Capítulo 27. (4/5)

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Doy un respingo pero un brillante BMW plateado entra en el garaje en ese momento. Christopher lo mira nervioso y después irritado y por fin me dedica una sonrisa pícara.

Christopher: Pero parece que tenemos compañía. Vamos. —Me toma la mano y me lleva hacia el ascensor del garaje.
Llama al ascensor y, mientras esperamos, nos alcanza el dueño del BMW. Es joven. Parece alguien de los medios de comunicación.

Xxx: Hola —nos dice con una amplia sonrisa. Christopher me rodea con el brazo y asiente educadamente. —Acabo de mudarme. Apartamento dieciséis.

Tn: Hola —le respondo devolviéndole la sonrisa. Tiene unos ojos marrones amables. El ascensor llega y entramos. Christopher me mira con una expresión inescrutable.

Xxx: Tú eres Christopher Vélez—dice el hombre joven. Chris le mira con una sonrisa tensa. —Noah Logan —se presenta tendiéndole la mano. Christopher se la estrecha a regañadientes—. ¿Qué piso? —pregunta Noah.

Christopher: Tengo que introducir un código.

Noah: Oh.

Christopher: El ático.

Noah: Oh. —sonríe—. Por supuesto. —Él pulsa el botón del octavo piso y las puertas se cierran—. La señora Vélez, supongo.

Tn: Sí —le respondo con una sonrisa educada y nos estrechamos las manos. Noah se sonroja porque se me queda mirando un segundo más de lo necesario. Yo también me ruborizo y Christopher me aprieta contra él.

Tn: ¿Cuándo te has mudado? —le pregunto.

Noah: El fin de semana pasado. Me encanta este sitio.

Se produce una pausa incómoda antes de que el ascensor se detenga en el piso de Noah.

Noah: Ha sido un placer conocerlos a los dos —dice y parece aliviado al salir. Las puertas se cierran en silencio tras él. Christopher introduce el código y el ascensor vuelve a subir.

Tn: Parece agradable —le digo—. No había conocido antes a ninguno de los vecinos. --- Christopher frunce el ceño.

Christopher: Yo lo prefiero.

Tn: Pero tú eres un ermitaño. Me ha parecido simpático.

Christopher: ¿Un ermitaño?

Tn: Ermitaño, sí. Encerrado en tu torre de marfil —le digo con naturalidad y sus labios curvan un poco, divertidos.

Christopher: Nuestra torre de marfil. Y creo que tenemos otro nombre para añadir a su lista de admiradores, señora
Vélez.

Pongo los ojos en blanco.
Tn: Christopher, tú crees que todo el mundo es un admirador.

Tn: ¿Acabas de ponerme los ojos en blanco?

Se me acelera el pulso.
Tn: Claro que sí —le susurro casi sin respiración.

Ladea la cabeza con una expresión ardiente, arrogante y divertida.
Christopher: ¿Y qué voy a hacer al respecto?

Tn: Tienes que ser duro.

Él parpadea para ocultar su sorpresa.
Christopher: ¿Duro?

Tn: Por favor.

Christopher: ¿Quieres más? ---. Asiento lentamente. Las puertas del ascensor se abren y ya estamos en casa.

Christopher: ¿Cómo duro? —Jadea y sus ojos se oscurecen. Lo miro sin decir nada. Cierra los ojos un momento y después me toma la mano y tira de mí hacia el vestíbulo. Cuando cruzamos las puertas dobles, nos encontramos a Sawyer de pie en el pasillo, mirándonos expectante.

Christopher: Sawyer, quiero un informe dentro de una hora —dice Chris.

Luke: Sí, señor. —Se gira y se dirige a la oficina de Mauricio.

¡Tenemos una hora!
Christopher me mira otra vez.

Christopher: ¿Duro?. --- Yo asiento.--- Bien, señora Vélez. Creo que está de suerte. Hoy estoy atendiendo peticiones.

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Tenía unas cosas que hacer pero regrese con el maratón💓
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Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora