Capítulo 41. (6/10)

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Gia: Será mejor que me vaya —dice Gia otra vez muy alegre. Ella ofrece su mano a mi primero esta vez, luego a Christopher.

Tn: Hasta la próxima, Gia —murmuro.

Gia: Si, Sra Vélez. Sr Vélez. — Mauricio aparece en la entrada de la gran habitación.

Tn: Mauricio te acompañará a la puerta. —Mi voz es lo suficiente alta para que él escuche. Arreglando su cabello una vez más, se gira en sus zapatos altos y deja la gran habitación, seguida de cerca por Mauricio.

Christopher: Ella estaba notablemente más fría —dice Christopher mirando hacia mí con curiosidad.

Tn: ¿Lo estaba? No lo note. —Me encojo de hombros, tratando de seguir neutral—. ¿Qué quería Mauricio? —pregunto en parte porque estoy curiosa y también porque quiero cambiar de tema. Frunciendo el ceño, Christopher me suelta y empieza a enrollar los planos en la mesa.

Christopher: Era sobre Hyde.

Tn: ¿Qué sobre Hyde? —susurro.

Christopher: No es nada para preocuparse, Tn. —Abandonando los planos, Christopher me arrastra a sus brazos—. Resulta que él no ha estado es su apartamento por semanas, eso es todo. —Besa mi cabello, luego me deja ir y termina su tarea.
—Así que, ¿qué decidiste? —pregunta, y sé que es porque no quiere que continúe con las preguntas de Hyde.

Tn: Sólo lo que habíamos discutido. Creo que a ella le gustas —digo tranquilamente. Él resopla.

Christopher: ¿Le dijiste algo a ella? —pregunta y me sonrojo. ¿Cómo sabe? Sin saber que decir, miro hacia abajo a mis dedos. —Éramos Christopher y Tn cuando ella llego, y Sr. y Sra. Vélez cuando se fue. —Su tono es seco.

Tn: Bueeeno quizás dije algo —mascullo. Cuando miro hacia él, me esta mirando calidamente, y por un momento de descuido él luce... complacido. Deja caer su mirada, sacudiendo su cabeza, y su expresión cambia.

Christopher: Ella sólo esta reaccionando a esta cara ¿Qué? —Esta confundido por mi expresión perpleja. Sus ojos se abren con alarma—. ¿No estas celosa, cierto? —pregunta, horrorizado. Me sonrojo y trago, luego miro hacia a mis nudillos. ¿Lo estoy? —Tn, ella es una depredadora sexual. No es mi tipo para nada. ¿Cómo puedes estar celosa de ella? ¿De cualquiera? Nada sobre ella me interesa. — Cuando miro hacia arriba, me esta viendo y me acaricia el cabello—. Eres sólo tú, Tn—dice suavemente—. Siempre serás solo tú. ¿Cómo puedes pensar lo contrario? ¿Te he dado alguna vez cualquier indicación de que podría estar interesado en alguien más? — sus ojos ardiendo mientras ve los míos.

Tn: No —susurro—. Estoy siendo una tonta. Es sólo que hoy... tú... —todas mis emociones contradictorias de antes surgen de nuevo a la superficie. ¿Cómo puedo decirle cuán confundida estoy? He estado confundida y frustrada por su conducta esta tarde en mi oficina. Un minuto quiere que me quede en casa, al siguiente esta regalándome una compañía. ¿Cómo se supone que mantenga el paso?

Christopher: ¿Qué sobre mí?

Tn: Oh, Christopher —mi labio inferior tiembla—. Estoy tratando de adaptarme a esta nueva vida que jamás había imaginado para mí. Todo me ha sido entregado en un plato, el trabajo, tú, mi hermoso esposo, quien nunca... yo nunca supe que amaría de esta manera, tan fuerte, tan rápido, tan... indeleblemente. —Tomo un profundo y tranquilizador respiro, mientras su boca cae abierta.
—Pero eres como un tren con carga, y no quiero que me condenen injustamente porque la chica de la que te enamoraste será aplastada. ¿Y que será todo lo que quede? Todo lo que quedara es un vacío social de rayos X, revoloteando de función de caridad a función de caridad. —Me detengo una vez más, luchando para encontrar las palabras para transmitir lo que siento—. Y ahora quieres que sea Gerente General de una compañía, que nunca ha estado siquiera en mi radar. Estoy saltando entre todas estás ideas, luchando. Me quieres en casa. Me quieres dirigiendo una compañía. Es tan confuso. —Me detengo lágrimas amenazando, y fuerzo a detener un sollozo.— Tienes que dejarme hacer mis propias decisiones, tomar mis propios riesgos, y cometer mis propios errores, y dejarme aprender de ellos. Necesito caminar antes de que pueda correr, Christopher, no lo ves. Quiero algo de independencia. Eso es lo que mi nombre significa para mí. —Ahí, eso es lo que quería decir esta tarde.

Christopher: ¿Te sientes condenada injustamente? —susurra. Asiento. Él cierra sus ojos y pasa su mano a través de su cabello en agitación.— Yo solo quiero darte el mundo, Tn, todo y cualquier cosa que quieras. Y cuidarte de ello, también mantenerte segura. Pero también quiero que todos sepan que eres mía. Entre en pánico hoy cuando me llego tu e-mail. ¿Por qué no me dijiste acerca de tu nombre?

Tn: Sólo lo pensé por un tiempo mientras estábamos de luna de miel, y bueno, no quería explotar la burbuja, y me olvide de ello. Sólo lo recordé ayer por la noche. Y luego Jack... ya sabes, fue una distracción. Lo siento, debí haberte dicho o discutido contigo, pero no podía encontrar el momento adecuado.

La intensa mirada de Christopher es desconcertante. Es como si estuviera tratando de hacer su voluntad haciendo camino hacia mí cráneo, pero no dice nada.

Tn: ¿Por qué entraste en pánico? —pregunte.

Christopher: Yo sólo no quiero que te deslices a través de mis dedos.

Tn: Por el amor de Dios, no me voy a ningún lado. ¿Cuándo vas a conseguir que eso entre en tu cabeza? Yo. Te. Amo. —Sacudo mi mano en el aire como él hace a veces para enfatizar mi punto—. "Más que... la vista, el espacio, o la libertad"

Tn: ¿El amor de una hija? —me da una sonrisa irónica.

Tn: No —me rio, a pesar de mí—. Es la única cita que me vino a la cabeza.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora