Ted: ¡Tavez, papi!— grita él. Christopher lo hace y mi corazón llega a mi boca una vez cuando lanza a Teddy al aire y luego lo atrapa de nuevo, apretándolo cerca de sí. Chris besa el cabello cobrizo de Ted y sopla un beso en su mejilla. Teddy es inconsciente. Él se retuerce, empujando el pecho de Chris y queriendo salir de sus brazos. Sonriendo, Chris lo pone en el suelo.

Christopher: Ted, escuché a mami. ¿La escuchaste?

Ted: ¡Mami! —Demasiado pronto escucho sus pisadas pisoteando a través del jardín y primero Ted aparece y luego Chris a través del amplio césped.—¡Mami!—grita Ted como si hubiese encontrado un tesoro perdido de la Sierra Madre y trepa sobre mí

Tn: ¡Hola, bebé!—Lo acuno contra mí y beso su regordeta mejilla. Sonríe tontamente y me besa en respuesta, luego lucha por salir de mis brazos.

Ted: Hola, mami.—Chris me sonríe.—Hola, papi.—Le sonrío yo a él. Se inclina, recoge a Ted y se sienta a mi lado con nuestro hijo en su regazo.

Christopher: Cuidado con mami—amonesta a Ted. Yo esbozo una sonrisita, la ironía no se me ha escapado. De su bolsillo, Christopher saca su Celular y se la da a Ted. Esto probablemente nos ganará cinco minutos de paz, como máximo. Teddy lo estudia, con su pequeño ceño fruncido. Se ve tan serio, sus ojos azules concentrándose con fuerza, justo como cuando su papá lee sus e-mails. Chris olisquea el cabello de Ted y mi corazón se hincha al verlos a ambos. Como dos gotas de agua: mi hijo sentado con calma, por unos cuantos momentos, al menos, en el regazo de mi esposo. Mis dos hombres favoritos en el mundo. Por supuesto, Ted es el niño más hermoso y talentoso del planeta, pero soy su madre así que yo pensaría eso. Y Chris es... bueno, Christopher es sólo él mismo. Con camiseta blanca y jeans, luce tan sexy como de costumbre. ¿Qué hice para ganar semejante premio?

Christopher: Te ves bien, Sra. Vélez.

Tn: Como tú, Sr. Vélez.

Christopher: ¿No es mami bonita?—
susurra Chris en la oreja de Ted. Ted lo desecha, más interesado en el celular de papi. Me río tontamente.

Tn: No puedes meterte con él.

Christopher: Lo sé.—Chris sonríe y besa el cabello de Ted—. No puedo creer que cumpla dos años mañana.—Su tono es sabio. Estirándose, extiende su mano sobre mi barriga—Tengamos muchos niños—dice.—
Uno más, al menos.—Sonrío, y él acaricia mi barriga — ¿Cómo está mi hija?

Tn: Está bien. Dormida, creo.

Sophie: Hola, Sr. Vélez. Hola, Tn. Ambos nos damos vuelta para ver a Sophie, la hija de diez años de Mauricio, aparecer en el césped.

Ted: Soeee—chilla Ted con placentero reconocimiento. Lucha por levantarse del regazo de Chris, dejando de lado el celular.

Sophie: Tengo algunos helados de La señora jones. —dice Sophie—. ¿Le puedo dar una a Ted?

Tn: Seguro—digo. Oh, Dios, esto va a ser un problema.

Ted: ¡Tabeta!—Ted extiende su manso y Sophie le pasa una. Ya está chorreando.

Tn: Aquí... deja que mami la vea.—Me siento, tomo el helado de Ted, y rápidamente la deslizo en mi boca, lamiendo el exceso de jugo. Hmm... arándano, frío y delicioso.

Ted: ¡Mía!—protesta Ted, su voz resonando con indignación.

Tn: Aquí tienes.—Le devuelvo una paleta ligeramente menos derretida y ella va directo a su boca. Me sonríe.

Sophie: ¿Podemos ir a caminar Ted y yo?—
pregunta Sophie.

Tn: Seguro.

Christopher: No vayan muy lejos—añade Chris.

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⏰ Last updated: Feb 11, 2021 ⏰

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Mi esposo...el diablo. (Christopher Vélez y tú)Where stories live. Discover now