Tn: ¡Christopher! —jadeo y salto, agradeciendo a Dios que llegó a salvo. Cuando estoy envuelta en sus brazos, su nariz en mi cabello, y estoy inhalando su esencia, su calidez, su amor. Una pequeña parte de mí se siente más tranquila, fuerte, y más resistente porque él está aquí. Oh, la diferencia que su presencia hace a mi paz mental.

Christopher: ¿Alguna novedad?.—Sacudo mi cabeza, incapaz de hablar. — Austin. —Asiente saludando.

Austin: Christopher, él es mi padre, Padre.

Christopher: Sr. Rodríguez... nos conocimos en la boda. ¿Supongo que estaban en el accidente, también?.— Austin vuelve a contar la historia brevemente. — ¿Ambos están lo suficientemente bien para estar aquí? —pregunta Christopher.

Sr Rodriguez: No queremos estar en otro lugar —dice el Sr. Rodríguez, su voz tranquila y mezclada con dolor. Christopher asiente. Tomando mi mano, me sienta tomando luego asiento a mi lado.

Christopher: ¿Has comido? —pregunta. Sacudo mi cabeza. —¿Estás hambrienta? Sacudo mi cabeza.
—¿Pero tienes frío? —pregunta, observando la chaqueta de Austin. Asiento. Se mueve en su silla pero sabiamente no dice nada. La puerta se abre de nuevo, y un joven doctor entra en un brillante uniforme azul. Luce exhausto y atribulado.
Toda la sangre desaparece de mi cabeza mientras me tropiezo con mis pies.

Doctor: Ray ———— —susurra y me paro  mientras Christopher está a mi lado, poniendo sus brazos alrededor de mi cintura. —¿Usted es su pariente más cercano? —pregunta el doctor. Sus brillantes ojos azules casi igualan su bata, y bajo alguna otra circunstancia lo hubiera encontrado atractivo.

Tn: Soy su hija, Tn.

Doctor: Señorita ————...

Christopher: Sra. Vélez—lo interrumpe Christopher.

Doctor: Mis disculpas —balbucea el médico, y por un momento quiero patear a Christopher—. Soy el Doctor Crowe. Su padre está estable, pero en condición crítica. ¿Qué significa eso? Mis rodillas se doblan debajo de mí y sólo el brazo de apoyo de Christopher me impide caer al suelo.
—Sufrió graves lesiones internas —dice el Dr. Crowe—, principalmente en su diafragma, pero hemos logrado repararlas, y hemos sido capaces de salvar su bazo. Desafortunadamente, sufrió un paro cardíaco durante la operación por la pérdida de sangre. Nos las arreglamos para conseguir que su corazón funcione de nuevo, pero esto sigue siendo una preocupación. Sin embargo, nuestra preocupación más grave es que sufrió severas contusiones en su cabeza, y las resonancias magnéticas muestran que tiene inflamación en el cerebro. Lo hemos inducido a un coma para mantenerlo tranquilo y quieto mientras controlamos la inflamación cerebral. —¿Daño cerebral? No. —Es un procedimiento estándar en esto casos. Por ahora, sólo tenemos que esperar y ver.

Christopher: ¿Y cuál es el pronóstico? —pregunta Christopher fríamente.

Doctor: Sr. Vélez, es difícil decirlo por el momento. Es posible que pueda hacer una recuperación completa, pero eso está en las manos de Dios ahora.

Christopher: ¿Cuánto tiempo lo mantendrán en coma?

Doctor: Eso depende de cómo responda su cerebro. Usualmente de setenta y dos a noventa y seis horas.
¡Oh, tanto tiempo!

Tn: ¿Puedo verlo? —susurro.

Doctor: Sí, debería poder verlo en una media hora. Está siendo trasladado a la UCI30 en el sexto piso.

Tn: Gracias, Doctor. —El Dr. Crowe asiente, se gira y nos deja. —Bueno, él está vivo —le susurro a Christopher . Y las lágrimas empiezan a rodar por mi cara una vez más.

Christopher: Siéntate —ordena Chris gentilmente.

Austin: Papá, creo que nos deberíamos ir. Necesitas descansar. No sabremos nada por un tiempo —murmura al Sr. Rodríguez quien mira inexpresivamente a su hijo—. Podemos volver esta noche, después de que hayas descansado. Está bien, ¿no es así, Tn? — Austin se gira, implorándome.

Tn: Por supuesto.

Christopher: ¿Se están quedando en Portland? —pregunta. Austin asiente. — ¿Necesitas un aventón a casa? .— Austin frunce el ceño.

Austin: Iba a pedir un taxi.

Christopher: Luke puede llevarlos. — Sawyer se para, y Austin luce confundido.

Tn: Luke Sawyer —murmuro en esclarecimiento.

Austin: Oh... seguro. Sí, te lo agradecería. Gracias, Christopher. — Poniéndome de pie, abrazo al Sr. Rodríguez y Austin en rápida sucesión. —Mantente fuerte, Tn — Austin susurra en mi oído—. Es un hombre sano y en forma. Las probabilidades están a su favor.

Tn: Eso espero. —Lo abrazo fuerte. Luego, liberándolo, me quito su chaqueta y se la devuelvo.

Austin: Quédatela, si todavía tienes frío.

Tn: No, estoy bien. Gracias. —Mirando nerviosamente hacia Christopher, veo que está observándonos impasible. Christopher toma mi mano. — Si hay algún cambio, te lo haré saber de inmediato —digo mientras Austin empuja la silla de ruedas de su padre hacia la puerta que Sawyer está manteniendo abierta. El Sr. Rodríguez levanta su mano, y se detienen en la puerta.

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Un capítulo dos dias seguidos, pidan un deseo(8 jajajaja 🤗

Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Where stories live. Discover now