Returning Home

Is it all?

¿Es todo?

Dime que se acabó, si realmente se acabó. Porque no se siente como el final cada vez que cierras la puerta. — Avril Lavigne, Tell me its over.

(NRL: No podías sacarla en mejor momento, amor mío. No la utilizo completa, por el simple y sencillo hecho de que probablemente la use después en otra de mis historias.)

***

Frank tenía un plan, y estaba dispuesto a seguirlo a cabalidad. Tenía una estrategia que debía desarrollar paso por paso, y eso había estado haciendo durante las últimas semanas. Ahora, era el momento de poner en práctica el paso final. El único problema es que, para estas alturas del día, su cuerpo estaba temblando como si fuera una gelatina.

—Todo va a estar bien— se dijo a sí mismo en voz alta, antes de salir de su apartamento— Todo va a estar bien.

Durante todo el día había estado pendiente de todo lo que pasaba en el apartamento de arriba del suyo, es decir, del de Hazel. Si era sincero, ni siquiera había podido dormir. Sus ojos llevaban abiertos más de veinticuatro horas. Ya ni siquiera era capaz de recordar cuantas tazas de café se había tomado, pero la ansiedad sumada a cansancio, sumada a miedo, no era una buena mezcla.

Entonces, lo había escuchado. La puerta de arriba, abriéndose y cerrándose, seguido de los pasos de Hazel, bajando la escalera. ¡Y sí! Sabía que era Hazel. Él era perfectamente capaz de reconocer el sonido de sus pasos, jamás podría confundirla. Ahora mismo le faltaban tres escalones para llegar al pasillo intermedio. Era momento para que Frank saliera, y se encontraran "por casualidad".

Se apresuró. Adoptó una expresión despreocupada y se abalanzó hacia afuera. Se tomó toda la calma del mundo, en cerrar la puerta de su apartamento con llave, aunque en realidad estaba temblando como nunca, intentó disimularlo lo mejor posible. Estaba esperando un grito. No habían hablado en todo el día. Hazel debía estar furiosa. Pero el grito nunca llegó.

—Frank... — la voz fue suave, gentil, tímida.

Él se volteó, y la miró con un gesto neutral. Sus labios estaban perfectamente en una línea recta, no había sonrisa, no había mueca de desdén. Ese era el plan. Tenía que fingir indiferencia. Sin embargo, cuando la vio, sintió la irremediable necesidad de abrazarla, para luego dejarse caer al suelo, de rodillas y declararse al fin.

Ella estaba pálida. No tenía ni una sola gota de maquillaje en su rostro (no era que lo necesitara, Hazel siempre se veía hermosa, pero aun así...), sus labios estaban resecos. Su cabello estaba desordenado, cual lana de oveja abandonada. Sin embargo, el peor de los rasgos, y el más preocupante, era que sus ojos estaban hinchados: había estado llorando.

De acuerdo... Lo aceptaba. Quizá se había pasado un poquito.

Pero no era momento para echarse hacia atrás. Mucho menos ahora que estaba tan próximo a consumarse el gran final, el último golpe, el punto ultimo de inflexión que le haría ganar esta partida, y por el cual todo el mundo había estado sufriendo.

—Oh, hola, Haz— dijo, con completo disimulo— ¿Podemos hablar después? Tengo un asunto importante que solucionar ahora. Iba saliendo, de hecho.

La expresión de Hazel fue demasiado comunicativa por un momento, antes de conseguir dominarse a sí misma, y poner una cara de póker. Pero le había dolido, le había dolido como nunca. Estaba sufriendo, estaba sacando conclusiones desesperadas. Y Frank, pudo saberlo de inmediato: Nico tenía razón. Ella ya estaba pensando que su única elección para salvarse, era terminar con él, antes de que él lo hiciera con ella.

¡Bien!

—Sí... como sea... Cuando tengas tiempo— pronunció su novia, en un tono frío y seco, para luego culminar con la frase importante— Tenemos que hablar.

Frank asintió con la cabeza, fingiendo estar tan despreocupado como siempre. Incluso miró su celular, inventando un mensaje importante invisible. Lo que sea, que le hiciera creer a Hazel que Frank no le estaba dando la importancia que merecía.

—Sí, ajá— dijo, aun mirando a la pantalla, para luego esquivar el cuerpo de ella y empezar a bajar las escaleras— Cenemos afuera hoy— anunció, sin posibilidad de dejarla negarse— Adiós.

Y, ese era el último paso. El último golpe que daría al orgullo de Hazel. Era todo lo que necesitaba, porque ahora ella estaría completamente dispuesta a hacérselo pagar. La conocía, demasiado bien, como para saber que, después de eso, Hazel se vería como una maldita diosa esa noche. Lo más hermosa que pudiera, lo más sexy, lo más irresistible.

Ella haría todo, para vengarse.

Y si tenía que hacer a Frank sufrir, haciéndole creer que dejó a la mujer más perfecta del universo, por una estupidez... Lo haría.

Frank la conocía... demasiado bien...

Ahora todo sería perfecto.

***

Tengo el primero de mis exámenes finales hoy en la noche. Así que no me verán más por aquí.

Por otro lado, el nuevo capítulo de Instituto de Delincuentes Juveniles ya se está cocinando.

Nos vemos después, dejen sus comentarios y oren por mí :(

Falta poco. Una vez que acaben mis exámenes, estaré realmente de vuelta.

En multimedia dejo a Orlando (editado por moa, evidentemente, porque no encuentras osos así en Google) díganle lo guapo que se ve, en esta línea.

Los amo

Bye,

PD: Vayan a escuchar la nueva canción de Avril Lavigne. Está de puta madre, en serio. "Tell me it's over".