Capítulo 03|Las palabras de Ethan Carter.

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Me miré detenidamente en el reflejo del carro, era evidente que mis ojos eran rojos, pero no sabía el porque.

Regresé a la realidad al escuchar los gritos de Ethan.

Tenía miedo, no sabia como reaccionar en estos momentos.

—Keit... —habla Ethan en un susurro.

—Ethan... ¿qué me pasa?, ¿qué es esto?, Ethan por favor —lágrimas caían de mis ojos.

El monstruo verde se acercó hacia mi lanzándose desde el aire. Lo sabía, me aplastaría de la misma forma que a ellos.

Alcé mis manos a la altura del monstruo. Este se acercó y al tocar mis manos su cuerpo se derritió desintegrándose completamente.

—¿Estás bien? —preguntó el tal Alex.

Y no lo estaba, porque me sentí totalmente mareada, y justo cuando estaba a punto de cerrar mis ojos por completo vi como Ethan se acercaba a toda velocidad para creo pensar no dejarme caer.

***

Abrí los ojos, estaba confundida y perdida, sin mencionar el gran dolor de cabeza que tenía.

Me incorporé en la cama en la que me encontraba y miré a mi alrededor. Estaba en un cuarto en el que solo había blanco, sin mencionar las tantas máquinas conectadas a mi.

—Vaya, despertaste.

Me sobresaltó una silueta de lo que parecía ser una mujer recargada en una pared.

—¿Quién eres tú? —cuestione.

—Por ahora puedes llamarme "F".

"F", ese nombre me sonaba, después de unos segundos tratando memorizando recordé que lo escuche de la conversación que tenían Ethan y Alex.

¿Tenían una relación?

—¿Dónde estoy?, ¿qué pasa?, ¿y Ethan? —Me alteré. Empecé a pararme de la cama desesperadamente.

F se acercó y me incorporó nuevamente en la cama.

—Te lastimarás. Ethan está bien, tiene una simple raspada en el estómago y rodillas a causa de aquel aplastamiento que sufrió. Aunque no deberías preocuparte tanto por el, sino por ti, ¿cómo te sientes? —sonó firme.

En ese instante recordé los ojos rojos, como desaparecí aquel monstruo y todo lo sucedido este día.

—Yo... no sé, debo ver a Ethan.

—No le es permitido aún verte, antes tenemos que saber con exactitud que es lo qué haces.

—¿Qué es acaso esto una clase de prisión? —pregunté algo enfadada.

—No, pero el agente Ethan se ha comportado de una manera inapropiada... digamos que me desafió. Le ordené que aguardará hasta nuevas órdenes.

—¿Agente?, ¿órdenes?, ¿qué es aquí? Estoy confundida.

Ella rió.

—Todo esto te lo dirá Ethan cuando tú estés más estable para hablar, hasta entonces reposa.

Y sin dirigir otra palabra o mirada se fue cerrando la puerta detrás de ella.

Me sentí como en una prisión, porque al salir se escuchó que a la puerta le ponían llave.

No los culparía, también tendría miedo de mi, no se lo que soy después de todo.

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