Returning Home

Tears

HOLA HOLA CORAZONES.

Vi mensajitos de que me estaba tardando mucho, y quiero aclarar, que esta vez no fue mi culpa.

Como sabrán Wattpad actualizó su reglamento de un modo bastante... mmmm ... curioso, por no decir algo peor.

Así que el sismance estaba haciendo back ups de sus historias, por si acaso, y como tenemos muchas y muy largas, tardamos mucho.

Así que, culpen a Wattpad. Y culpen a la gente que escribe cosas tan perversas para que tengan que hacerse estos cambios. Pagamos justos por pecadores.

Disfruten el cap.

Actualización a la nota antes de publicar: También acabé el cap el jueves pasado, pero me maté escribiéndolo así que me dio resaca ejem... Decidí esperar a hoy lunes porque...

LUNEEEEEES.

Annabeth tendría que haber tomado el vuelo de las seis de la mañana para llegar a tiempo a la despedida de soltera de Hazel, sin embargo, ya era medio día, y ni siquiera había hecho las maletas. Había dejado el restaurante atrás sin probar ni un solo bocado, en realidad, ni siquiera había cenado nada desde el mediodía del día anterior, pero tenía demasiadas nauseas como para siquiera intentar tomar un sorbo de agua.

Llegar hasta el hotel sin tener arcadas ruidosas fue lo más difícil que había tenido que hacer en siglos, y tan pronto como estuvo dentro de las instalaciones, todas sus paredes blancas y sus cortinas finas no hicieron otra cosa más que causarle un nuevo nivel de desesperación, que terminó por obligarla a salir de nuevo. Esta vez, con dirección hacia el mar.

Lejos estaban de su mente Michael, Hazel, la empresa constructora que pronto tendría que empezar a trabajar, y la boda. Su cabeza, que en demasiadas ocasiones le había parecido a todos demasiado grande, se le antojaba a ella, ahora, demasiado pequeña. Sentía que su cráneo estaba haciendo un tremendo esfuerzo por no quebrarse en cientos de pedazos, pero los pensamientos dentro de ella no hacían otra cosa más que crecer y crecer, a niveles insospechados, haciendo que la labor fuera cada vez más difícil.

Detrás de sus párpados todo era negro, y gris, y verde; y algunas veces incluso rojo.

Negro porque no podía dejar de sentir que esto era como excavar en una tumba, violando todo el luto que había alrededor de su pérdida, la pérdida de sí misma, o más bien de quien solía ser. Y cada vez que intentaba escapar de eso, de ese dolor tan desgarrador, que trataba de salir de lo más profundo de sus recuerdos para aferrarse a sus pies y jalarla completa hacia esa tumba, se encontraba con un muro gris. Una pared de concreto que la golpeaba y le raspaba la piel, pero que sobre todas las cosas la detenía en su lugar, sin permitirle salvarse.

Y luego, todo lo demás era verde. Verde como los ojos de Percy, porque no podía alejarse de ellos. Porque el Percy Jackson en su pensamiento no hacía otra cosa más que crecer y crecer y volverse fuerte y pesado, hasta ocupar todas las esquinas de su mente, hasta el más recóndito espacio, tanto los vacíos como los llenos. Todos. Cada centímetro, ahora estaba lleno de Percy Jackson. De él y sus ojos, que, a pesar de que deberían ser acusadores y rabiosos, solo la habían observado con miedo, con miedo... y esa maldita esperanza.