Capítulo 43. (8/10)

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Dudosamente obedece, sentándose de espaldas al lava manos, me quito los zapatos y los dejo cerca de su camisa en el piso saco su champú de la ducha, lo hemos comprado en Francia.

Tn: ¿Le gustaría este señor? —Lo sostengo con ambas manos como si estuviera vendiendolo —. Entregado en sus manos desde el Sur de Francia. Me gusta el olor de este... huele a ti. —Añado en un susurro, olvidándome de la voz de locutora.

Christopher: Por favor. —Sonríe. Tomo una toalla La señora Jones sí que sabe mantenerlas suaves.

Tn: Inclínate hacia delante. —Ordeno y Christopher obedece. Dejando la toalla en sus hombros, me vuelvo hacia el lava manos y lo lleno con agua tibia. — Recuéstate. —Oh, me gusta estar a cargo.

Christopher se reclina, pero es demasiado alto. Lleva la silla más adelante y luego se reclina hasta que su cabeza toca la mesada. Distancia perfecta. Ladea su cabeza hacia atrás. Sus ojos audaces me miran, y sonrío. Tomando uno de los vasitos que dejamos junto al lava manos, lo lleno de agua y la dejo caer en la cabeza de Christopher, mojando su cabello. Repito el proceso, inclinándome sobre él.

Christopher: Huele tan bien señora Velez—murmura y cierra los ojos mientras mojo metódicamente su cabello, lo miro libremente. Madre mía. ¿Alguna vez me cansaré de esto? Largas oscuras pestañas que hacen sombras en sus mejillas; labios levemente abiertos, formando una hermosa forma de diamante, e inhala suavemente. Hmm... cómo ansío besarlo...
Le entra agua en los ojos. ¡Mierda!, agarra la esquina de la toalla y rie mientras seca el agua en sus ojos.

Christopher: Hey, sé que soy un imbécil, pero no me ahogues. —Me inclino y beso su frente, riendo. —No me tientes.

Lleva su mano detrás de mi cabeza y se eleva un poco para que nuestros labios se unan. Me besa brevemente, haciendo un sonido de satisfacción con su garganta. El sonido llega a los músculos de mi vientre. Es muy seductor. Me deja ir y se reclina obedientemente, mirándome expectante. Por un momento se ve vulnerable, como un niño. Me llega al corazón. Pongo algo de champú en mis manos y masajeo su cabeza, comenzando por su frente y bajando por toda su cabeza, en un movimiento circular rítmico. Vuelve a cerrar los ojos y repite ese gruñido profundo.

Christopher: Eso se siente bien —dice después de un momento y se relaja ante el toque firme de mis dedos.

Tn: Sí, lo hace. —Vuelvo a besar su frente.

Christopher: Me gusta cuando frotas mi cabeza con tus uñas. —Sigue con los ojos cerrados, pero tiene una expresión de enorme alegría, sin rastro de vulnerabilidad. Dios, cómo ha cambiado su humor, y me gusta saber que fui yo la que hizo esto.

Tn: Levanta la cabeza. —Ordeno y obedece. Hmm...  podría acostumbrarme a esto. Froto la parte trasera de su cabeza, utilizando mis uñas.

Christopher: Vuelve abajo.
Se reclina, y enjuago la espuma, utilizando el vaso. Con cuidado de no salpicarle la cara esta vez.

Tn: ¿De nuevo? —pregunto.

Christopher: Por favor. —Abre los ojos y su mirada serena se encuentra con la mía. Le sonrío.

Tn: Enseguida señor Velez. —Me vuelvo hacia el lava manos que normalmente usa Christopher y lo lleno con agua tibia. —Para el enjuague —digo cuando me mira de forma confundida.

Repito el proceso del champú, escuchando su respiración profunda. Una vez lleno de espuma, me tomo otro momento para apreciar el bello rostro de mi esposo. No puedo resistirme. Suavemente, acaricio su mejilla, y abre los ojos, mirándome de forma adormecida entre sus largas pestañas. Inclinándome pongo un casto beso en sus labios. Sonríe, cierra los ojos, y suspira contento.
Dios. ¿Quién habría imaginado que después de la discusión de esta tarde estaría tan relajado? ¿Sin sexo? Me inclino sobre él.

Christopher: Hmm —murmura mientras mis pechos llegan a su rostro. Resistiendo la urgencia de presionarme con más fuerza, quito el tapón para que el agua enjabonada se vaya. Sus manos van a mi cadera y espalda.

Tn: Nada de tocar a las asistentes —murmuro, fingiendo reprochárselo.

Christopher: No olvides que soy sordo —dice con los ojos aún cerrados, mientras recorre mi espalda con la mano y comienza a subir mi falda. Le golpeo el brazo. Estoy disfrutando jugando a la estilista. Sonríe, infantilmente, como si lo hubiera atrapado haciendo algo ilícito de lo que se enorgullece.
Vuelvo a buscar el vaso, pero esta vez uso el agua del lava manos de al lado para enjuagar cuidadosamente el champú de su cabeza. Sigo inclinada sobre él, y él aún tiene sus manos en mi espalda, moviendo sus dedos de un lado al otro, de arriba abajo... de adelante hacia atrás... hmm. Suelto una risita. Gruñe con su garganta.

Tn: Listo. Limpio.

Christopher: Bien. —Declara. Sus dedos presionan mi espalda, y de repente se sienta, mojando todo con su pelo mojado. Me tira en su regazo, moviendo sus manos de mi espalda a mi nuca, luego a mi barbilla, sosteniéndome en mi lugar. Jadeo sorprendida y sus labios están en los míos, su lengua cálida en mi boca. Mis dedos se enroscan en su pelo mojado, y gotas de agua caen por mis brazos; y mientras profundiza el beso, su cabello se pega a mi rostro. Su mano se mueve de mi barbilla al primer botón de mi blusa.

Christopher: Basta de acicalarnos. Quiero dejarte si conciencia y podemos hacerlo aquí o en el cuarto. Tú eliges. — La mirada de Christopher es oscura, caliente, y llena de promesas, mojándonos a ambos con su cabello. Se me seca la boca.—¿Cuál será Tn? —pregunta mientras me sostiene en su regazo.

Tn: Estás mojado —respondo. De repente inclina la cabeza, pasando su cabello goteante por mi blusa. Intento soltarme de él. Afianza su agarre en mí.

Christopher: Oh, no lo hagas nena —murmura. Cuando levanta la cabeza está sonriendo lascivamente a la nueva Señorita Blusa Mojada 2011. Está empapada y se puede ver todo. Estoy mojada... en todas partes. —Amo la vista —murmura y se inclina para pasar su nariz sobre mi pecho mojado. Gimo. —Respóndeme Tn. ¿Aquí o en el dormitorio?

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Hola🙊🙊🙊💖

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora