Capítulo 9: Parte IV
Lauren, 8 de mayo; Los Ángeles
Simon les había aconsejado la noche anterior, a todo el equipo H, que se tomasen aquel domingo para conocerse más en profundidad. Nadie les pedía que fuesen intimas amigas, pero debían tener cierta compenetración para facilitar después las misiones que fueran viniendo en un futuro. Si eran un equipo debían comportarse como tal.
Todas sabían eso, incluso Lauren, pero igualmente para ella no era algo fácil. Después de todo, se había pasado los dos últimos años de su vida con un contacto mínimo hacía las personas. Y ya había sido difícil para la motorista esos últimos días, rodeada de cuatro chicas muy habladoras, pero en esos momentos le estaban pidiendo un esfuerzo más:
Así que aquel domingo, cuando todas se levantaron, aunque algunas les costó más que otras, -aka Dinah Jane-, sin embargo, en el momento en el que todas estuvieron juntas, después del almuerzo, decidieron ir al plan más sencillo: películas.
Dos películas y varias bolsas de palomitas después, Normani y Dinah propusieron dar un paso más en su relación como amistad y buscar apelativos para cada una. A decir verdad, todo empezó cuando una de las chicas, mientras jugaban al billar, llamó a la chica de piel oscura por su habitual apodo: Mani.
Así fue como empezó todo:
-¿Estamos todas de acuerdo en que Ally debe ser Allycat?
Lauren vio como todas sus compañeras asentían con la cabeza seriamente como si estuviesen en una reunión importante en esos momentos. Concretamente, con el caso de la vidente, se habían puesto todas de acuerdo casi al instante de que Normani sugiriera el nombre. Pero no todo había sido tan fácil. El caso anterior, y muy extremo, había sido con el nombre de Dinah. Ellas se habían pasado más de diez minutos debatiendo, o discutiendo, sobre que mote le quedaba mejor a la polinesia; Camila por un lado defendía el nombre de Cheechee, mientras que Normani protestaba con un "Beyoncé 2.0". Ally y Lauren tan solo se habían quedado calladas sin que les convenciera ningún nombre. Así que con el caso de la polinesia, habían decidido que cada una la llamaría como quisiera en el momento:
-¿Y el de Lauren?-preguntó Ally mientras se inclinaba sobre la mesa ya que era su turno para golpear.
A decir verdad, no estaban jugando ninguna partida de billar; ellas simplemente jugaban con un orden. Mientras debatían sobre el tema de los nombres, cada una tenía un turno para golpear. Si acertaba seguía, pero si fallaba, cambiaban y a la siguiente le tocaba golpear.
En un movimiento nervioso, cuando la motorista escuchó su nombre, cerró sus manos sobre el palo de billar que tenía apoyado en el suelo. Aunque en ningún momento dejó de mirar a sus compañeras, porque no sabía que esperarse de ellas:
-¡Lauser!-exclamó casi al instante Dinah.
-Te lo tenías preparado, ¿no?-preguntó Ally con una sonrisa divertida mientras se reincorporaba después de haber golpeado una de las bolas, la amarilla rayada, de forma efectiva.
Lauren sabía que aún no era su turno ya que la más bajita había metido la bola que había golpeado. Así que decidió centrar su mirada en su compañera polinesia que, en esos momentos, se veía culpable por la acusación que le había hecho la vidente. Lauser, no por favor..., pensó segundos más tarde sin poder dejar de mover sus manos.
-Lolo-contrapuso Camila un minuto más tarde.
Aquella vez, nada más escuchar esa opción, la motorista negó lentamente con la cabeza. Ese mote sonaba infantil para ella, y ya no quería pensar en el que había dicho Dinah, pero a pesar de que una parte de ella quería decirle que no a esos dos motes, no pudo decir nada. Lauren, simplemente, se quedó mirando hacia sus compañeras mientras volvían a discutir amistosamente, incluso con alguna que otra carcajada, sobre cómo debían llamarla. Quizás era por eso que no podía decirles que no quería ser llamada de ninguna manera. Por suerte, o por desgracia, no llegaron a ningún consenso y decidieron aplicar la misma norma que con Dinah. Cada una la llamaría como quisiera.
Soltando un suave suspiro, la chica de ojos verdes se acercó a la mesa de billar ya que en esos momentos le tocaba a ella, Ally por fin había fallado en uno de sus golpes.
-¡Mi turno, mi turno!-escuchó que exclamaba Camila.
Durante unos segundos Lauren se quedó mirando el tapete verde de la mesa de billar después de haberse reclinado completamente sobre este para apuntar. Ella no se movió pensando en lo que acababa de sugerir su compañera: un mote para Camila... De repente levantó su cabeza, pero sin mover ninguna otra parte de su cuerpo, y miró a la joven cubana quien se mordía el labio expectativa:
-Camz.
Al instante de decirlo sintió la mirada de todas sus compañeras sobre ella, así que decidió evitarlo de la mejor manera que sabía. Rápidamente apuntó a la bola roja lisa y golpeó con todas sus fuerzas la bola blanca, pero fue tanta la fuerza que aplicó que la bola roja caramboleó sin conseguir entrar en el agujero. Sin embargo, Lauren no tuvo tiempo de maldecir internamente por su error en el juego porque tres de sus compañeras le contestaron:
-¡Mila es mejor!-exclamó Normani muy segura de sus palabras.
-¡Chancho!-contradijo Dinah.
-¡Mila!-gritó Ally a favor de la primera idea.
Lauren de camino a su sitio, ella había estado apoyada durante todo el juego en una pared cercana a la puerta H, pasó cerca de Camila. Sin embargo, al ver que esta la estaba mirando directamente y que no estaba pendiente de la discusión que estaban teniendo sus compañera sobre cuál era el mejor apelativo, si Chancho o Mila, la motorista decidió aflojar el paso para quedar de cara a su compañera:
-¿De verdad te gusta cómo mote?-Lauren al instante de comprender a que se refería, y sin pensar, asintió con su cabeza segura de ello-A mí también me gusta mucho.
-Entonces, yo te seguiré llamando así, Camz.
Y Lauren supo que había hecho bien cuando vio como el rostro de su compañera se iluminaba con una sonrisa.
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NA: Let me love you (CAMREN) es una adaptación que he hecho de un antiguo fic mio. La vereis completa en mi perfil.