Sway

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Nota mental: Dejar de ponerle a los personajes profesiones o lugares de las cuales no sé nada :v Así no me tengo que obligar a aprender lo que hacen los doctores, o cómo funciona el derecho en Italia... O cuales son los parques nacionales de Hawaii... etc, etc, etc :(

Disfruten el cap.

Lamento la tardanza. 

***

Denver, Colorado.

Un vestido al estilo coctel en color rojo, se ciñe a su cuerpo, cubriendo hasta la mitad de su muslo y dándole una curvatura a su cintura que muy pocas mujeres conseguirían naturalmente. Una copa de champán sube hasta sus labios pintados de carmín, ayudándole a dar un sorbo de la bebida y luego vuelve a bajar hasta el nivel de la mitad de su torso. Su rostro mantiene una sonrisa elegante, mientras conversa con Jamie Banks, uno de los mejores y más importantes clientes de su cadena Hotelera.

Y también uno de los más atractivos.

Su expresión, como de costumbre, irradiaba poder. Una de las principales razones por las cuales Calipso prefería encargarse ella misma de que al hombre se le diera un excelente trato cada vez que pisaba uno de sus hoteles. Mantener a ese hombre feliz, era el equivalente a obtener mucho dinero, y millones de recomendaciones. Y Calipso era una mujer de negocios, ella sabía lo que le convenía a su bolsillo.

Pero esta noche, el hombre estaba empezando a ser un poco molesto. Es decir, su constante coqueteo con Calipso, no era ninguna novedad, pero hoy, había empezado a abusar bastante del galanteo. Ya iban dos veces que tomaba su mano y besaba sus nudillos. Además, ella era capaz de reconocer el deseo reflejado en su mirada. Y no le gustaba nada.

Habría salido de esta situación hace bastante rato, si no fuera porque su adorado (muy cerca de la muerte) novio, había tenido la desfachatez de dejarla plantada. Cuando recién habían pasado veinte minutos, desde las siete de la noche, ella pensó que simplemente se debía a un retraso, pero ahora ya eran las ocho y treinta. El humor de Calipso, estaba muy cercano del infierno y no necesariamente de la buena forma.

—Es un poco tarde, ¿no crees?— él se acercó a su oído para susurrarle con voz demasiado ronca— Puedo llevarte a casa si gustas. Que me caiga un rayo a la cabeza antes de permitir que una dama tan bella tenga que volver sola.

Calipso sonrío con la mejor sonrisa falsa que había en su repertorio, y luego negó con la cabeza, de forma despreocupada. Porque su novio era un idiota, uno que probablemente perdería unos cuantos miembros de su cuerpo la próxima vez que lo viera, pero... seguía siendo su novio. Y ella no iba a alentar a otro hombre a que siguiera coqueteándole.

—Está todo bien— le dijo, mirándolo directamente a los ojos— Mi novio va a venir por mí en un momento.

— ¿Tu novio el mecánico?— preguntó él, con un tono un tanto teñido con desprecio, que no le gustó para nada a la chica.

—Sí— contestó, levantando su barbilla con orgullo, pero sin borrar la sonrisa falsa de sus labios— Mi novio el mecánico.

Él sonrió, con una especie de burla reflejada en sus ojos, porque cuando eres un hombre importante, con tanto dinero, te crees con la potestad de juzgar cualquier otra profesión que esté por debajo de la tuya. Calipso pudo comprender a la perfección lo que él estaba pensando. Ambos abrieron los labios al mismo tiempo, para decir algo más, pero entonces, una canción, empezó a sonar a todo volumen.

¿Por qué era esto sorprendente, cuando se encontraban en medio del bar del hotel, y la música había estado sonando durante toda la noche?

Returning HomeWhere stories live. Discover now