Capítulo 116.

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Christopher: De cualquier forma, en algún momento en la noche, casi a la mitad de la segunda botella, ella se inclinó para tocarme. Y yo me congelé. — susurra, poniendo su brazo sobre sus ojos. Mi cuero cabelludo hormiguea.
¿Qué es esto? — Vio que me alejé de ella. Y eso nos sorprendió a ambos.— Su voz es baja, muy baja. ¡Christopher mírame! Tiro de su brazo y él lo baja, girándose para mirarme directamente a los ojos. Mierda. Su cara está pálida y sus ojos muy abiertos.

Tn: ¿Qué?— respiro. Frunce el ceño, y traga.
Oh ... ¿Qué no me está contando? ¿Lo quiero saber?

Christopher: Ella se me insinuó.— Está conmocionado, puedo verlo. Todo el aire se filtra de mi cuerpo. Me siento sin aliento, y creo que mi corazón se ha detenido.
¡Esa jodida bruja zorra! — Fue un momento, suspendido en el tiempo. Ella vio mi expresión, y se dio cuenta de hasta que punto había cruzado la línea. Dije...que no. No había pensado así sobre ella en años, y además—
traga— te amo, se lo dije, amo a mi esposa. —Lo miro fijamente. No sé que decir.—
Ella retrocedió. Se disculpó de nuevo, quiso hacerlo pasar como una broma. Quiero decir, dijo que era feliz con Isaac y los negocios y que no soportaría que ninguno de nosotros tuviera mala voluntad. Dijo que extrañaba mi amistad, pero que podía ver que mi vida estaba contigo. Y cuán incomodo era eso, dado todo lo que pasó la ultima vez que todos estuvimos en la misma habitación. No podría haber estado más de acuerdo. Nos despedimos, nuestra última despedida. Le dije que no la volvería a ver, y ella se alejó.

Tn: ¿La besaste?

Christopher: ¡No!— resopla — No podría haber soportado estar tan cerca de ella. —Oh. Bien.—
Me sentía miserable. Quería regresar a casa contigo. Pero... pero sabía que me había portado mal. Me quedé y terminé la botella, y luego empecé con el Bourbon. Mientras bebía, te recordé diciéndome hace algún
tiempo "Si ése fuera mi hijo...". Y pensé en Junior y cómo Elena y yo empezamos. Y me hizo sentir... incómodo. Nunca había pensado en eso de esa manera. Un recuerdo florece en mi mente, una conversación en voz baja de cuando estuve medio consciente, la voz de Christopher: Pero viéndola a ella puso todo
en perspectiva para mí. Tú sabes... con el niño.
Por primera vez, sentí... que lo que hicimos... estuvo mal. Había estado hablando con Grace.

Tn: ¿Eso es todo?

Christopher: Prácticamente.

Tn: Oh.

Christopher: ¿Oh?

Tn: ¿Se ha terminado?

Christopher: Sí. Se terminó desde que puse mis ojos en ti. Finalmente me di cuenta esa noche y ella también.

Tn: Lo siento — murmuro. Él frunce el ceño.

Christopher: ¿Por qué?

Tn: Por estar tan enfadada el otro día.

Christopher: Nena, entiendo el enfado.— Se detiene luego suspira—. Ves Tn, te quiero para mí. No quiero compartirte. Lo que tenemos, no lo he tenido antes. Quiero ser el centro de tu universo, por un tiempo al menos.—Oh, Christopher.

Tn: Lo eres. Eso no va a cambiar. —Me da una indulgente, triste y resignada sonrisa.

Christopher: Tn— susurra—. Eso no es cierto. — Lágrimas mojan mis ojos.— ¿Cómo podría serlo?— murmura. Oh, no. — Mierda... no llores. Tn por favor, no llores.— Acaricia mi rostro.

Tn: Lo lamento.— Mi labio inferior tiembla, y él desliza su dedo sobre él, calmándome.

Christopher: No, Tn, no. No estés arrepentida. Tendrás a alguien que también te ame. Y estás en lo cierto. Es como debe ser.

Tn: Blip también te amará. Serás el centro de Blip... del mundo de Junior —susurro—
. Los niños aman a sus padres incondicionalmente, Christopher. Es
como ellos vienen al mundo. Programados para amar. Todos los bebés... incluso tú. Piensa en el libro para niños que te gustaba cuando eras pequeño. Todavía querías a tu madre. Tú la amabas. Frunce el ceño y retira su mano, pegándola contra su barbilla.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora