Capítulo 77|Encuentro.

7.7K 757 170
                                    

DarkBan extendió sus brazos a los lados con esa estúpida sonrisa de superioridad de siempre.

—¿Qué tal mi llamada de guerra? —preguntó. Lanzó dos cuchillas que nadie vio venir y dieron en la garganta de dos guardias detrás de mi.

Sentí escalofríos y tragué saliva en seco.

—Eres un maldito cobarde —bramé.

—Irónico, justo lo mismo que dijo Blake.

Blake...

—Debe estar bien, porque como le hayas hecho algo... —inhalé hondo para tratar de controlarme.

Flotaba junto a sus espectros, como si nunca hubiera hecho nada. Lo odiaba, lo odiaba por todo, quería acabar con esto ahora, pero aunque quisiera, sabía que no podría. Era en equipo o nada.

Miré sobre mi hombro. Aunque muchos guardias estaban dispuestos a seguirme, no iba a permitir que sus vidas acabasen aquí y ahora. El miedo en sus caras al verlo de frente era evidente.

Inhalé hondo y tomé impulso saltando hacia él, dispuesta a atacarlo. Sus espectros se pusieron como escudo para evitar que lo golpeara.

Enrollé mi cuerpo en fuego y disparé la energía, quemando a varios espectros del camino haciéndolos cenizas. Pude dar con el rostro de DarkBan sonriente, ahí mismo comencé a formar una esfera de una enorme cantidad de fuego que le lancé al instante. Creí que la había esquivado, pero ni siquiera lo veía a él.

—¡Atrás, princesa!

Me di la vuelta con rapidez y lo vi apunto de golpearme con su energía, logré esquivar a tiempo.

Ambos aterrizamos en el suelo levantando polvo por rasparlo con nuestros pies. Resoplé plantándole cara.

—¡Todos, váyanse! —grité fuerte y claro.

—Pudiste haber vivido en tu burbuja de realidad, pudiste no ser más una elemento ni tener que convertirte en princesa, ¿ahora quieres estar para ellos?

—¿Qué ganas ocasionando otra guerra? —ignoré su provocación—. ¿No te cansas de esto?

—Si la ingenua de Angélica no hubiera dejado su poder, ustedes no tendrían que lidiar conmigo. Tendrían paz.

—¿A cambio de qué, exactamente? No importa si éramos nosotros u otros, acabas matando a gente inocente.

Esbozó una sonrisa.

—La princesa hablando de ética. Si tan correcta eres, dime, ¿qué hay del castigo que merece Scott por sus delitos? Es cierto que lo conduje, pero hay sangre en sus manos que no ordené—recalcó—. Puedes decirme todo eso, pero todo lo hago por el poder.

—No te costaba cambiar.

—No soy como tu hermano —bramó—. Él tiene un corazón débil, por eso cambió, y es por eso que lo mataré —apreté los puños, logró provocarme—. Él me traicionó.

—Le quitaste todo —mascullé con ira.

—Que bonito —creó unas dagas de energía oscura—. ¿Pensabas que la historia pudo ser diferente si él se quedaba como tu hermano? Era su destino ser rivales.

Envolví mis brazos en fuego.

—Y te haré pagar todo el dolor que le provocaste.

Corrió hacia mi. Intentó clavarme una y otra vez las dagas, cada una de ellas logré esquivarlas por poco. En un movimiento, me tumbó al suelo, estuvo apunto de clavarme una de sus dagas, pero deslicé mi pie por detrás de su talón para hacerlo caer también.

Somos 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora