Capítulo 18.

4.6K 212 4
                                    

Después de tener sexo con mi guapo y sexy esposo el diablo caemos en un profundo sueño, después de un rato despertamos y salimos a cubierta ah cenar, una noche tranquila con la luz de las velas. Me desperezo buscando a Christopher instintivamente, pero no está. ¡Mierda! Me despierto de golpe y miro ansiosa por el camarote Christopher me está observando desde el silloncito que hay junto a la cama, se agacha y deja algo en el suelo. Después se acerca y se tumba en la cama conmigo.

Christopher: No te asustes, todo está bien —me dice con voz suave y tranquilizadora, como si hablara con un animal acorralado. Con ternura me aparta el pelo de la cara y yo me calmo al instante. Veo que intenta ocultar su propia preocupación, pero no lo consigue. —Has estado tan nerviosa estos últimos días… —me dice con mirada seria.

Tn: Estoy bien Christopher. —Le ofrezco la mejor de mis sonrisas y dejando atrás la horrible pesadilla que e tenido—.
¿Estabas observándome mientras dormía?

Christopher:Sí —responde—. Estabas hablando.

Tn:¿Ah, sí?.---Mierda. ¿Y qué decía?

Christopher: Estás preocupada —añade con la mirada llena de angustia. ¿No puedo ocultarle nada a este hombre? Se
inclina y me besa la frente—.No te preocupes amor, yo te cuidaré.

Tn:No estoy preocupada por mí. Es por ti —reconozco a regañadientes—. ¿Quién te cuida a ti?

Christopher: Yo soy lo bastante mayor y lo bastante feo para cuidarme solo. —Sonríe —. Ven, levántate. Hay algo que quiero que hagamos antes de volver a casa.

Me sonríe con una sonrisa amplia de niño grande que dice "sí, es verdad que solo tengo veintidos" y de
repente me doy cuenta de que hoy volvemos a Los Ángeles y me invade la melancolía. No quiero irme. Me ha
encantado estar con él 24/7 y todavía no estoy preparada para compartirlo con sus empresas y su familia. Hemos tenido una luna de miel perfecta, con algún que otro altibajo, tengo que
admitir, pero eso es normal en una pareja recién casada, ¿no? Pero Christopher no puede contener su entusiasmo infantil y, a pesar de mis oscuros pensamientos, acaba
contagiándome. Cuando se levanta con agilidad de la cama lo sigo intrigada. ¿Qué tendrá en mente?
.......
Christopher me ata la llave a la muñeca.

Tn:¿Quieres que conduzca yo?

Christopher:Sí. —Christian me sonríe—. ¿Te la he apretado demasiado?

Tn:No, está bien. ¿Por eso llevas chaleco salvavidas? —pregunto arqueando una ceja.

Christopher:Sí. -- Dice y no puedo evitar reírme.

Tn:Veo que tiene mucha confianza en mis habilidades como conductora, señor Vélez.

Christopher:La misma de siempre, señora Vélez.

Tn:Bueeeh, no me des lecciones.-- Digo y Christopher levanta las manos en un gesto defensivo, pero está sonriendo.

Christopher:No me atrevería.

Tn: Sí, sí te atreverías y aquí no podemos parquearnos y ponernos a discutir en la acera.

Christopher:Cuánta razón tiene, señora Vélez. ¿Nos vamos a quedar aquí todo el día hablando de tu capacidad de
conducción o nos vamos a divertir un rato?

Tn:¡Oh!... cierto, cuenta razón tiene, señor Vélez.

Tomo el manillar de la moto de agua y me subo, Christopher sube detrás de mí y empuja con la pierna para alejarnos del yate. Mauricio y dos de los tripulantes nos miran divertidos. Mientras avanzamos flotando,
Christopher me rodea con los brazos y aprieta sus piernas contra las mías. Sí, eso es lo que a mí me gusta de este
medio de transporte… Meto la llave y pulso el botón de encendido. El motor cobra vida con un rugido.

Tn:¿Preparado? —le grito a Christopher por encima del ruido.

Christopher:Todo lo que puedo estar —dice con la boca cerca de mi oído.

Aprieto el acelerador con suavidad y la moto se aleja del Fair Lady demasiado tranquilamente para mi gusto. Christopher me abraza más fuerte. Acelero un poco más y salimos disparados hacia delante. Me quedo
sorprendida y encantada de que no nos quedemos parados al poco tiempo.

Christopher: ¡Uau! —grita detrás de mí y la euforia en su voz es evidente.

Pasamos a toda velocidad junto al yate en dirección a mar abierto. Me encanta y estoy emocionada por que Christopher me haya dejado conducir. Todas las preocupaciones que he sentido los últimos dos días desaparecen mientras surcamos el agua hacia el aeropuerto.

Christopher:La próxima vez que hagamos esto, tendremos dos motos de agua —me grita Chris. Sonrío al pensar
en hacer una carrera con él; suena emocionante. Mientras cruzamos el fresco mar azul en dirección a lo que parece el final de una pista de aterrizaje, el estruendo de un jet que pasa justo por encima de nuestras cabezas preparándose para aterrizar me sobresalta. Suena tan alto que me entra el pánico y giro bruscamente a la vez que aprieto el acelerador pensando que es el freno.

Christopher:¡Tn! —grita Chris, pero es demasiado tarde. Salgo volando por encima de la moto con los brazos y
las piernas sacudiéndose en el aire, arrastrando a Christopher conmigo y aterrizando con una salpicadura
espectacular. Entro en el mar cristalino gritando y trago una buena cantidad de agua del Mediterráneo. El agua está fría a esta distancia de la costa, pero salgo de nuevo a la superficie en un segundo gracias al chaleco salvavidas. Tosiendo y escupiendo me quito el agua salada de los ojos y busco a Christopher a mi alrededor. Ya está nadando hacia mí. La moto de agua flota inofensiva a unos metros de nosotros con el motor en silencio.

Christopher:¿Estás bien? —Sus ojos están llenos de pánico cuando llega hasta mí.

Tn:Sí —digo con la voz quebrada por la euforia. ¿Ves, Christopher? Esto es lo peor que te puede pasar con una moto de agua. Me acerca a su cuerpo para abrazarme y después me agarra la cabeza entre las manos para examinar mi cara de cerca—. ¿Ves? No ha sido para tanto —le digo sonriendo en el agua. Por fin él también me sonríe, claramente aliviado.

Christopher: No, supongo que no. Pero estoy mojado —gruñe en un tono juguetón.

Tn:Yo también estoy mojada.

Christopher:A mí me gustas mojada —afirma con una mirada lujuriosa.

Tn:¡Christopher! —lo regaño tratando de fingir justa indignación. Él sonríe, guapísimo, y después se acerca y
me da un beso apasionado. Cuando se aparta, estoy sin aliento.

Christopher:Vamos, volvamos tenemos que ducharnos. Esta vez conduzco yo.

_______________
¡Hey,hey, heeeey! ¿Como andan? Yo bueeeh, maso la verdad, no había podido publicarles capítulo y me sentía muy mal):
Estoy muy contentaaaaaaaaaaa por todos sus votos y las personitas que han leído la novela, neta que muchas gracias💕
Les prometo publicar capítulos mas seguido, espero que les guste este capítulo si es así hazmelo saber con un voto y un comentario💋

¡Nos leemos en el próximo capítulo!👑

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora