Trembling

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¡NO OLVIDES LEER EL CAPITULO ANTERIOR! No te lo saltes bebu :3

Gracias por confiar en mí <3

Disfruten su buen capítulo

Voy de prisa, siempre en contra del reloj, todo lo que viví nunca fue para mí, y aunque duele aceptarlo es así

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Voy de prisa, siempre en contra del reloj, todo lo que viví nunca fue para mí, y aunque duele aceptarlo es así. Tonterías nos separan a los dos, una historia sin fin se vuelve a repetir y es que sé que soy parte de ti... Volvería a apostar por este amor, a perder la razón, eres tú la ilusión que atrapa mi corazón... Porque siempre a cada minuto te vuelvo a extrañar. Eres para mí, desde que te vi, no te dejo de pensar. Y es que tengo tanto miedo, de volverte a amar. — A.G.

Will intentó ignorar todos los noticieros durante todo el mes, hasta que ya no pudo hacerlo más.

Las guardias cada día se volvían más pesadas, trabajar en el hospital lo estaba desgastando tanto que a veces solo se despertaba en la mañana y sentía tanto, pero tanto frío, que por un momento le parecía que quizá había terminado por contagiarse de gripe. Pero luego se levantaba, se bañaba y al ponerse en movimiento, conseguía olvidar lo mal que se sentía.

Aún así, estaba haciendo todo en sus manos para superarlo. Se ponía aceite de coco en las manos tres veces al día, todos los días, y afortunadamente ya no le dolían las marcas de las quemaduras. Con los guantes, incluso conseguía olvidar que las tenía. No afectaban sus movimientos, así que, gracias al cielo, sus posibilidades de ser cirujano seguían siendo las mismas de antes. Solo necesitaba que le dieran una oportunidad.

Y Will sabía que las oportunidades no vendrían a él por arte de magia, así que se esforzó más y más. Intentaba no quejarse, ni poner mala cara cuando la doctora White, o los doctores Hawk y Beckett, el trío de oro, le pedían que hiciera algo que no estaba dentro de sus labores, o cuando lo regañaban por cometer algún error. Ignoraba a Terry, siempre que podía, en realidad, no le había dirigido la palabra desde el incidente con Orlando, e intentaba tampoco prestar atención a sus compañeros de trabajo lo odiaban en su cara y hablaban mal sobre él a sus espaldas.

Como odiaba comer en la cafetería, lo hacía solo en el consultorio, y se acompañaba de libros sobre cirugía. Cada segundo que tenía libre, lo aprovechaba para estudiar. Cada vez que tenía miedo sobre el fracaso, se cacheteaba a sí mismo y se decía que tenía que conseguirlo. Aunque fuera por puro orgullo, pero tenía que hacerlo. Corría el rumor de que iban a abrir una plaza fija en el hospital y Will se lo puso como objetivo, incluso si el rumor resultaba ser falso.

Al menos era algo a lo que aferrarse.

Entonces llegó el viernes 28 de enero, y Will ya no pudo seguir ignorando los noticieros. Su guardia terminaba al medio día, pero, como usualmente, se retrasó su salida debido a que el doctor Hawk le pidió su ayuda con una punción lumbar de último momento.

Me dijiste que tenías veintiséis, te comportas como de unos diez o seis, ¿cómo escaparé? Mírate, por Dios escúchate, ¡qué horror, ya cállate! que tus libretos no sirven conmigo... No quiero un hombre de cuento, no busco alguien perfecto, quiero algo natural, alguien que sepa amar... Afortunadamente no eres tú. — P.C.

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