufe.
—Draco...
—Va, Va, esta bien, iré, no necesito sermones—me levanté.
Y al momento todo mi cuerpo comenzó a doler.
—¡AAAH!.
—¿Te duele idiota?.
—No me llames idiota...—dije con indiferencia.
—Es lo que eres, déjame ayudarte—se acercó a mi y me apuntó con su varita.
—No te atrevas a curarme, no lo necesito.
—Bastante tarde—y la sacudió un momento y entonces sentí alivio.
—Gracias—dije entre dientes.
—Es un placer—sonrió con aquella mirada sinica, su dentadura tan blanca mostraban una sonrisa reluciente.
Siempre sonreía como si nada estuviera pasando.
Me levanté de la cama y me acerqué a el.
—Gracias amigo.
—Vamos idiota, si tienes suerte tal vez la veas.
—Si tengo suerte no lo haré Blaise, si la veo tendré que atacarla.
—Oh Draco, atacala y falla—se encogió de hombros.
—Tal vez lo haga—sonreí.
[...]
Hagrid puso en marcha la moto.
Y rugio como un dragon.
Me apreté fuertemente a la cintura de mi padre y me recargue en su espalda apretando los ojos.
—¿Lista?—me pregunto.
Y yo no podía pensar en nada más que en lo que podría pasar.
—Lista.
—¡Buena suerte a todos!—Grito Moody—Nos vemos en un hora en la madriguera, contare hasta tres...
Mire a mi lado, en la otra esquina estaba otro Harry y por su pareja pude saber que era Hermione.
—¡UNO!...
Mire al frente, podía sentir el aire fresco de la noche inundar mis mejillas.
—¡DOS!...
¿Draco estará aqui?.
—¡TRES!...
Y mi despegamos, y el aire se intensificó en mi cara, y me sentí más libre, el aire echaba mi cabello hacia atrás y los ojos me lloraban, volamos alado de Harry, lo mire y pude ver una sonrisa nerviosa en el, la misma que tal vez yo le estaba propiciando en ese momento y después nos alejamos.
Todo parecía estar bien de momento, pero en unos segundos ya estábamos rodeados, más de 30 figuras encapuchadas volaron alrededor de nosotros, estábamos en medio de un círculo en el cual no planeamos estar.
Hagrid y Harry se habían separado del círculo y ahora parecía que caían en picada, pero ya no pude seguirles la pista.
A mi lado ya se encontraban 3 mortifagos.
Una luz verde paso por encima de nosotros, me gire para defenderme mientras mi padre seguía el ritmo para mantenernos a salvo, y ya no había nadie, muchos estaban muy al frente y ninguna pareja se encontraba detrás, pero entonces lo vi.
Aún con la cara cubierta podía notar aquellos rubios cabellos, aquellos ojos y aquella varita apuntando, un chorro de luz verde salió de ella casi pasando sobre nosotros y sonrió.
Lance el primer hechizo que se me ocurrió y Draco lo esquivo, pero alcanzó a derribar a otro mortifago.
—¡ESA ES MI PEQUEÑA!—grito mi padre—Ya estamos cerca cariño, sigue así.
De nuevo dos mortifagos atacaban sin piedad.
—¡IMPEDIMENTA!—grite tratando de repeler los hechizos.
El hechizo parecía haberle dado a un mortifagos en el pecho, se quedó suspendido en el aire chocando con algún otro.
—¡DESMAIUS!—era su voz, agache la cabeza esperando que no me diera a mi, pero no parecía ser así, el hechizo ni se acercaba ni un poco a mi cabeza.
Mi padre gritó y entonces supe a quien le había dado, la escoba comenzaba a caer en picada mientras el iba desmayado.
—¡NO!—grite, aún me sostenía fuertemente de su cintura, pero el ya no parecía responder y cada vez estaba más pesado. Ya estábamos tan cerca.
Y mientras caiamos dos mortifagos nos seguían, les reste importancia sabiendo que si este era el momento en el que moriría me importaba más mi padre.
Pero Draco me había atacado, había sido el quien había echo esto, las lágrimas corrían por mis ojos mientras caía en picada tratando de mantener a mi padre conmigo y de controlar sin éxito la escoba.
El suelo estaba cada vez más cerca, abrazada a él cerré los ojos rendida y esperando en cualquier momento sentir el chocar él suelo con mi cara.
—¡VUELO!.
Y el suelo nunca chocó con nosotros, la escoba se enderezo antes de caer, y cuando llegamos al el mi padre inconciente cayó junto conmigo.
Pero yo no había conjurado el hechizo, me acerqué a él y tome su cabeza entre mis manos, sentí su corazón, aún había pulso puesto a que no había sido alguna maldición asesina.
Esperaría mientras se despertaba, la preocupación me inundaba mientras veía como se acercaban.
Los dos mortifagos se posaron frente a mi.
Se miraron y luego me miraron.
Pronto se bajaron las capuchas dejando ver su cara y la oscuridad no me dejaba apreciar bien de quiene se trataba, pero en cuanto mis ojos se acostumbrarnos a la oscuridad pude darme cuenta buen de quienes eran.
Draco y Blaise.