Somos 4

Capítulo 05|Problemas de autocontrol.

Muchos salen un sábado por la tarde a fiestas, antros, se levantan tarde y disfrutan de su día.

Lamentablemente ese no era mi caso. Estaba levantada desde las cinco de la mañana, no había hecho otra cosa más que pasar por muchas máquinas, por pruebas de sangre y de todo, claro, acompañada de Blake.

Por desgracia se había acabado el tiempo de análisis, pensarían que es genial, pero prefería quedarme más tiempo con los científicos y doctores de hace un rato, que ir a una sala de entrenamientos y pasar no se cuentas horas junto al idiota de Alex.

Blake y yo caminábamos hacia la sala de entrenamientos agotados por la pruebas. Gruñí frustrante cuando estábamos a punto de entrar a la sala por donde nos indicó una enfermera.

—¿A que se debe ese sonido? —preguntó Blake.

—Sabes a que se debe.

—¿No te agrada el ejercicio o no te agrada nuestro futuro entrenador? —ladeó la cabeza.

Sonreí.

—Creo que ambos.

Desde hace tiempo estaba totalmente deprimida por el asunto de mis padres y por ahora el reciente caso de que no soy normal. Me agradaba tener ahora un compañero, me agradaba que Blake estuviera aquí.

Ambos entramos riendo por el anterior comentario y nos encontramos con un enojado Alex cruzado de brazos.

¿Por qué estaba enojado? No nos habíamos demorado tanto.

—¿Pasa algo? —preguntó Blake.

—¿Así que les gusta hablar de las personas cuando no están?

Me encogí en mi lugar. Había escuchado lo que dijimos.

—Les recuerdo que las puertas de la sala de entrenamiento no son tan gruesas chicos —dijo seriamente.

Blake y yo nos miramos nerviosamente, podría jurar que él me trataba de decir que huyéramos con la mirada.

—Pero bueno, no saben cómo trabajo, así que ahora lo verán y se darán cuenta del error cometido —sonrió malévolamente.

Agarró una bara de metal rápidamente y se dirigió corriendo hacia nosotros.

—¡Esquívenme! —gritó.

No sabía qué hacer, tenía dos opciones, correr o esperar el impacto. Cerré los ojos cuando lo vi con las manos arriba apunto de golpearme, pero solo sentí la ráfaga de aire que la bara dejó. Abrí los ojos lentamente viendo a Alex observarnos con desaprobación.

—¿Ven? No saben cómo evitar un ataque básico, ni siquiera trabajan en equipo —resopló—. ¿Qué hiciste tú Blake?, viste que estaba apunto de golpear a tu compañera y no hiciste nada.

—Porque sé que no eres capaz de golpearla —respondió firmemente.

—¿Y qué tal si no fuera yo? Si fuera un asaltante o alguien del bando contrario, ella ya estuviera mal herida. ¿Piensas que no la golpearan? Para ellos eso no es complicado —respondió Alex más molesto que antes.

Pude notar la respiración agitada de Blake, estaba claro que estaba enfadado, lo había dejado sin palabras. Debía admitir que Alex tenía razón, si hubiese sido cualquier otro nosotros no estaríamos aquí. Se necesitaba de poder y trabajar en equipo.