Capítulo 74.

2K 109 12
                                    

Tn: Creo que me tienes en una situación de desventaja, Sr Vélez. —Agito mis pestañas y me retuerzo provocativamente debajo de él. Esto puede ser divertido.

Christopher: ¿Desventaja?

Tn: Sin duda, ya me tienes donde me quieres. — Él sonríe y presiona su ingle contra la mía una vez más.

Christopher: Buen punto, bien hecho, Sra Vélez —susurra y besa mis labios con rapidez. De repente se mueve y me lleva con él, dándose la vuelta de modo que estoy montándolo a horcajadas. Agarro sus manos, sujetándolas a un lado de su cabeza, e ignoro el dolor de protesta de mi mano. Mi cabello cae en un velo castaño que nos rodea y muevo la cabeza para que los mechones le hagan cosquillas en el rostro. Aparta de golpe su rostro, pero no trata de detenerme.

Tn: ¿Así que quieres jugar rudo? —pregunto, rozando mi entrepierna sobre la suya.
Su boca se abre e inhala fuertemente.

Christopher: Sí. —Sisea, y lo suelto.

Tn: Espera. —Me estiro para alcanzar el vaso de agua junto a la cama. Christopher debe haberlo dejado aquí. Está frío y con gas, demasiado frío para haber estado aquí por mucho tiempo, y me pregunto cuándo se fue a la cama. Mientras tomo un largo trago, Christopher desliza sus dedos en pequeños círculos por mis muslos, dejando la piel hormigueando a su paso antes de acunar y apretar mi trasero desnudo. Hmm. Tomando una hoja de su impresionante repertorio, me inclino hacia adelante y le doy un beso, derramando agua fría en su boca.
Él bebe.

Christopher: Muy deliciosa, Sra Vélez —murmura, luciendo una sonrisa infantil y juguetona. Después de colocar el vaso sobre la mesilla de noche, me quito sus manos de mi trasero y las sujeto encima de su cabeza una vez más.

Tn: ¿Así que se supone que no debo estar dispuesta? —sonrío.

Christopher: Sí.

Tn: No soy muy buena actriz. — Él sonríe.

Christopher: Prueba. — Me agacho y lo beso castamente.

Tn: Bueno, voy a jugar —le susurro, trazando mis dientes a lo largo de su mandíbula, sintiendo su piel por debajo de mis dientes y mi lengua. Christopher hace un bajo sonido sexy en su garganta y se mueve, arrojándome a la cama junto a él. Grito de sorpresa, y entonces se coloca encima de mí, me pongo a luchar a medida que intenta agarrar mis manos. Rudamente, pongo mis manos sobre su pecho, empujando con todas mis fuerzas, tratando de moverlo, mientras se esfuerza por apartar mis piernas con su rodilla. Yo sigo empujando en su pecho pero él no se inmuta, no se congela como una vez lo hizo. ¡Está disfrutando de esto! Intenta agarrar mis muñecas y finalmente captura una, a pesar de mis valientes intentos de retorcerlas para liberarme. Es mi mano dolorida, por lo que me rindo a él, pero tomo su cabello con la otra mano y tiro con fuerza.

Christopher: ¡Ay! —Él tira de su cabeza para librarse y baja su mirada hacia mí, sus ojos desorbitados y carnales. —Salvaje —susurra, su voz mezclada con deleite lascivo. En respuesta a esta única palabra susurrada, mi libido explota y dejo de actuar. Una vez más me esfuerzo en vano de sacar mi mano de su control. Al mismo tiempo, trato de juntar mis tobillos e intento tirarlo de arriba de mí. Es demasiado pesado. ¡Agh! Es frustrante y caliente.
Con un gemido, Christopher captura mi otra mano. Sostiene las dos muñecas en su mano izquierda, y su derecha se desplaza sin prisa. Cuando trata de besarme aparto la cabeza de golpe a un lado para que no pueda. Inmediatamente sus manos insolentes se mueven desde el dobladillo de mi camiseta hasta mi barbilla, sosteniéndome en el lugar mientras desliza sus dientes a lo largo de mi mandíbula, imitando lo que hice con él antes.

Christopher: Oh, nena, pelea conmigo —murmura.
Me giro y retuerzo, tratando de liberarme de su agarre sin piedad, pero no hay esperanza. Él es mucho más fuerte. Está mordiendo suavemente mi labio inferior a medida que su lengua intenta invadir mi boca. Y me doy cuenta de que no quiero resistirme a él. Lo quiero... ahora, como siempre lo hago. Dejo de luchar y fervientemente devuelvo su beso. No me importa que no me haya cepillado los dientes. No me importa que se suponga que debemos estar jugando un juego. El deseo, caliente y duro, surge a través de mi torrente sanguíneo, y estoy perdida. Desengancho mis tobillos, envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas y utilizo mis talones para empujar el pijama abajo sobre su trasero.

Christopher: Tn —suspira, y me besa por todas partes. Y ya no estamos luchando, sino que somos manos, lengua, tacto y gusto, rápido y urgente. — Desnúdate —murmura con voz ronca, su respiración dificultosa. Me arrastra y tira de mi camiseta en un movimiento rápido.

Christopher: Tú —susurro mientras estoy erguida, porque es lo único que se me ocurre decir. Desato la parte delantera de su pijama y la tiro hacia abajo, liberando su erección. Lo agarro y aprieto. Está duro. El aire sale silbando a través de sus dientes mientras inhala fuertemente, y me deleito con su respuesta.
________________________
HOLAAAAAAAA. Me van a matar yo se):

¿Maratón?🙊

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora