Capítulo 53|Sorpresas, y un hechizo roto.

12.6K 1.1K 280
                                    

Thea seguía dormida, dijo que necesitaba descansar y nadie expresó lo contrario. Estábamos ya en nuestra dimensión, de hecho nadie hablaba, la habitación estaba en completo silencio mientras todos nos mirábamos entre si.

—Otra vez... —murmuró Henry—. Otra vez está pasando —se agarró el cabello frustrado—. ¿Hasta cuando tendremos que escondernos? Quiero eliminar a ese estúpido de DarkBan. Además el IDMEO y...

—Henry —le reprochó Emma—, no sabemos donde está el IDMEO, así que no podemos estar perdiendo el tiempo en eso. Buscarlo sería una pérdida de tiempo —se cruzó de brazos—. Además ahora tenemos una gran ventaja gracias a... Finn.

Bajé la mirada. Finn... no lo superaba, su madre nos salvó a nosotros, y ahora su hijo lo hizo también.

Scott gruñó y me miró desesperado.

—¿Por qué también me dio a mi esto? No debería tenerlo.

—Supo que no eras el de antes —habló Emma de repente—. Has cambiado.

Scott parpadeó y desvió su mirada a otra parte.

—Tengo que ir a una parte —avisé mientras pensaba en mi reino y realizaba el movimiento circular de Scott para crear un portal—. Regresaré pronto.

—Te acompaño —propuso Blake.

Negué con la cabeza y apunté a mi hermano.

—Él tiene que venir conmigo.

Hice un portal rojo. Giré para ver a los demás, Scott estaba confundido y Blake aún más, el último suspiró y asintió, mientras que mi hermano empezó a caminar al portal y atravesarlo como si nada.

Me acerqué a Blake para despedirme de él con un casto beso en los labios y me aventé al portal antes de que me preguntara que iba a hacer.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Scott mientras miraba el reino entero.

—Sígueme —agarré su mano para atraerlo conmigo.

Por alguna extraña razón tuve la necesidad de voltear a verlo. Cuando lo hice vi como él miraba mi mano sujetando la de él, por un breve segundo vi como le incomodaba, pero rápidamente lo sentí... más cómodo.

—¿Por qué decidiste ayudarnos? Habías dicho que no.

—Si no lo hacía era como seguir haciendo lo que DarkBan quería —indicó—. Y no sigo mas sus órdenes —expresó algo enojado, pero después suspiró tranquilizándose—. Sigo sin saber porqué me arrastraste hasta acá.

Seguí caminando hasta el castillo, una vez que llegamos, busqué en donde Blake, Thea y yo nos quedamos a dormir y agarré un libro.

—Este es el diario de Thea, relata su vida hasta el 02 de mayo, el día en el que nací pero... hay algo que no entendí. Se supone que ese día que nací mis padres me teletransportaron antes de la batalla a la Tierra, ¿entonces cómo es que desaparecieron?

Scott me miraba fijamente, sus ojos marrones me estudiaron con cuidado. Negó con la cabeza, agachó la mirada y se volteó de espaldas a mi.

—Si me trajiste hasta aquí para hablar del pasado —giró hacia mi bruscamente—, olvídalo. No pienso recordarlo más.

—Yo no...

—Claro que si. Sé tus intenciones, no me abriré a ti como el hermano que piensas que soy. No hablaré del estúpido pasado para recordar a esas personas que nos dieron la vida.

Fruncí el ceño y arrugué la nariz por la situación.

—¡Y deja de arrugar la nariz!

Salió apresurado del castillo y lo seguí detrás.

Somos 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora