HANAHAKI. ¿MALDICIÓN O DESTINO? 3(SPANISH)

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Arthit abrió sus ojos y, tras comprobar que Kongpob seguía durmiendo con calma, se levantó de la cama y, tan sigilosamente como pudo, se vistió y salió del cuarto. Instantes después estaba en las cocinas del castillo, pidiendo a los elfos que le prepararan un buen desayuno  para dos.

"Espero que no despierte antes de que yo regrese...", se dijo mientras daba pequeños golpecitos con un dedo sobre una de las mesas de la cocina.

Habían pasado ya varias semanas desde que había decidido quedarse en el cuarto de Kong y, sin duda, no podía estar más contento con su decisión. El joven parecía estar mejor, durmiendo más y pudiendo retener en su estómago algo de lo que comía. 

Sin embargo había una cosa que no había podido lograr...que Kongpob decidiera operarse.

No había habido manera de convencerle. De hecho ni siquiera le dejaba tocar el tema.

"No pienso operarme y nada de lo que digas, o de lo que digan los demás, va a hacer que cambie de opinión...además me encuentro mejor" Le había dicho el joven una de las veces en las que había intentado hablar con él sobre ese asunto.

Después de lo cual ya no había podido decirle mucho más... mucho menos cuando era cierto que estaba bastante mejor.  Especialmente cuando pensaba en el estado de Kong hacía poco más de un mes..

Un leve gruñido asomó a sus labios cuando recordó las primeras noches que había pasado en ese cuarto y en las que Kongpob había estado la mayor parte de las horas en el cuarto de baño, expulsando pétalos de rosas rojas ante las miradas preocupadas de Em, Wad y de él mismo. 

Em casi había salido corriendo para llamar a Madam Pomfrey, sólo la expresión implorante de Kongpob y los fuertes brazos de Wad lo habían impedido.  Y la verdad, una parte de él, lo entendía. Entendía la decisión de Em que, casi gritando, le imploraba a Kong que se operara, que le dejara llamar a sus padres, a uno de los profesores.

Pero..

Pero, al final Kong había ganado. Ni siquiera había tenido que decir nada, sólo una mirada decidida a la varita que estaba a su lado había hecho que Em enmudeciera, dejándose caer en el suelo del cuarto de baño.

"Kong..Tú..." había murmurado Em mientras que él, con el rostro pálido, sólo había podido abrazar aún más a Kongpob, susurrarle palabras de aliento en sus oídos y la promesa de que no lo dejaría solo, de que jamás lo abandonaría.

Algo de lo que dijo esa noche debió de afectar a la enfermedad ya que, a partir de entonces, las pociones comenzaron a tener efecto. Kong empezó a mejorar, pudiendo desayunar en la sala con todos e incluso ir a clase sin el temor de que alguien se diera cuenta de lo que estaba pasando.

Arthit sonrió, haciendo que los elfos domésticos comenzaran a dar saltos de alegría para después continuar preparando el desayuno con más rapidez.




- "Vaya, no esperaba verte aquí..." 

Arthit se volvió hacia Garrick que, con una sonrisa, lo observaba desde la puerta de las cocinas. Hacía días que tanto él como Blaise no lo dejaban en paz, acercándose a él cuando lo encontraban solo.. algo que, por suerte, no ocurría a menudo.

Y es que, ahora que parecía que la gente comenzaba a olvidarse de su asunto, Arthit no deseaba que las acciones de esos dos pudieran hacer que todo volviera a saltar por los aires. 

Eso, sin duda, era lo último que deseaba.

Especialmente después de la última reunión familiar que habían tenido. La tensión que había habido en la sala habría podido cortarse con un cuchillo. Su prima ni le había hablado salvo para exigirle que se alejara de su novio y sus tíos... no quería ni recordar la expresión de Ginny cuando se había acercado para saludarla. 

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