Unexpected Guest

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Por un momento, el silencio simplemente se extendió. Las risas de hacía un momento no eran otra cosa más que ecos en sus mentes. Tal y como si se tratara de la aparición de un Tiranosaurio Rex, nadie se movió. Ni Nico y Will, ni Hades. En realidad, era como si el tiempo se hubiese quedado en pausa por un momento. Hades no pudo siquiera bajar su mano, que se había quedado a mitad del camino en el aire, aún con las llaves; pero sí pudo parpadear dos veces, antes de que el movimiento volviera a la escena.

—¡Dios mío! —Will cubrió su rostro con ambas manos— Juro por todo lo que quiera que esto no es lo que parece.

Porque Will conocía bastante bien a Hades como para reconocerlo de inmediato, incluso cuando no lo había visto en persona durante muchos años. Y sabía muy bien, lo que la escena en cuestión podría parecer para cualquiera que los viera. ¿En la sala de la casa? ¿Con el sofá a disposición? ¿Con el papeleo desordenado? ¿Él sin camisa? ¿Y Nico con la prenda en sus manos? ¡Obviamente habían estado en medio de algo sexoso!

¡PERO NO ESTABAN EN MEDIO DE NADA SEXOSO!

O sea, Will sí quería todo lo sexoso del mundo con Nico, pero no precisamente en ese momento. ¡En este preciso instante, sus intenciones eran puras e inocentes, y realmente, de todo corazón, no había estado a punto de cogerse a su hijo! En serio. Esta era una pelea inocente.

¡Y era su padre quien los estaba encontrando y probablemente malinterpretado todo! ¡POR DIOS, QUE VERGÜENZA!

Al principio, Hades no dijo nada, solo dio dos pasos dentro de la casa y cerró la puerta detrás de sí. Aún sin desviar la mirada de donde se encontraban ellos dos. Parecía estar parpadeando de forma muy lenta, y su respiración era incluso más lenta. Nico no dijo nada, y Will no podía con el silencio, estaba a punto de decir algo más cuando Hades separó sus labios para decir la cosa más anormal que pudo ocurrírsele en el momento. ¿O quizá era la más normal?

—Dejaré mis cosas en la habitación de huéspedes —lo dijo en inglés, pero Will no pensó en ello. También agregó cierto tono interrogativo, pero no era una pregunta exactamente.

—Sí, claro —Will contestó sin dudarlo. Seguía estando jodidamente avergonzado, pero el único sentido que se despertó dentro de sí fue, por algún motivo, quizá porque siempre había querido caerle bien, pero jamás lo había logrado, fue el servicial— Déjeme ayudarle.

Will alcanzó apenas a dar dos pasitos antes de que la mano de Hades, que aún no había soltado las llaves, se levantara nuevamente para detenerlo con un solo movimiento, como un rey chasqueando los dedos para ordenar una ejecución. Will se detuvo, como el cobarde que era, con sus manos quietas y sus ojos bien abiertos.

—No es necesario —fue lo único que dijo el señor di Angelo—, conozco el camino.

Luego tomó su maleta, y continuó el recorrido en línea recta hasta la habitación de invitados. A Will le pareció ver que sonreía mínimamente, pero fue más un espejismo que otra cosa, y si en realidad había sido una sonrisa, entonces se estaba burlando de él. ¿Por qué?

—Se que cometí un error —le dijo a Nico, girándose de vuelta hacia él—, pero, no sé cuál fue exactamente.

—Le hiciste saber que te estás quedando conmigo, en mi habitación, y no en la habitación de huéspedes —contestó Nico, tan tranquilo como si no hubiera pasado absolutamente nada. Will quiso golpearlo, de hecho, lo habría hecho, si no fuera porque le dio incluso más vergüenza su respuesta— cualquier duda que hubieras sembrado en su cabeza con lo de "no es lo que parece", la despejaste al darle paso libre a la sala de huéspedes.

—¡Oh, Dios mío! —Will enterró su rostro nuevamente en medio de sus manos, solo quería que la tierra se lo tragara, y justo cuando estaba considerando seriamente cavar un agujero y organizar su propio funeral, lo escuchó.

Returning HomeWhere stories live. Discover now