Heart vs Brain

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Lazio, Roma

Nico veía su teléfono celular vibrar, mientras se servía, con toda la paciencia del mundo, jugo de naranja en un vaso de vidrio. La pantalla le mostraba el contacto, un solo, único y refulgente nombre lo invitaba a contestar, pero... ¿Por qué su cuerpo era incapaz de moverse? Tuvo tiempo, incluso, de dar un sorbo al jugo, antes de finalmente decidirse por atender la llamada.

Genial. ¿Y ahora qué? ¿Cómo contestaba? ¡¿Qué se suponía que dijera?!

—Hola— dijo, sin más. No demasiado efusivo, a pesar de que su corazón parecía querer salirse de su pecho. ¡Por Dios! No se había sentido tan nervioso desde su primer audiencia, y lo odiaba. ¡No era posible que Will aún tuviera tanto poder sobre él!

—Hola— la voz de él sonaba tan despreocupada y relajante como siempre, y eso solo lo hizo sentir peor. ¡Maldito Will Solace!

Y entonces... Silencio. Ninguno de los dos dijo absolutamente nada más. Y Nico di Angelo odiaba con todo su ser los silencios incómodos. Siempre los había detestado. ¿Qué se suponía que debía decir él? ¡Ni siquiera entendía por qué Will lo estaba llamando! ¡Ahhhhh! Sentía ganas de cachetearse en ese mismo momento.

Toda la frialdad empezó a desaparecer en el momento en que Will empezó a reír. Una honesta y melodiosa carcajada, de esas tan puras que calentaban el corazón de Nico como si se tratara de una fogata en medio del bosque. Fue como si, con eso, toda la preocupación desapareciera, porque todo iba a estar bien. ¿Y qué si Nico era un idiota asocial que no sabía cómo lidiar con los silencios incómodos? A Will le parecía gracioso, y eso era suficiente para hacerlo sentir nuevamente como una persona normal.

—Lo siento— dijo el rubio— Supongo que debí pensar mejor qué iba a decirte, antes de llamar. — Hubo otro pequeño espacio de silencio— ¿Cómo estás?

— ¿Bien? — contestó él italiano. ¿Qué estaba pasándole? ¿De pronto no sabía cómo hablar en general?

— ¿Sabes?— Will rio de nuevo— No tendrías que estar soportando el martirio de estar en una conversación telefónica con tu ex en la madrugada, si hubieses contestado mi pregunta sin más. ¿Te doy otra oportunidad? ¡Vamos! Solo debes decirme "fuiste un buen novio, Will" y te dejaré en paz.

—Yo no tengo por qué estar solucionando los desastres de tu novio— se las arregló para contestarle—Y no es un martirio Will, siempre fue divertido hablar contigo. ¿Qué hiciste para enfadarlo? Por qué en serio, hay que tener muy mal genio para conseguir enojarse contigo.

No tenía ni puta idea de por qué no podía contestar la pregunta del rubio. Quizá era porque, dentro de sí, sabía que si lo hacía, Will dejaría de interesarse en la conversación, y no quería eso. O, tal vez porque si empezaba a hablar del tema, terminaría por confesarle toda la verdad, y eso no era recomendable. A Nico no le apetecía humillarse a tan tempranas horas de la mañana.

—Tú siempre te enojas conmigo— contestó, riendo de nuevo.

— ¡Exacto! — bien, lo aceptaba, una sonrisa estaba empezando a apoderarse de sus labios— Pero yo estoy de mal genio el noventa por ciento de las veces, así que no hay punto de comparación.

—Supongo que sí es mi culpa— Will soltó un suspiro agotado al otro lado de la línea— ¿No te ha pasado que no le pones suficiente atención a tu chico? ¿Y luego te sientes culpable por eso?

—No. Porque yo no formalizo relaciones, Will. Y así no tengo que preocuparme de esas cosas— contestó con sinceridad— Deberías probar a hacer lo mismo, vives más tranquilo. En serio.

