Capítulo 80. Maraton (5/20)

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Tn: ¿Te sientes mejor ahora? —Le pregunté gentilmente.

Leila: Mucho mejor. Gracias.

Tn: ¿Tu médico sabe que estás aquí? .— Negó con la cabeza. Oh. Ella asiente, luciendo adecuadamente culpable.

Leila: Sé que después tendré que lidiar con las consecuencias de eso. Pero tenía que conseguir algunas cosas y quería ver a Susi, y a ti, y a... al Sr Vélez.

Tn: ¿Quieres ver a Christopher? —Mi estómago cae al piso. Es por eso que ella está aquí.

Leila: Sí. Quería preguntarte si eso estaría bien.—Joder. Me quedo boquiabierta y quiero decirle que no está bien. No quiero que esté cerca de mi marido. ¿Por qué está aquí? ¿Para evaluar a la oposición? ¿Para incomodarme? ¿O tal vez necesita alguna clase de final?

Tn: Leila —digo, exasperada—. No depende de mí, sino de Christopher. Necesitarás preguntarle a él. No necesita mi permiso. Es un adulto... la mayor parte del tiempo. — Ella me mira por una fracción de latido, como sorprendida por mi reacción, luego ríe suavemente, nerviosamente enroscando las puntas de su cabello.

Leila: Ha rechazado repetidas veces mis peticiones de verlo —dice calmadamente. Oh, mierda. Estoy en más problemas de los que pensé.

Tn: ¿Por qué es tan importante para ti verlo? —pregunto gentilmente.

Leila: Para agradecerle. Estaría pudriéndome en una clínica psiquiátrica si no fuera por él. Lo sé. —Mira abajo y desliza sus dedos a lo largo del borde de la mesa—. Sufrí un serio episodio psicótico y sin el Sr. Vélez y John... el Dr. Flynn... —Se encoge de hombros y me mira una vez más, su rostro
lleno de gratitud. De nuevo estoy sin palabras. ¿Qué espera que diga? Seguramente debería estar diciéndole estas cosas a Christopher, no a mí. —Y por la escuela de arte. No puedo agradecerle lo suficiente por eso. —¡Lo sabía! Christopher está patrocinando sus clases. Permanezco sin expresión, explorando tentativamente mis sentimientos por esta mujer ahora que ha confirmado mis sospechas sobre la generosidad de Christopher. Para mi sorpresa, no me siento mal hacia ella. Es una revelación, me alegra que esté mejor. Ahora, con esperanzas, puede seguir adelante con su vida y salir de la nuestra.

Tn: ¿Estás perdiendo clases al estar aquí? —pregunto, porque estoy interesada.

Leila: Sólo dos. Vuelvo a casa mañana. —Oh, qué bien.

Tn: ¿Cuáles son tus planes, mientras estés aquí?

Leila: Recoger mis cosas de donde Susi, regresar a Hamden. Continuar pintando y aprender. El Sr Vélez ya tiene un par de mis pinturas. — ¿Qué demonios...? Mi estómago cae al sótano una vez más. ¿Están colgadas en mi sala? Me molesto con el pensamiento.

Tn: ¿Qué tipo de pintura haces?

Leila: Abstractos, principalmente.

Tn: Ya veo. —Mi mente revolotea a través de las pinturas ahora familiares en el gran salón. Hay dos de la Sra. Leila Williams... posiblemente. Caray.

Leila: Sra Vélez, ¿puedo hablar con franqueza? —pregunta ella, completamente inconsciente de mis emociones enfrentadas.

Tn: Por supuesto —murmuro, mirando a Prescott, quien luce como si se hubiera relajado un poco. Leila se inclina hacia adelante como si fuera a impartir un secreto guardado desde hace mucho.

Leila: Yo amaba a Geoff, mi novio, el que murió hace poco. —Su voz cae a un triste susurro.
Mierda, se está poniendo personal.

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora