Capítulo 34|Cena.

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POV Ethan Carter.

Corrí rápidamente por los pasillos de la PATFS aventando a uno que otro agente en el camino, pero al final de cuentas logré llegar a mi destino.

Me detuve enfrente de la puerta para agarrar algo de aire, al final abrí la puerta de golpe.

—¡¿Dónde?! —Mi voz resonó por toda la biblioteca.

—Tranquilo agente Carter. Emma y Henry descubrieron este libro, tienen una solución —me calmó F.

—¡¿Tranquilo?! ¡Que volveré a ver a mi hermana! —grité de felicidad.

Emma empezó a reír, mientras que Henry negaba con la cabeza divertido.

Hace un par de minutos Alex me había avisado que Emma y Henry habían encontrado una solución. No le creí tanto a mi amigo pero era verdad.

Ellos regresarían.

—¿Qué se tiene que hacer? —froté mis manos nervioso.

—Solo necesitamos que toques el portal aquí. Del otro lado Keitlyn hará lo mismo, solo hay... un detalle

—¿Un... detalle? —pregunté curioso.

—Sobre como avisarles que hacer —concluyó Henry—. Ambos no saben que es lo que está pasando.

—¿Qué proponen? —pregunté.

—Hemos estado ojeando el libro y encontré un hechizo para comunicarse a cualquier distancia mentalmente. Blake será el receptor si lo empleamos.

—Necesitamos una mente que soporte la intensidad del hechizo para que comunique el mensaje. Contamos con que Blake soporte también la fuerza y dolor, ya que afecta al que lo emite como el que lo recibe —prosiguió Henry—. Yo... lo haré.

—¿Lo harás tú? —inquirí tratando de hacerle saber que es peligroso.

—Soy un elemento, si lo haces tú o cualquiera su mente se destruiría. Puedo hacerlo —me afirmó.

—¿Y quién hará el hechizo? —preguntó esta vez F.

—Lo haré yo. Se necesita de mucha concentración para hacerlo, pero necesito esto —Emma le dio una lista a F—. ¿Crees poder conseguirlo lo antes posible?

—Haré trabajar a unos cuantos agentes, pero traeré estos materiales para antes de la anochecer.

—Gracias —habló Emma con cansancio.

F le sonrió y después salió por la puerta con la lista.

Esto era lo que queríamos: una solución. Estaba a punto de preguntarles por el libro cuando mi celular sonó.

Lo saqué y con una señal les hice saber a Emma y a Henry que contestaría, solo me di la vuelta para hablar.

—¿Diga?

—¡Ethan! —Esa voz...—. ¡Qué milagro! No me dijiste que cambiaste de número celular. Dime, ¿cómo están tú y Keitlyn?

—Mamá —me aclaré la garganta—. No estés fingiendo interés por ella, sé muy bien que la detestas. ¿A que se debe tu llamada?

—Por mucho que la deteste tu padre no, y me ha pedido un favor.

—El padre de Keitlyn... —me quedé un par de segundos en silencio—. ¿De qué favor hablas?

—Quiere realizar una cena familiar aquí en la casa.

Maldición, no quería asistir. Con todo esto prefería hacer lo posible para salvar a mi hermana que estar sentado en una silla bajo el silencio incómodo que se crea en el comedor.

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