—Ajá... Yo no soy como tú, Nico— devolvió él— No puedo mantener mi corazón fuera de las cosas. Cuando te enamoras ya no puedes detenerlo.

Lo sé. Quería contestar. Tú me enseñaste eso. Y mírame ahora, todavía prendado de ti como un idiota.

Pero se limitó. Se obligó a mantener la boca cerrada. Era como si una guerra estuviera sucediendo en ese mismo momento entre su cerebro y su corazón. Y su corazón era un maldito loco psicópata que estaba empezando a apuñalar su pecho, intentando salir para gritar todo lo que había estado callando por siglos. Pero el cerebro era listo, mucho más listo. Podía redoblar, triplicar e incluso cuadruplicar la guardia. Podía poner cadenas y una mordaza si era necesario.

—Entonces deja de hacer preguntas estúpidas, Will— le dijo al final— Como si no supieras tú mismo la respuesta.

— ¿A qué te refieres?— esta vez, realmente sonaba confundido.

—A que tú siempre das lo mejor de ti mismo— ok, ahora sí que necesitaba ser cuidadoso, la bestia sentimental se estaba escapando de su jaula nuevamente— Y si él no es capaz de ver eso, entonces es un imbécil que no te merece. — Bien, ahora es momento de callarte, Nico. Ya. Hasta ahí está todo bien— Fuiste, eres y serás la mejor persona que ha estado junto a mí en mi vida.

Y... listo. Lo había arruinado. Habló de más, y ahora tendría que dar demasiadas explicaciones al respecto, y terminaría echándolo todo a perder y volvería a perderlo a él. Will volvería a alejarse tanto como lo había hecho la última vez (después de la noche que "no pasó"). ¡Genial! Todo estaba saliendo de maravilla.... ¡Maldita sea!

Will ríe de nuevo, esta vez con menos efusividad que antes. Es más bien una combinación entre un bufido de incredulidad y una sonrisa melancólica. Y Nico sabe exactamente en lo que él está pensando. En realidad, lo conoce tan bien, que casi puede visualizar el brillo del recuerdo que debe estar reflejándose ahora mismo en sus ojos, en algún lugar de Inglaterra.

"Entonces, ¿por qué me dejaste?" debe estar gritando, en silencio.

— ¿Ya ves que no fue tan difícil, señor "peor novio del mundo"?— es lo que dice en voz alta, intentando bromear. — Ya extrañaba hablar contigo.

—Siempre has tenido mi número— contestó él, intentando actuar con normalidad, pretendiendo que nada había pasado, pero con su pecho temblando con dolor— No es mi culpa que no me llames.

—Bien pudiste hacerlo tú— devuelve Will.

—Yo no llamo a las personas, Will. Y lo sabes— se defiende Nico— No habría hablado con mi familia en siglos si no fuera porque Hazel y Perséfone me llaman al menos una vez a la semana. ¿No deberías irte a dormir, ya?

—Debería— contesta— ¿Tú lo harás?

—No, pero debo terminar unos documentos. Necesito ver a un cliente hoy.

—De acuerdo... — Will suelta un suspiro agotado, al otro lado de la línea— ¿Hablamos luego, entonces?

—Cuando tú quieras, Sole— dice, solo para luego colgar la llamada lo más pronto posible.

¡Genial! Y ahora estaría toda la puta semana mirando el maldito celular, esperando por esa estúpida llamada. Yujú. Sonaba divertido.

***

Hola, hola corazones. Necesito su ayuda, es para una tarea 7w7.

Si les digo "Soledad" qué situación les viene a la mente.

En serio que el bloqueo me está matando. Necesito aiuda ok??

Espero que les haya gustado el capítulo.  Déjenme sus bellos comentarios, para que me nutran el corazón :3

Nos leemos pronto. Los quiero. 

Returning HomeWhere stories live. Discover now