Capítulo 95. (1/6)

1.6K 67 1
                                    

Sus manos se deslizan desde mis rodillas hacia abajo, rozando mis muslos, hacia mi sexo.

Christopher: Vamos, Tn. Tócate — Mi mano izquierda roza mi sexo, y froto en un lento círculo, mi boca abierta en una O perfecta mientras jadeo.
—De nuevo —susurra. Gimo más fuerte y repito el movimiento e inclino mi cabeza hacia atrás, jadeando. —De nuevo. — Gimo con fuerza, y Christopher inhala bruscamente. Tomando mis manos, se inclina hacia adelante, pasando su nariz y luego su lengua hacia adelante y hacia atrás en el vértice de mis muslos.

Tn: ¡Ah! — Quiero tocarlo, pero cuando intento mover las manos, sus dedos se aprietan alrededor de mis muñecas.

Christopher: También ataré éstas. Quédate quieta.
— Gimo. Me libera y luego desliza sus dedos medio dentro de mí, la palma descansando contra mi clítoris.

Christopher: Te voy a hacer acabar rápido, Tn. ¿Lista?

Tn: Sí —jadeo. Él comienza a mover los dedos, su mano, arriba y abajo, rápidamente, atacando ese punto dulce dentro de mí y mi clítoris al mismo tiempo. ¡Ah! La sensación es intensa; realmente intensa. El placer aumenta y atraviesa la parte inferior de mi cuerpo. Quiero estirar las piernas, pero no puedo. Mis manos forman garras en la toalla debajo de mí.

Christopher: Ríndete —susurra Christopher. Exploto alrededor de sus dedos, gritando incoherentemente. Él presiona su palma contra mi clítoris mientras las réplicas atraviesan mi cuerpo, prolongando la deliciosa agonía. Vagamente, soy consciente de que está desatando mis piernas.

Christopher: Mi turno —murmura, y me voltea de forma que estoy boca abajo sobre el sofá con las rodillas en el suelo. Él abre mis piernas y me da una fuerte palmada en el trasero.

Tn: ¡Ah! —chillo, y con un movimiento rápido, está dentro de mí.

Christopher: Oh, Tn —sisea a través de dientes apretados mientras comienza a moverse. Sus dedos me toman con fuerza alrededor de las caderas mientras me penetra una y otra vez. Y el placer está aumentando una vez más. No... Ah...

Christopher: ¡Vamos, Tn! —grita Christopher, y me hago pedazos una vez más, latiendo alrededor de él y gritando mientras acabo. —¿Suficiente refuerzo para ti? —Christopher besa mi cabello.

Tn: Oh, sí —murmuro, levantado la mirada hacia el techo. Descanso sobre mi esposo, mi espalda contra su parte frontal, ambos en el suelo junto al sofá. Él aún está vestido. —Creo que deberíamos hacerlo de nuevo. Esta vez quítate la ropa.

Christopher: Dios, Tn. Dale un respiro a un hombre.
— Suelto una risita y él da una risa ahogada. —Me alegra que Ray esté consciente. Parece que todos tus apetitos han regresado —dice, sin ocultar la sonrisa en su voz. Me vuelvo y lo miro con el ceño fruncido.

Tn: ¿Te estás olvidando de anoche y esta mañana? —Hago pucheros.

Christopher: No hay nada poco memorable en esos. —Sonríe, y cuando lo hace, luce tan joven, despreocupado y feliz. Sus manos rodean mi trasero—. Tiene un fantástico trasero, Sra. Vélez.

Tn: Usted también. —Le arqueo una ceja—. Aunque el suyo todavía esté cubierto.

Christopher: ¿Y qué va a hacer al respecto, Sra. Vélez?

Tn: Bueno, voy a desvestirlo, Sr. Vélez. Totalmente.
—Sonríe. — Creo que eres muy dulce —murmuro, refiriéndome a la canción que aún está sonando en repetición. Su sonrisa se desvanece. Oh no. —Lo eres—susurro. Me inclino y beso la comisura de sus labios. Él cierra los ojos y aprieta sus brazos alrededor de mí—. Christopher, lo eres. Hiciste que este fin de semana fuera tan especial... a pesar de lo que le sucedió a Ray. Gracias. — Él abre sus grande y serios ojos grises, y su expresión tira fuertemente de mi corazón.

Christopher: Porque te amo —murmura.

Tn: Lo sé. Yo también te amo. —Acaricio su rostro—. Y también eres muy valioso para mí. Sabes eso, ¿verdad? — Se queda quieto, luciendo perdido.
Oh, Christopher... Mi dulce diablo... —Créeme —susurro.

Christopher: No es fácil. —Su voz es casi inaudible.

Tn: Inténtalo. Con fuerza, por que es verdad. —Acaricio su rostro una vez más, mis dedos rozando sus patillas. Sus ojos son océanos grises de pérdida, daño y dolor. Quiero meterme dentro de su cuerpo y abrazarlo. Lo que sea para detener esa mirada. ¿Cuándo se va a dar cuenta de que significa el mundo para mí? ¿Que es más que digno de mi amor, del amor de sus padres... sus hermanos? Se lo he dicho una y otra vez, y aun así, aquí estamos, mientras Christopher me da su mirada de pérdida y abandono. Tiempo. Sólo tomará tiempo.

Christopher: Te dará frío. Ven. —Se pone de pie con gracia y tira de mí para ponerme de pie junto a él. Deslizo mi brazo alrededor de su cintura mientras
regresamos al cuarto. No lo presionaré, pero desde el accidente de Ray, se ha vuelto más importante para mí que sepa cuanto lo amo. Cuando entramos al cuarto, frunzo el ceño, desesperada por recuperar el muy bienvenido humor alegre de hace tan sólo unos minutos.

Tn: ¿Vemos televisión? —pregunto. Christopher resopla.

Christopher: Yo esperaba una segunda ronda. —Y mi voluble Diablo está de regreso. Arqueo la ceja y me detengo junto a la cama.

Tn: Bueno, en ese caso, creo que estaré a cargo.
Me mira con la boca abierta, y lo empujo hacia la cama y rápidamente me siento a horcajadas sobre él, clavando sus manos a los lados de su cabeza.
Me sonríe.

Christopher: Bueno, Sra. Vélez, ahora que me tiene, ¿qué va a hacer conmigo? — Me inclino hacia adelante y susurro en su oído.

Tn: Te voy a follar con mi boca. — Él cierra los ojos, inhalando bruscamente, y deslizo mis dientes suavemente a lo largo de su mandíbula.

....

Christopher está trabajando en su ordenador. Es una brillante mañana temprana, y está tipeando un correo electrónico, creo.

Tn: Buenos días —murmuro tímidamente desde la puerta. Se voltea y me sonríe.

Christopher: Sra. Vélez. Te levantaste temprano. —Abre los brazos. Atravieso la suite corriendo y me enrosco en su regazo.

Tn: Tú también.

Christopher: Sólo estaba trabajando. —Se mueve mientras besa mi cabello.

Tn: ¿Qué? —pregunto, sintiendo que algo anda mal.
Suspira.

Christopher: Recibí un correo electrónico del Detective Clark. Quiere hablar contigo sobre ese hijo de puta de Hyde.

Tn: ¿En serio? —Me inclino hacia atrás para mirar a Christopher.

Christopher: Sí. Le dije que estabas en Portland por el momento, así que tendría que esperar. Pero dice que le gustaría entrevistarte aquí.

Tn: ¿Va a venir?

Christopher: Aparentemente. —Chris luce aturdido.
Frunzo el ceño.

Tn: ¿Qué es tan importante que no puede esperar?

Christopher: Exactamente.

Tn: ¿Cuándo vendrá?

Christopher: Hoy. Le responderé el correo electrónico.

Tn: No tengo nada que ocultar. Me pregunto, ¿qué querrá saber?

Christopher: Lo descubriremos cuando llegue aquí. Yo también estoy intrigado. — Christopher se mueve una vez más—. El desayuno estará aquí pronto. Comamos, después podemos ir a ver a tu padre.—Asiento.

Tn: Puedes quedarte aquí si quieres. Puedo ver que estás ocupado. — Él frunce el ceño.

Christopher: No, quiero ir contigo.

Tn: De acuerdo. —Sonrío, y rodeo su cuello con mis brazos y lo beso.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora