Capítulo 106.

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Coloca un formulario en la mesa. Garabateo mi firma a lo largo de la línea de puntos del cheque, después el formulario. Tn Vélez. Gotas de lágrimas caen sobre el escritorio, fallando por poco el papeleo.

Administrador: Tomaré éstas, señora. Nos tomará cerca de media hora preparar el dinero.—Rápidamente compruebo mi reloj. Jack dijo dos horas, eso debería llevarnos a las dos horas. Asiento hacia Whelan, y sale de puntillas de la oficina, dejándome con mi miseria. Unos momentos, minutos, horas, más tarde, no lo sé, la señorita Sonrisa Hipócrita vuelve a entrar con una jarra de agua y un vaso.

—-: Sra. Vélez—dice suavemente mientras coloca un vaso en el escritorio y lo llena.

Tn: Gracias. —Tomo el vaso y bebo agradecida. Ella sale dejándome con mis desordenados y asustados pensamientos. Arreglaré las cosas con Christopher de alguna forma... si no es demasiado tarde. Al menos está fuera de cuadro. Ahora solo tengo que concentrarme en Paola. ¿Suponer que Jack está mintiendo? ¿Suponer que no la tiene? Seguramente debería llamar a la policía.
"No le digas a nadie o la violaré antes de matarla". No puedo. Vuelvo a sentarme en la silla, sintiendo la presencia tranquilizadora de la pistola de Leila en mi cintura, clavándose en mi espalda. ¿Quién hubiera pensado que alguna vez me sentiría agradecida de que Leila me apuntara con una pistola? Oh, Ray, me alegra tanto que me enseñaras a disparar.
¡Ray! Jadeo. Estará esperando que lo visite esta tarde. Quizás puedo simplemente tirarle el dinero a Jack. Puede correr mientras llevo a Paola a casa. ¡Oh, eso suena absurdo!
Mi celular  salta a la vida,  llena la habitación. ¡Oh, no! ¿Qué quiere Christopher? ¿Retorcer el cuchillo en mis heridas? "¿Ha sido siempre el dinero?"
Oh, Christopher, ¿cómo puedes pensar eso? El enfado llamea en mis entrañas. Sí, rabia. Eso ayuda. Envío la llamada al buzón de voz. Trataré con mi esposo más tarde. Hay un toque en la puerta.

Administrador: Sra. Vélez. —Es Whelan—. El dinero está listo.

Tn: Gracias. —Me levanto y la habitación gira momentáneamente. Agarro la silla.

Administrador: Sra. Vélez, ¿se siente bien?
— Asiento y le doy una mirada de "retroceda ahora, señor". Tomo otra calmante respiración profunda. Tengo que hacer esto. Tengo que hacer esto. Debo salvar a Paola. Tiro el borde de mi sudadera con capucha hacia abajo, ocultando la culata de mi pistola en la parte trasera de mis jeans.
El Sr. Whelan frunce el ceño pero mantiene la puerta abierta, y me impulso hacia adelante con mis piernas temblorosas. Sawyer está esperando en la entrada, escaneando el área pública. ¡Mierda! Nuestros ojos se encuentran, y me frunce el ceño, midiendo mi reacción. Oh, está furioso. Levanto mi dedo índice en un gesto de "estaré contigo en un minuto". Asiente y responde una llamada en su teléfono móvil. ¡Mierda! Apuesto a que es Christopher. Me giro abruptamente, casi chocando con Whelan justo detrás de mí, y vuelvo a la pequeña oficina.

Administrador: ¿Sra. Vélez? —Whelan suena confuso mientras me sigue de regreso adentro.
Sawyer podría estropear el plan entero. Levanto la mirada hacia Whelan.

Tn: Hay alguien ahí afuera al que no quiero ver. Alguien siguiéndome. — Los ojos de Whelan se amplían.

Administrador: ¿Quiere que llame a la policía?

Tn: ¡No! —Santo joder, no. ¿Qué voy a hacer? Miro mi reloj. Son casi las tres y cuarto. Jack llamará en un momento. Piensa, Tn, ¡Piensa! Whelan me está mirando con creciente desesperación y desconcierto. Debe pensar que estoy loca. Estás loca, chasquea mi subconsciente—. Necesito hacer una llamada. ¿Puede darme algo de privacidad, por favor?

Administrador: Desde luego —responde Whelan; agradecido, creo, de dejar la habitación. Cuando ha cerrado la puerta, llamo al móvil de Paola con dedos temblorosos.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora