Capítulo 81|Final 1/2

8.9K 908 661
                                    

Advertencia:
Posible huracán de emociones, leer bajo protección y consentimiento.

Disfrútenlo.

Te amo, Keitlyn.

—¿A qué viene esto, Blake?

—Siento todo esto... lo lamento...

—¡Keitlyn!

Regresé a la realidad ante el grito de Emma. No me miraba, aún tenía su frente en el campo, se había desahogado un poco cuando gritó el nombre de Henry. Realmente no sabía cómo reaccionar, todo era tan confuso que por alguna extraña razón, me encontraba en un estado de shock.

Escuché a Emma suspirar.

—Keitlyn, ¿qué vamos a hacer?

Me senté en el suelo, abrazando mis rodillas.

—No lo sabes, ¿cierto? —preguntó, resignada.

Caminó hacia mi y se sentó a mi lado, imitando mi posición.

—No —confesé.

Lo cierto era, que era difícil de creer que los chicos hicieran esto. Se suponía éramos un equipo, siempre lo decíamos, siempre juntos.

Emma buscó en su bolsillo algo, pero cuando sacó su mano, solo había un pedazo de papel.

Frunció el ceño y desdobló el papel para ver su contenido.

—Es una carta —murmuró, secándose los ojos—. Es de Henry.

Alzó la nota y me la tendió.

—No quiero leerla —puntualizó, indignada.

Tomé la carta y empecé a doblarla, pero no pude evitar ver a Emma. Su mirada reflejaba tristeza, y aunque estuviera mal, merecía escuchar a Henry.

Detuve mis dedos y decidí leérsela:

Emma, tal vez ahora no quieras saber nada de mí, porque si estás leyendo esta carta, significa que hice lo que hace tiempo ya tenía planeado —comencé a leer y Emma giró a verme—. Sé que estás enojada, te conozco. Soy malo escribiendo cartas, ¿sabes? Las palabras no... no sé cómo pude decirte que te quería aquella noche en la que la luz de la luna reflejaba lo bonito de tu rostro. Lo eres todo para mí, quiero verte feliz, quiero que estés a salvo, y a la vez quiero que comprendas porqué hice lo que hice. Debo decir que no soy malo, solo quería protegerte, a ti y a Keitlyn. Emma... probablemente no me salve de esta, pero quiero que sepas que siempre te amaré, siempre estaré a tu lado —tragué saliva y Emma sollozó—. Scott las protegerá, él seguro te cuidará, al fin de cuentas... él te ama.

Doblé la carta, anonadada.

Emma dejó de llorar, ahora no podía saber cómo estaba, si impactada, enojada o triste. Tenía sus manos en sus mejillas, no se movía, no nada.

—Scott... —tragó saliva—. Él... ¿me quiere?

—No lo sabía —admití.

Giré a verla. Tenía una sonrisa en su rostro.

—Tengo que hablar con él, es la clave.

—¿Para qué? —le pregunté.

—Para salir de aquí —dijo, entusiasmada—. Vamos Keitlyn, debe haber algún modo de hacerlo venir.

—Quisiera decir que puedo leer mentes como Blake, pero es estúpido porque no puedo y... —agrandé los ojos—. Pero no hace falta hablarle, solo que sepa que lo necesitamos.

Somos 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora