Capítulo 42. (7/10)

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Christopher: ¿El Loco Rey Lear?—

Tn: Shiii—Digo como bebe y acaricio su cara, y él se inclina a mi toque, cerrando sus ojos—. ¿Cambiarias tu nombre a Christopher ______ así todos sabrían que me perteneces?

Los ojos de Christopher se abren, y me mira como si acabara de decir que la tierra es plana. Frunce el ceño.

Christopher: ¿Qué te pertenezco? —murmura, probando las palabras.

Tn: Mío.

Christopher: Tuyo —dice, repitiendo las palabras que dijimos en la habitación apenas ayer—. Si, lo haría. Si significa tanto para ti.

Tn: ¿Significa tanto para ti?

Christopher: Si. —Él es indiscutible.

Tn: Okey —Hare esto por él. Le daré la tranquilidad que todavía necesita.

Christopher: Pensé que ya habías accedido a esto.

Tn: Si lo había hecho, pero ahora que lo discutimos más, estoy feliz con mi decisión.

Christopher: Oh —murmura, sorprendido. Luego sonríe su hermosa, juvenil si-soy- realmente-un-poco-joven sonrisa, y me quita el aliento. Agarrándome por mi cintura, me balancea alrededor. Yo chillo y empiezo a reír, y no sé si él sólo esta feliz o aliviado o... ¿Qué? —Sra Vélez, ¿Sabes lo que esto significa para mí?

Tn: Lo sé ahora.

Se inclina hacia abajo y me besa, sus dedos moviéndose en mi cabello, sosteniéndome en mi lugar.

Christopher: Significa que te dejare sin conciencia —murmura contra mis labios, y pasa su nariz a lo largo de la mía.

Tn: ¿Tú crees? —me inclino hacia atrás para mirarlo.

Christopher: Algunas promesas fueron hechas. Un ofrecimiento, un acuerdo negociado —susurra, sus ojos brillando con placer malvado.

Tn: Um... —Estoy reponiendome, intentando seguir su humor.

Christopher: ¿Estás renegando de mí? —pregunta incierto, y una mirada especulativa cruza su rostro—. Tengo una idea. —Añade. ¿Oh, qué clase de sexo pervertido es este?

Tn: Un asunto realmente importante que atender.

Christopher: Sí, señora Vélez. Un asunto de extrema importancia.

Tn: ¿Qué? —Suspiro.

Christopher: No digas que y necesito que cortes mi cabello. Aparentemente está muy largo, y a mi esposa no le gusta.

Tn: ¡No puedo cortarte el cabello!

Christopher: Sí puedes. —Chris sonríe y sacude la cabeza para que su cabello largo le cubra los ojos.

Tn: Bueno, pero si la señora Jones tiene un bol de ensalada. —Me río. Se ríe.

Christopher: De acuerdo, un buen punto. Haré que Franco lo haga.

¡No! ¿Franco trabaja para ella? Quizás podría intentarlo. Después de todo, pasé años cortándole el cabello a Ray, y nunca se quejó.

Tn: Ven. —Tomo su mano. Abre los ojos de par en par. Lo llevo hasta el baño donde lo suelto y tomo la silla blanca de madera de la esquina. La pongo frente al lavabo. Cuando miro a Christopher me está mirando con una diversión molesta, con los pulgares en los bolsillos de sus vaqueros pero una mirada ardiente. —Siéntate. —Señalo la silla, intentando mantenerme firme.

Christopher: ¿Vas a lavar mi cabello? — Asiento. Alza una ceja sorprendido, y por un momento creo que va a echarse atrás. — De acuerdo. —Lentamente comienza a desabotonarse cada botón de su camisa blanca, comenzando por el que está bajo su garganta. Largos dedos se mueven ágilmente en cada botón hasta que su camisa está abierta.
Oh mi...  Christopher alza una mano con una expresión de "deshaz esto ahora" y su boca se retuerce en esa forma totalmente sexy y desafiante que tiene. Tomo su muñeca y libero el primero, cuando termino lo miro, y su mirada de diversión ha desaparecido, remplazada por algo más caliente... mucho más caliente. Me estiro y le quito la camisa de los hombros, dejándola caer al piso.

Tn: ¿Listo? —susurro.

Christopher: Para lo que quieras, amor.

Mis ojos pasan de los suyos a sus labios. Abiertos para que pueda respirar mejor. Esculpidos, rellenos, lo que sea, es una boca hermosa y él sabe exactamente qué hacer con ella. Me encuentro inclinándome para besarlos.

Christopher: No —dice, y pone ambas manos en mis hombros—. No, si lo haces, jamás me cortarás el pelo y quiero que lo hagas —Continúa. Y sus ojos están muy abiertos por algún motivo. Es desesperante.

Tn: ¿Por qué? —susurro.

Christopher: Porque me hará sentir querido.

Mi corazón se salta un latido. Oh, Christopher... mi Diablo. Y antes de saberlo lo envuelvo en mis brazos y le beso el pecho.

Christopher: Tn. Mi tn—susurra. Envuelve sus brazos a mí alrededor y nos quedamos inmóviles, sosteniéndonos en el baño. Oh, como amo estar en sus brazos. Incluso si es un imbécil, insoportable y megalomaníaco, es mi imbécil, insoportable y megalomaníaco que necesita una dosis de por vida de TLC. Retrocedo sin soltarlo.

Tn: ¿Realmente quieres hacer esto? — Asiente y me sonríe tímidamente. Le devuelvo la sonrisa y me libero de su abrazo. —Entonces sentado. —Repito.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora