Blake resopló frustrado. Emma y yo mirábamos mal a Henry cruzadas de brazos.
—¡¿No piensas abrirla?! —gritó Blake irritado—. Sin mentirte, llevamos media hora aquí esperando a que abras la puerta, ¿que no te acuerdas de los espectros? ¡Apúrate!
Henry fulminó con la mirada a Blake mientras nuevamente acercaba su mano a la puerta que daba acceso al castillo.
Giré hacia dónde se encontraba Scott. Estaba dándonos la espalda viendo su alrededor, vigilando si otros espectros no se acercaban. Siendo sincera me sorprendía que a estas alturas no haya explotado violentamente contra Henry por la espera que estaba ocasionando.
—¿Qué tal si hay trampas? —cuestionó mientras miraba fijamente la puerta que aún se encontraba cerrada—. Porque siendo sincero no pienso abrirla si no hay algo que me asegure que alguna flecha no acabará clavada en mi rostro.
—Lo único que acabará en tu rostro será mi puño —masculló Blake.
—¡Ya! —gritó Emma—. Si no piensas abrirla entonces yo lo haré.
Henry negó con la cabeza y en un abrir y cerrar de ojos abrió las puertas totalmente.
Frente a nosotros se encontraba un gran salón espacioso, deteriorado y un poco sucio; se veía intacto. Si lo llamaría hogar.
Henry abrió los ojos ampliamente y tragó saliva.
—¿Pasa algo? —le pregunté preocupada.
—No, nada —se rascó la nuca mirando a su alrededor—. ¿Creen que haya espectros dentro?
—Creo que estás delirando —respondió Blake inspeccionando el lugar.
Pude ver cómo Emma miraba de reojo a Henry.
—¿Por dónde comenzamos? —pregunté captando la atención de todos—. Es decir... es un gran castillo, ¿nos separamos?
—No hay necesidad de eso. —Todos giramos para ver a Scott. Casi no había hablado desde ayer, que lo hiciera ahora rompía un poco la tensión—. Recuerdo este lugar.
Todos abrimos los ojos ampliamente. ¿Había estado ya en el reino de aire?
—Tenía un año —miró el lugar detenidamente—, pero recuerdo.
—¿Cómo es que recuerdas? Es muy raro que alguien recuerde algo teniendo esa edad, es decir, yo no me acuerdo de nada —habló Henry.
Scott caminó y detrás de él lo hicimos nosotros. Algo le pasaba, tal vez el recuerdo de este lugar le trajo a la mente a mis padres... un segundo, si se acordaba de esto entonces recordaba cómo eran ellos.
Aceleré el paso hasta ponerme a la par con él, pude observar cómo me miró de reojo quitando rápidamente su mirada de mí.
Giré hacia atrás, los chicos estaban tan concentrados viendo el lugar que dudaba mucho que les interesara de lo que hablaría con Scott.
—Dime herm... Scott, ¿me responderías algo?
No me respondió.
—Sé que tenemos una mala relación —agaché mi cabeza observando cómo caminábamos—. Pero... ¿no crees que deberíamos de arreglar esto? Es decir, caímos en el mismo juego de DarkBan.
—No quiero escucharte —escupió sin más obligándome a alzar la vista—. Estoy tratando de concentrarme.
Reduje el paso para apartarme. ¿En qué pensaba? Él ni siquiera quería verme.
Después de subir mucho tiempo y observar con atención el castillo, Scott nos condujo hacia un pasillo sin salida.
Blake rápidamente sacó su espada apuntando a Scott.
—¿Acaso quieres matarnos? Aquí no hay nada.
Scott giró hacia Blake para después tocar su espada, al segundo estaba completamente rota.
Blake resopló mirando su ahora espada destrozada.
—¿Tienes idea de cuánto tardé en encontrar una? Muchas gracias.
—Tienes que sentir algo aquí Henry, la última vez que vine tus padres hicieron algo en este pasillo para abrirlo con sus poderes —habló Scott ignorando por completo a Blake.
Iba a acércame a Henry para apoyarlo, pero un movimiento en el techo captó mi atención. Era algo negro, no se movía pero se veía sospechoso, en ninguna otra de las habitaciones por las que habíamos pasado estaba eso.
Tan rápido como aparté mi vista del techo sentí que algo me envolvió de la cintura alzándome al aire sin poder evitarlo.
Todos giraron hacia mí con una expresión de sorpresa en sus rostros, automáticamente todos se hicieron para atrás a excepción de Blake; quien trataba de llegar a mi. Intentó brincar pero algo como un tentáculo lo envolvió de la cintura elevándolo igual que a mi.
Emma se puso enfrente de Henry, hizo un movimiento con las manos pero no estaba pasando nada.
—¿Qué pasa? —preguntó Henry mientras nos veía preocupado.
—Mis poderes... —susurró Emma viendo sus manos.
Vi como Scott se puso junto a Emma tratando de hacer algo con sus manos, la angustia llegó a mi cuando lo vi negar.
—No sé que es lo que pasa exactamente, pero nuestros poderes fueron bloqueados —habló Scott esquivando un tentáculo mientras alejaba a Emma en el trayecto.
—Si tuviera mi espada pudiera hacer algo con esto —gritó Blake mientras trataba de quitarse el tentáculo que lo envolvía.
Los tentáculos me empezaron a apretar más.
Alcé más la vista para ver qué eran esas cosas, pero lo que vi me sorprendió más de lo debido. Eran espectros, empezaron a formar esas grietas blancas que los caracterizaban, y con tanto cambio que estaban teniendo eso me dejaba en claro algo:
Estaban evolucionando.
Reaccioné cuando sentí que el aire me empezaba a faltar, giré para ver a Blake, también estaba igual; luchando por conseguir oxígeno. Miré a los demás, Henry y Emma esquivaban los tentáculos que iban tras ellos, mientras que Scott solo veía la escena.
Su rostro no tenía expresión alguna. Me quejé de dolor mientras veía suplicante a mi hermano. Sin poderes no podíamos detener a los espectros...
Scott gruñó.
—Escúchame chico del aire, es tu reino, tienes el control, ponlo a prueba —atajó Scott.
Henry apretó sus manos en puños y se concentró mientras que Emma alejaba a los tentáculos de él.
—¿Pero cómo?
—Tienes el control. O lo captas, o ellos mueren.
—Es mi reino, mi castillo... y ustedes intrusos. —Henry se escuchaba serio y enojado mientras miraba a los espectros.
De pronto una gran ráfaga de aire se sintió por aquel pasillo logrando zafar el tentáculo que me retenía. Blake y yo caímos al suelo y nos logramos alejar rápido de ahí.
—¿Cómo hice esto si nuestros poderes están bloqueados? —preguntó Henry mirando como los espectros se habían desintegrado completamente.
—Tomaste el poder del reino —explicó y al ver que no entendíamos, rodó los ojos—. Tus padres lo hacían, su supone que tomas el elemento de tu reino por completo sacando su esencia y la pones a tu favor, esto solo lo hacen los que poseen dicho elemento —habló Scott dándome un pequeño vistazo—. Si los reinos están totalmente destruidos no se puede utilizar ese poder tan intenso que limpia por completo el mal, es como si fuese el poder del reino mismo.
Me quedé asimilando la información. Ahora que lo pensaba, Scott sabía más de la magia y los reinos que yo. Ahora sabía que se podía sacar un poder tan grande, y si mi reino no estuviese tan destruido podría acabar fácilmente con todos los espectros que quedaban.
Henry tenía suerte de no tener muchos rondando por su reino, incluso hasta para los espectros era difícil permanecer aquí, con tanto mal en su interior... era complicado soportar la energía e influencia del cielo.
Una luz empezó a brillar de una pared, nos quedamos confundidos y casi al instante la puerta se iluminó y abrió paso a un cuarto extraño.
Scott fue el primero en pasar, observó el lugar y suspiró inspeccionando su alrededor.
—Entré a este cuarto alguna vez, aquí tiene que estar lo que necesito.
El lugar tenía seis paredes; por lo tanto era un hexágono. A los laterales había objetos encima de estanterías, pero lo que más llamó mi atención era un cuadro colgado justo delante de nosotros, en ella habían dos personas sosteniendo a un bebé, lo curioso era que sus rostros no se veían, solo el bebé.
—Es como si no existieran —dijo Henry mirando el cuadro—. Es decir, cada vez que buscamos alguna imagen de nuestros padres o algo jamás podemos verlos —recordé al instante mi sueño sobre cuando me abandonaron, realmente no sabía si fue un sueño o algún recuerdo, tampoco pude ver sus caras—. ¿Tú recuerdas a los reyes del reino de fuego? —preguntó dirigiéndose a Scott.
Scott pareció tomarse su tiempo y después apretó los ojos.
—No —sentí que en su voz había algo de confusión.
Era muy extraño que Scott recordara esta habitación pero no a padres. ¿Y si ya no estaban? ¿Será que si...?
Emma suspiró e inició con la búsqueda de lo que podría ayudar a Scott. Después de varios minutos buscando, ninguno de nosotros logró dar con lo que queríamos.
—Aquí no hay nada —gruñó Blake mirando el recuadro de la familia de Henry—. Te veías muy guapo ahí Henry, ¿qué te pasó?
—Muy chistoso —respondió Henry achicando sus ojos, examinando la foto—. Un segundo...
Caminó hasta allá, con temor fue acercando su mano hasta el retrato, cuando lo tocó una luz nos cegó por completo, intenté ver a través de la luz pero me lastimaba, no sabía si Henry estaba bien.
La luz fue desapareciendo y pude ver claramente como el cuadro de la familia del reino de aire no estaba, en su lugar había algo así como una caja fuerte, solo que sin alguna combinación. Henry la abrió y sacó de ahí algo redondo, podía jurar que era un plato.
Se retiró lentamente de esa caja fuerte y cuando lo hizo, la imagen de él con sus padres volvió a formarse en su lugar.
—Tal vez debas comerte el plato para sacar el demonio de tu interior —bromeó Henry con Scott—. ¿Estás esperando la comida o qué?
—Tiene que ser más que un plato —dijo Emma agarrándolo de las manos de Henry—. Quizá sea uno de esos objetos de energía, es decir, canalizas tu poder en el objeto logrando así que se cargue para poder hacer su función —levantó la vista para ver a Scott—. ¿No es así?
Scott asintió, Emma me pasó aquel artefacto, pero mi hermano me lo quitó enseguida dejándome confundida.
—Si me pasa algo no quiero que pares solo porque soy tu hermano, así que se lo daré a alguien que no lo haga —dijo mientras le pasaba nuevamente aquel plato a Emma.
—¿Yo? —inquirió asombrada—. Tengo buen corazón, me detendré.
—Créeme, no lo harás. Por ellos —dijo entregándoselo y enseguida se apartó a una distancia considerable.
Emma tragó saliva y alzó el plato a la altura de su pecho; estirando sus brazos totalmente. Cerró los ojos y se concentró enseguida, respiró profundamente y aquel artefacto brillo con intensidad.
El plato empezó a absorber algo de Scott ante la carga de energía de Emma. No se veía con exactitud el demonio siendo absorbido, más bien solo como si fuese una pasta siendo extraída.
Scott gritó muy fuerte y empecé a espantarme.
¿No será que arrebatándole al demonio él moriría? Nada garantizaba que el pudiese resistirlo... ¿o qué tal que el demonio tomaba posesión del cuerpo de Scott?
Avancé decidida a parar esto, pero alguien me agarró por detrás de mis hombros.
—¿Qué haces? Suéltame —exigí tratando de quitar su agarre.
—Deja que el proceso acabe.
—Hablo enserio Blake.
Logré deshacerme de su agarre, avancé a paso decidido hacia dónde estaba Emma pero al instante un muro de agua se levantó cubriendo a ambos. Intenté pasarlo pero no funcionaba. Emma me impedía pasar.
El proceso estaba tardando mucho, empecé a ver la cara de Scott, en ella solo se veía dolor, sus gritos no se escuchaban gracias al muro de agua que Emma levantó pero, tampoco el rostro de ella me dejaba tranquila.
Estaba llorando. Sus ojos estaban cerrados mientras sostenía el plato tratando de no irse para atrás debido a la fuerza en la que el demonio se introducía al plato mágico.
Empecé a sentir un dolor en mi pecho, me dolía pero parecía que el daño no era mío.
Parpadeé captando todo y miré nuevamente a Emma, ella estaba recibiendo el dolor y nos lo transmitía con su energía a nosotros.
—Emma... —murmuré tragando en seco—. No malgastes tu poder, baja el muro de agua, no haré nada lo prometo.
Ella negó y al instante el plato dejó de recibir al demonio, la luz se apagó y Emma salió volando hacia una pared de agua; y en eso el muro cayó.
—¡Emma!
Corrí hasta llegar a mi amiga. Ella abrió los ojos y me sonrió dándome un pulgar arriba.
Henry se acercó hasta ella y la ayudó a ponerse de pie.
Caminé hasta el cuerpo de Scott. estaba tirado en el suelo viendo el techo sin razón alguna.
Ahora que el demonio ya no estaba... ¿Qué era ahora de su poder de romper y rehacer las cosas?
Es decir, ahora que el demonio había sido extraído en teoría ya no tenía el poder.
Scott tragó saliva y con ojos cansados volteó a verme. Su mirada no se separaba de la mía, sabía que se encontraba bien físicamente pero... ¿y emocional?
Sentí una sensación conocida. Volteé para ver la puerta, una luz anaranjada la atravesó. Todos se alarmaron y Emma hizo una esfera de agua, justo cuando la iba a lanzar yo me atravesé impidiéndoselo.
Emma quedó perpleja desapareciendo su poder. Lentamente acerqué mi dedo índice a la luz, era muy conocida y por alguna extraña razón no le tenía miedo. Cundo la toqué sentí cosquillas, así que la tomé y se quedó en la palma de mi mano derecha acoplándose a mi.
Y entonces comprendí:
Era fuego.
Abrí ampliamente los ojos percatándome de algo.
Si el poder de fuego no se le fue dado a Scott gracias a que DarkBan le implantó magia oscura al nacer, entonces ahora que sacamos al demonio y lo purificamos él...
Él tendría su poder.
Claro... Jeremy siempre lo almacenó, pero al morir el poder quedó en el aire y ahora que Scott no tiene al demonio el poder regresa a él de nuevo.
Giré sobre mis talones viendo como Scott estaba ahora sentado viendo la luz que tenía en mi mano.
Me acerqué lentamente hacia él y me arrodillé hasta quedar a su altura.
—Si quieres aceptarlo... te lo daré, de lo contrario no te preocupes... yo la conservaré.
La luz empezó a elevarse por sí misma, ahora ya no se encontraba en mi mano, sino en la palma derecha de la mano de mi hermano.
—La decisión es tuya —completé alejándome de él—. Después de todo fue tuyo desde un principio.
Scott cerró su mano haciendo la luz desaparecer. Apretó los ojos mientras tragaba saliva, al abrirlos pude ver que eran...
Eran rojos.
—¿Difícil, eh?
—Puedo con esto. —Su mirada estaba fija en el plato que absorbió el demonio.
Emma me dio el plato y lo miré detenidamente. Era normal, no había cambiado en nada, solo que tenía aquel demonio que casi se apodera de Scott.
—Destrúyelo.
Todos giramos a ver a Scott. ¿Era buena idea destruirlo? ¿Y si esta cosa era el único artefacto que podía mantener a ese demonio controlado? Pensé en las consecuencias que pasaría si el demonio saliera de ahí.
<<Quizá tenga razón. ¿Lo intentamos?>>
Miré a Blake. Asentí mientras alzaba el plato al aire y Blake lanzaba una esfera de tierra para romperlo en mil pedazos.
Una luz azul nos cegó a todos completamente. Cuando se dispersó sentí el aire más purificado y agradable.
Scott sonreía mientras negaba con la cabeza... era la primera vez que lo veía sonreír de verdad.
Caminó hasta el pasillo en el cual nos encontrábamos anteriormente, se agachó hasta poder tocar la espada que le rompió a Blake, acercó su mano y en segundos la rearmó sin problemas.
—¡¿Qué?! Pero si ya no tienes a ese demonio —gritó Henry asombrado, que de hecho, no era el único.
—Ustedes purificaron la energía de ese demonio, el poder me fue dado una vez el desapareció. Está bien, ahora es mi propio poder, no necesito de alguien. —Scott miraba como había vuelto a armar la espada.
Y aquí venía mi tristeza. Ahora que Scott ya no tenía algún peligro y que ahora estaba feliz, ya no iba a necesitarme, nos separaríamos igual que Ethan y yo...
—Eso es...
—No es todo —interrumpí de repente a Scott mientras todos me veían asombrados. Avancé enojada hacia mi hermano—. No se te ocurra decir que eso es todo, porque si no te patearé en toda la cara. Scott, he intentado hacer las cosas bien, ahí lo tienes, el culpable fue DarkBan, no ninguna otra persona, ¿por qué no me acompañas? ¿Por qué no solo... vienes?
—Sabes que morirán si pelean contra él, ¿no? —Iba a contestarle pero ahora él me corto—. ¿Crees que en todo este tiempo no se ha fortalecido? Ahora tiene más poder, los matará a todos si luchan. Escóndanse y hagan sus vidas como fugitivos; olvídense de él.
—¿Y luego nuestros reinos qué? ¿Qué ocurrirá con la gente que sigue bajo ese hechizo congelador?
—DarkBan tiene el IDMEO, con eso están perdidos.
—¿Vas a darle la espalda a tu pueblo?
—Ellos me la dieron antes, niña. No pienso ayudarlos.
—Entonces ayúdame a mí —supliqué—. Sonará estúpido pero soñé con mis padres, no pude verlos, pero al final me dijeron que cuidara de ti —revelé.
Se acercó a mí lentamente, pensé que me daría un abrazo, que me pediría perdón, pero...
—¡Cabrón!
Parpadeé aturdida mientras veía como Blake empujaba a Scott. Alcé mi mano y toqué mi mejilla derecha que seguro se encontraba roja, apreté mis dientes cerrando los ojos con fuerza.
—No se te ocurra tocarla —escupió Blake cabreado—. Porque juro que responderé violentamente.
—Ella tiene que reaccionar —me apuntó—. Todos ustedes, de hecho. Digo la verdad, si van a darle la cara los matará, no importa en qué reino estén. En este reino nos encontramos con los espectros mutando y muchas otras cosas más. Se acabó chicos, esos reinos que tanto anhelan salvar están perdidos.
—¿Lo tomo como un consejo de hermano o de enemigo? —pregunté cuando sentí que se alejaba de nosotros camino al portal.
Scott detuvo su paso al instante. No giró, estaba parado en su mismo sitio sin mediar palabra alguna.
—Como quieras —le escuché decir.
—Bien. Si cambias de opinión sabes dónde encontrarme.
Vi como Scott giró su cabeza hacia mi. Yo alcé mi palma y de ella salió una llama de fuego, sentí como mis ojos cambiaban. Scott se tambaleó un poco cerrando los ojos, y cuando los abrió pude apreciar lo que quería comprobar.
—Al fin de cuentas... estamos conectados ahora.
Emma hizo un cuadrado de agua plano llevándolo a la cara de Scott, él vio su reflejo y volteó a verme.
Sus ojos eran parecidos a los míos. Sabía que no cambiaría tan fácil, pero quería pensar que él mismo lo intentaría.
Al fin de cuentas, su consejo lo tomé como uno de hermano.
Porque realmente... se había preocupado por mi.