95.Donde la sabiduria nace. [1/2]

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Tenía un aspecto extraño: medio enfadado, medio intrigado. Noté la piel enfermiza del duende, sus largos dedos delgados, sus oscuros ojos. Fleur le había quitado los zapatos: sus grandes pies estaban sucios. Era mas grande que un elfo domestico, pero no por mucho. Su curva cabeza era mucho más grande que la de un humano.

—Usted probablemente no recuerde...—comenzó Harry.

—...¿que yo fui el duende que te guió a tu cámara, la primera vez que visitaste Gringotts? —dijo Griphook— Lo recuerdo Harry Potter. Incluso entre los duendes, eres muy famoso.

Harry y el duende se miraron, examinándose el uno al otro.

Quería terminar la entrevista con Griphook rápidamente.

Mientras Harry parecía tratar de pensar la mejor manera de decirle cualquier cosa por la cual lo tenía frente a el, el duende rompió el silencio.

—Tú enterraste al elfo —dijo, sonando inesperadamente rencoroso— Te vi desde la ventana del cuarto que está junto a este.

—Sí— dijo Harry.

Griphook lo miró por el rabillo del ojo.

—Eres un mago inusual, Harry Potter.

—¿En qué sentido?—preguntó Harry, rascándose la cicatriz inconscientemente.

—Cavaste el sepulcro.

—¿Y?

Griphook no respondió.

—Griphook, necesito preguntarle...

—También rescataste a un duende...
—¿Qué?

—Me trajiste aquí, me salvaste.

—Bueno, ¿le debo una disculpa? -dijo Harry un poco impaciente.

—No, Harry Potter— dijo Griphook, y con un dedo torció su delgada barba negra sobre su barbilla— pero eres un mago muy extraño.

—Bien —dijo Harry— Necesito algo de ayuda, Griphook, y usted puede dármela.

El duende no dio ninguna señal de perturbarse, pero continuó con el ceño fruncido hacia Harry como si nunca hubiera visto algo como él.

—Necesito abrir una cámara de Gringotts

Harry no había tenido la intención de decirlo tan mal, estaba segura, las palabras habían salido forzadas de él como un disparo de dolor.

Sin embargo eso no impidió que los 3 inquilinos que estábamos ahí aparte de ellos lo miráramos como si estuviese loco.

—Harry... —dijo Hermione, pero fue interrumpida por Griphook.

—Abrir una cámara de Gringotts? —repitió el duende, haciendo una mueca mientras se acomodaba en la cama—Eso es imposible.

—No, no lo es —dijo Ron—Ya lo han hecho

—Sí —dijo Harry—El mismo día en el que le conocí, Griphook. Mi cumpleaños, hace siete años.

—La cámara en cuestión estaba vacía en ese momento —impuso el duende y Harry entendió que incluso aunque Griphook hubiera dejado Gringotts, estaba ofendido con la idea de sus defensas siendo violadas— Su protección era mínima.

—Bueno, la cámara a la que queremos llegar no está vacía, y adivino que su protección debe ser muy poderosa —dijo Harry— Le pertenece a los Lestrange.

Vio a Ron y Hermione mirarse el uno al otro, asombrados, pero ya habría tiempo para explicárnoslo cuando Griphook hubiera dado su respuesta.

—No tienes ninguna posibilidad —dijo Griphook llanamente— Ninguna posibilidad en absoluto. Si buscas bajo nuestros suelos, un tesoro que nunca fue tuyo...

—Mago, has sido advertido, cuidado...sí, lo sé, lo recuerdo —dijo Harry— Pero no estoy tratando de coger ningún tesoro, no estoy tratando de coger nada como ganancia personal. ¿Puede creerselo?.

El duende miró a Harry.

—Si hay un mago del que creería que no busca una recompensa personal —dijo Griphook finalmente—ese serías tú, Harry Potter. Los elfos y los duendes no han sido tratados con la protección o el respeto que tú has mostrado esta noche. No de gente con varitas.

"Gente con varitas"

Y realmente jamás me había puesto a pensar en la diferencia prominente que había entre los magos y las criaturas mágicas.

—Gente con varitas —repitió Harry: la frase sonó extraña a mis oídos incluso después de reconocerlo.

—El derecho a llevar una varita —dijo el duende tranquilamente— ha sido una larga pelea entre duendes y magos..

—Bueno, los duendes pueden hacer magia sin varitas —dijo Ron.

—¡Eso es insustancial! Los magos rehúsan compartir los secretos de la sabiduría de las varitas con otros seres mágicos, nos niegan la posibilidad de extender nuestros poderes.

—Bueno, los duendes tampoco comparten nada de su magia —dijo Ron— Ustedes no nos dirán cómo hacer espadas y armaduras como las que hacen. Los duendes saben trabajar el metal de una forma en la que un mago nunca...

—No importa —dijo Harry, notando la cara de Griphook subir de color—. Esto no trata acerca de magos contra duendes, o algún otro tipo de criatura mágica...

El pequeño duende se rió.

Destruida. (Draco Malfoy). [Libro#2]Where stories live. Discover now