Capítulo 49.

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De acuerdo, estoy un poco más enérgica de lo que era. Kathe asiente cuando Sawyer se mueve hacia el tráfico de la tarde.

Kathe: Sabes que la seguridad adicional está volviendo locas a Grace y a Paola— La miro boquiabierta, desconcertada. —¿No lo sabías? —Ella parece incrédula.

Tn: ¿Saber qué?

Kathe: La seguridad para todos los Vélez se ha triplicado. Infinitamente, incluso.

Tn: ¿De verdad?

Kathe: ¿Él no te lo ha dicho? — Me ruborizo.

Tn: No. —¡Maldita sea, Christopher!—. ¿Sabes por qué?

Kathe: Jack Hyde.

Tn: ¿Qué pasa con Jack? Pensaba que él simplemente estaba detrás de Christopher. —Abro la boca. Por Dios. ¿Por qué no me lo dijo?

Kathe: Desde el lunes —dice Kate. ¿El lunes pasado? Umm... nosotros identificamos a Jack el domingo. ¿Pero por qué todos los Vélez?

Tn: ¿Cómo sabes todo esto?

Kathe: Elliot. Christopher no te ha dicho nada de esto, ¿verdad? — Me ruborizo una vez más.

Tn: No.

Kathe: Oh Tn, qué fastidio. — Suspiro. Como siempre, Kathe ha dado el clavo directamente con su habitual e implacable estilo.

Tn: ¿Sabes por qué? —Si Christopher no va a decírmelo, entonces quizá Kathe lo hará.

Kathe: Elliot dijo algo con información guardada en el ordenador cuando él estaba en la empresa pero no se nada más.

Tn: Estás bromeando. —Una ola de ira sale disparada a través de mí. ¿Cómo sabe Kate sobre esto cuándo yo no sé? Levanto la mirada para ver a Sawyer observándome por el espejo retrovisor. La luz roja cambia a color verde y él sigue adelante, centrándose en el camino. Llevo mi dedo hasta mis labios y Kathe asiente. Apuesto a que Sawyer lo sabe, también, y yo no. —¿Cómo está Elliot? —le pregunto para cambiar de tema.

Kathe sonríe tontamente, diciéndome todo lo que necesito saber. Sawyer se acerca al final del callejón que lleva al Zig Zag Café, y Prescott abre mi puerta. Salgo y Kathe se desliza rápidamente detrás de mí. Nos enlazamos del brazo y serpenteamos por el callejón, seguidas por Prescott quien lleva una furiosa expresión en su cara. Oh, por el amor de Dios, simplemente es una bebida. Sawyer se marcha para estacionar el auto.

Tn: Así, ¿cómo es que Elliot conoce a Gia? —le pregunto, mientras tomo un sorbo de mi segundo mojito de fresa. El bar es íntimo y acogedor y no quiero irme. Kathe y yo no hemos dejado de hablar. Me había olvidado cuánto me gusta estar con ella. Es liberador estar fuera, relajada, disfrutando de la compañía de Kathe. Considero enviarle un mensaje de texto a Christopher, pero descarto la idea. Simplemente estará enfadado y me hará volver a casa como una niña descarriada.

Kathe: ¡No me hables sobre esa perra! — La reacción de Kathe me hace reír. —¿Qué es tan gracioso, Peterson? —chasquea, pero no en serio.

Tn: Me siento de la misma manera.

Kathe: ¿En serio?

Tn: Sí. Ella estaba sobre Christopher.

Kathe: Ella tuvo un affaire con Elliot. —Kate hace un mohín.

Tn: ¡No! — Ella asiente con la cabeza, con sus labios apretados.

Kathe: Fue breve, el año pasado, creo ella es una trepadora social. No es de extrañar que tenga su mirada puesta en Christopher.

Tn: Christopher está tomado le dije que lo dejara o la despediría. — Kathe me mira asombrada una vez más, desconcertada. Asiento con la cabeza orgullosamente, y ella levanta su copa para homenajearme, impresionada y radiante.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora