STORYBOOK 2

HANAHAKI. ¿MALDICIÓN O DESTINO? 4 (SPANISH)

- "Pues si sabes eso no veo porqué no te operas y acabas ya con esto.. sabes que Arthit jamás te va a amar. Que él me quiere a mí..."

Arthit, con el corazón latiendo a mil tras oír la confesión de Kong, se volvió hacia Blaise. El joven estaba ahora de pie y, con expresión furiosa, miraba a su primo como si él fuera el centro de todos sus problemas... como si no hubiera sido él mismo quien acabó con todo lo que había habido entre ellos. 

Por unos segundos sus ojos recorrieron las facciones que tanto había amado y que ahora, sinceramente, apenas reconocía. Ese no era el chico que había querido por tanto tiempo..

"Lo mismo nunca existió...", se dijo con pesar, "lo mismo todos tenían razón y él sólo me quiso porque Kong estaba interesado en mi..."

- "Hijo..." - susurró Harry, dando un par de pasos hacia Kong. 

Éste, con un suspiro, negó con la cabeza.

- "Puede que lo que Blaise dice sea cierto y Arthit jamás me ame pero... ¿no fuiste tu quien me dijo que hay que luchar por lo que uno quiere? ¿Qué no hay que perder la esperanza?" - dijo para después volverse hacia Draco - "Pa...tu mismo me contaste lo mucho que tuvisteis que luchar para estar juntos, especialmente después de vuestros divorcios. ¿Por qué no puedo hacer yo lo mismo? ¿Por qué no puedo yo arriesgarme por lograr el amor de la persona a la que quiero?"

Draco abrió la boca, sin embargo fue Blaise el que, de repente, comenzó a reír irónicamente.

- "Tal vez sea porque ellos se querían...pero Arthit no te quiere. ¿Por qué no eres capaz de entenderlo? ¡Arthit NO te quiere!"

Kongpob suspiró.

- "Puede que ahora no lo haga... pero haré todo lo que esté en mi mano para lograr que me ame, especialmente ahora que es libre..."

Blaise, con el rostro completamente rojo, dio unos pasos hacia la cama.

- "¡Arthit no es libre!"

Draco y Harry, con el ceño fruncido, se miraron por unos segundos. Luego volvieron sus rostros hacia los tres chicos que, por lo que podían ver, se habían olvidado de que no estaban solos en el cuarto.

- "Me parece que el único que no es libre aquí eres tu... ¿o ya te has olvidado de tu prometida? No creo que a ella le vaya a hacer mucha gracia eso..." - comentó Arthit, haciendo que Blaise se girara hacia él.

- "Oon..."

Éste suspiró para después entrelazar sus dedos con los de Kong. 

- " En cuanto a Kong...Yo seré quien decida si quiero darle una oportunidad o no, al fin y al cabo ambos estamos libres y sin compromisos..."

- "Pero tu me quieres a mi, Arthit..se que sigues enfadado por lo que pasó con Garrick pero...pero no deberías alentar a Kong cuando sabes que no vas a poder corresponderle"

- "Blaise, ya te dije que no te amo...que dejé de amarte hace tiempo... no voy a volver contigo. Jamás lo haré..." - dijo, con una voz lo suficientemente alta como para que no quedara dudas - "en cuanto a lo de que jamás amaré a Kong, eso no lo sabes... es cierto que, ahora mismo, no se lo que siento por él, que estoy confundido con todo lo que ha estado pasando, pero de lo que estoy seguro es de que me importa, de que me importa mucho.. y no sólo como amigo..."

- "Oon..."

Arthit sonrió y, volviéndose hacia Kong, tomó una de sus manos y se la llevó a los labios.

- "Kong...Tu mejor que nadie sabes todo lo que ha pasado, todo lo que se dice de mi. Y además sabes que yo no puedo prometerte nada pero...¿Quieres intentar darle una oportunidad a lo nuestro? ¿Quieres ser mi novio?"

Kongpob, con los ojos llorosos, asintió con la cabeza. Instantes después, para sorpresa de todos y de Arthit, acercó su rostro y posó sus labios sobre los de éste.

- "Claro que si... te amo..." - susurró tras separarse, lo que hizo que Arthit enrojeciera.

Blaise, con un rictus furioso en su rostro, salió del cuarto mientras que Draco y Harry, con expresiones asombradas, miraban hacia la puerta abierta sin entender nada de lo que estaba pasando. Segundos después, sin embargo, se volvieron hacia Kong y Arthit.

Draco carraspeó levemente para luego conjurar un asiento de un suave terciopelo verde que hizo que Harry compartiera una mirada cómplice con su hijo. Y es que el hombre, sin duda, jamás cambiaría.

- "Será mejor que os pongáis cómodos, tenemos mucho de lo que hablar.. especialmente sobre esos rumores que he estado escuchando desde que llegué al castillo".