Capítulo 45|Un plan.

13.7K 1.1K 409
                                    

POV Henry Cooper.

—No creo que quiera captar a la buena —dijo Emma agachando su cabeza aún más.

—¿Seguros que por allá está el portal? —preguntó Blake a Peter y Thea, rascándose la cabeza.

—Iug, tienes piojos.

—Henry, deja de bromear y piensa —me regañó Emma.

Rodé los ojos.

La cosa estaba así; antes de ir a ayudar a Ethan y a los demás, le habíamos encargado la tarea a Peter y Thea de averiguar dónde se encontraba un portal para mi reino. Habían descubierto un portal no muy lejos de aquí, usualmente nos iríamos en un vehículo de la PATFS, pero debido a que el congreso nos odia, dudo mucho que una visita nuestra sirva de algo, por lo que optamos ir a un depósito de autos viejos y oxidados.

Y aquí estábamos, escondiéndonos detrás de un taxi feo y sucio. Las personas que custodiaban el lugar eran simples personas normales, por lo que habíamos determinado que no eran ni de la PATFS, ni más secuaces disfrazados de DarkBan.

Intentamos pedir el vehículo amablemente, fue Keitlyn quien lo hizo, y el tipo rudo que le hace de guardia de casi dos metros le gritó y nuestra amiga regresó corriendo algo confundida por el repentino comportamiento de ese hombre.

Peter y Thea se molestaron diciendo que pudo haberlo atacado. Nosotros no estábamos de acuerdo, teníamos poderes, sí; pero no los utilizaríamos contra los demás, ese tipo era grandote y rudo, se veía a kilómetros. Quizá había otra forma de poder tratar con él... y yo conocía la mejor opción.

—No se preocupen, Henry tiene una idea —sonreí mostrando mi dentadura.

—¿Por qué hablas de ti en tercera persona? —Blake alzó una ceja conteniendo una risa.

—Créanme, sé cómo tratar a este hombre.

Todos se encogieron de hombros. ¡Dios mío! ¡Que falta de fé!

Salí de mi escondite caminando tranquilamente haciendo algo de ruido a propósito mientras silbaba alegremente.

Me senté en un baúl viejo que se encontraba cerca de mí. El tipo me vió y a pasos largos se dirigió hasta donde yo estaba.

—¡¿Pero qué les pasa a los niños de ahora?! —exclamó mirándome—. Lárgate de aquí, tu amiga ya vino.

—Estoy tratando de pedir algo, soy un cliente y...

—¡Al diablo con los clientes bebés!

¡Que hombre tan obstinado!

—Necesito un vehículo.

—Y yo que salgas de mi trabajo —arrugó el entrecejo.

Hasta aquí llegó mi paciencia. Creí que podía ser racional con él, pero ya vi que no es así.

Alcé mi mano hacia un costado con expresión enojada.

<<Aquí te pregunto... ¡¿qué crees qué haces?! No vamos a lastimarlo, así que baja esa mano ya.>>

Empecé a cerrar mi mano.

<<¿Acaso quieres que te controle? Porque si, sé cómo hacerlo, Henry. Detente.>>

Que chico...

Cerré mi mano de golpe apretando y destruyendo por completo un carro amarillo que estaba a mi lado. Ese ataque había sido una combinación de mi elemento y mi segundo poder; al fin había encontrado la manera de combinar ambos proporcionalmente.

Somos 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora