Capítulo 84.

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Sawyer: Sra. Vélez —pregunta Sawyer mientras corremos hacia el estacionamiento—. ¿Puedo preguntar por qué estamos haciendo este viaje no programado?

Tn: Es mi padre. Ha tenido un accidente.

Sawyer: Ya veo. ¿Lo sabe el Sr. Vélez?

Tn: Lo llamaré desde el coche. — Sawyer asiente y abre la puerta trasera de la camioneta Audi, y me subo. Con dedos temblorosos, agarro mi celular y le marco Christopher .

Andrea: Sra. Vélez. —La voz de Andrea es nítida y profesional.

Tn: ¿Está Christopher allí? —respiro.

Andrea: Uhm... está en algún lugar del edificio, señora. Ha dejado su celular cargándose conmigo.—
Gimo silenciosamente con frustración.

Tn: ¿Puedes decirle que lo llamé, y que necesito hablar con él? Es urgente.

Andrea: Podría tratar de localizarlo. Tiene la costumbre de vagar a veces.

Tn: Sólo consigue que me llame, por favor —ruego, conteniendo las lágrimas.

Andrea: Por supuesto, Sra. Vélez. —Vacila—. ¿Está todo bien?

Tn: No —susurro, no confiando en mi voz—. Por favor, sólo consigue que me llame.

Andrea: Sí, señora. —Cuelgo. No puedo contener mi angustia mucho más. Tirando mis rodillas hacia mi pecho, me acurruco en el asiento trasero, y lágrimas manan, indeseables, por mis mejillas.

Sawyer: ¿Dónde en Portland, Sra. Vélez? —pregunta gentilmente Sawyer.

Tn: OHSU —me ahogo—. El gran hospital. —Sawyer arranca hacia la calle, mientras me lamento en voz baja en la parte trasera del coche, murmurando oraciones mudas. Por favor que esté bien. Por favor que esté bien. Mi teléfono suena,  sorprendiéndome. —Christopher—jadeo.

Christopher: Dios, Tn. ¿Qué está mal?

Tn: Es Ray... ha tenido un accidente.

Christopher: ¡Mierda!

Tn: Sí. Estoy de camino a Portland.

Christopher: ¿Portland? Por favor dime que Sawyer está contigo.

Tn: Sí, está conduciendo.

Christopher: ¿Dónde está Ray?

Tn: En el OHSU.—Escucho una voz apagada en el fondo.

Christopher: Sí, Ros —Christopher chasquea enfadado—. ¡Lo sé! Perdón, nena... puedo estar allí en unas tres horas. Tengo negocios que necesito terminar aquí. Volaré. —Oh mierda. La última vez que Christian voló en su jet privado... —Tengo una reunión con algunos chicos más de Taiwan. No puedo cancelarla. Es un acuerdo que hemos estado elaborando por meses. Saldré tan pronto como pueda.

Tn: Está bien —murmuro. Y quiero decir que está bien, que se quedara en Seattle, y resolviera su negocio, pero la verdad es que lo quería conmigo.

Christopher: Oh, nena —susurra.

Tn: Christopher. Tómate tu tiempo. No te apures. No quiero preocuparme por ti, también. Vuela con cuidado.

Christopher: Lo haré.

Tn: Te amo.

Christopher: Te amo, también, cariño. Estaré contigo tan pronto como pueda. Mantén a Luke cerca.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora