capítulo 15.

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Estoy inquieta Christopher lleva encerrado en el estudio del barco más de una hora,he intentado leer, ver la
televisión, tomar el sol (completamente vestida…), pero no puedo relajarme y tampoco librarme de este nerviosismo. Me cambio y me pongo un shorts y una blusa de tirantes que me queda un poco sueltesita y transparente con un top abajado de ella, me pongo la pulsera
escandalosamente cara y voy en busca de Mauricio.

Mauricio:Señora Vélez —me saluda levantando la vista sorprendido.
Está sentado en la salita que hay junto al estudio de Christopher.

Tn:Me gustaría ir de compras.

Mauricio:Sí, señora —dice poniéndose en pie.

Tn:Quiero llevarme la moto de agua. --Digo y se queda boquiabierto.

Mauricio:Eh… —Frunce el ceño; no sabe qué decirme.

Tn:No quiero molestar a Christopher con esto. ---Él contiene un suspiro.

Mauricio:Señora Vélez… Mmm… No creo que al señor Vélez le guste eso y yo preferiría no perder mi trabajo.
¡Oh, por todos los santos…! Tengo ganas de poner los ojos en blanco, pero en vez de eso, los entorno y suspiro profundamente para expresar, espero, la cantidad adecuada de indignación frustrada por no ser la dueña de mi propio destino. Pero no quiero que Christopher se enfade con Mauricio  (ni conmigo, la verdad). Paso delante de él caminando confiadamente, llamo a la puerta del estudio y entro. Christopher está al teléfono, inclinado sobre el escritorio y levanta la vista.

Christopher:Andrea, ¿puedes esperar un momento, por favor? —dice por el teléfono con expresión seria,me mira, mierda. ¿Por qué me siento como si estuviera en el despacho del director? Este hombre me tuvo esposada ayer. Me niego a sentirme intimidada por él. Es mi marido, maldita sea. Me yergo y le muestro una amplia sonrisa.

Tn:Me voy de compras,me llevaré a alguien de seguridad conmigo.

Christopher:Bien, llévate a uno de los gemelos y también a Taylor —me dice.
Lo que está pasando debe de ser serio
porque no me hace ninguna objeción. Me quedo de pie mirándole, preguntándome si puedo ayudar en algo
—. ¿Algo más? —añade impaciente, quiere que me vaya.

Christopher:¿Necesitas que te traiga algo? —le pregunto,él me dedica una sonrisa dulce y tímida.

Christopher:No, cariño, estoy bien. La tripulación se ocupará de mí.

Tn:Perfecto. —Quiero darle un beso. Demonios, puedo hacerlo… ¡Es mi marido! Me acerco decidida y le doy
un beso en los labios, lo que le sorprende.

Christopher:Andrea, te llamo luego —dice por el teléfono. Deja el celular en el escritorio, me acerca a él para abrazarme y me da un beso apasionado,cuando me suelta, estoy sin aliento. Me mira con los ojos oscuros llenos de deseo—. Me distraes. Necesito solucionar esto para poder volver a mi luna de miel. —Me recorre la cara con el dedo índice y me acaricia la barbilla, haciendo que levante la cabeza.

Tn:Bueno,perdón si te molesta mi cariño. --Digo en burla.

Christopher:Jajajaja no te disculpes me encanta que me distraigas. —Me da un beso en la comisura de la boca—. Vete a
gastar dinero —dice liberándome.

Tn:Lo haré. —Le sonrío y salgo del estudio. Apuño los ojos y niego con la cabeza y frunzo los labios,no le he dicho que querías coger la moto de agua. Mauricio está esperando.

Tn:Todo aclarado con el alto mando… ¿Podemos irnos? —Le sonrío intentando no mostrar sarcasmo en mi
voz. Mauricio no oculta su sonrisa de admiración.

Mauricio:Después de usted, señora Vélez.

Mauricio me explica pacientemente los controles de la moto de agua y cómo conducirla. Transmite una especie
de autoridad tranquila y amable; es un buen profesor. Estamos en la lancha motora, cabeceando y meciéndonos en las tranquilas aguas del puerto junto al Fair Lady. Gaston nos observa, su expresión oculta por las gafas de sol, y un miembro de la tripulación se ocupa de manejar la lancha. Vaya… Tengo a tres personas pendientes de mí solo porque me apetece ir de compras. Es ridículo. Me ciño el chaleco salvavidas y miro a Mauricio con una sonrisa encantadora. Él me tiende la mano para
ayudarme a subir a la moto de agua.

Mauricio:Átese la cinta de la llave del contacto a la muñeca, señora Vélez. Si se cae, el motor se parará de forma
automática —me aconseja.

Tn:Vale. --Digo con una sonrisa como niña pequeña

Mauricio:¿Lista? ---.Asiento entusiasmada.


Mauricio:Pulse el botón de encendido cuando esté a un metro y medio del barco. La seguiremos.

Tn:De acuerdo.

Empuja la moto para que se aparte de la lancha y me alejo flotando hacia al puerto. Cuando Mauricio me da
la señal, pulso el botón y el motor cobra vida con un rugido.

Mauricio:¡Bien, señora Vélez, poco a poco! —me grita Mauricio.

Aprieto el acelerador. La moto de agua se lanza hacia delante y de repente se para. ¡Mierda! ¿Cómo lo hace Christopher para que parezca tan fácil? Lo intento de nuevo y de nuevo se para. ¡Mierda, mierda!

Mauricio:¡Tiene que mantener la potencia, señora Vélez!

Tn:Sí, sí, sí… —murmuro entre dientes. Lo intento una vez más apretando la palanca muy suavemente y la moto vuelve a lanzarse hacia delante, pero esta vez sigue sin detenerse. ¡Sí! Y avanza un poco más. ¡Ja! ¡Sigue avanzando! Tengo ganas de gritar por la emoción, pero me controlo. Me voy alejando del yate hacia el puerto. Detrás de mí oigo el ruido ronco de la lancha. Aprieto el acelerador un poco más y la moto toma velocidad, deslizándose por el agua. Noto la brisa cálida en el pelo y la fina salpicadura del agua del mar y me siento libre. ¡Esto es genial! No me extraña que Christopher nunca me deje conducirla. En vez de dirigirme a la
orilla y acabar con la diversión, giro para rodear el majestuoso Fair Lady. Uau… Esto es divertidísimo.

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HOLAAAAAAAA❤
hay esta tn se nos fue en la moto de agua sin permiso y para las pulgas que tiene nuestro maridito el diablo😢
Que ira a pasar? Bueno pues nos leemos en el próximo capítulo bebes❤
Y....por cierto feliz año nuevo,gracias por formar parte de mi 2017🎉👑 que todos sus deseos y metas se cumplaaaan💋

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora