Capítulo 09|Decepción.

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—¿Tienen todo? —preguntó en un susurro Blake.

—Si —respondimos de la misma manera Henry y yo.

—Bien, en marcha —habló Blake.

Hace aproximadamente siete horas que había osado todo aquello, en todo el tiempo intentamos convencer a F de mandar otras tropas en busca de mi hermano, pero ella nos salió con que tiene un congreso al cual obedecer. Nos indicó que aguardáramos.

Nos negamos. No se lo dijimos a F en voz alta, ahora éste plan sería solo de tres, los únicos que querían ayudarme en esto.

No incluimos a Alex, él tenía órdenes que seguir al pie de la letra, y sé que si le contamos no se arriesgaría a que nosotros entráramos a terreno enemigo.

Además, nosotros no teníamos que obedecer todo al pie de la letra, técnicamente no éramos oficialmente de la PATFS.

Henry, con sus habilidades pudo encontrar información clasificada de Ethan de la misión a la cual había ido. La carpeta mencionaba clasificación Z. No sabía el significado, pero a juzgar por el escondite y ubicación de la carpeta, debía ser algo grande. También desactivó las cámaras de seguridad, y cambio los horarios de vigilancia, prácticamente hizo que el lugar tuviese las guardias bajas.

¿Cómo? No sé, pero lo logró.

Acordamos que nuestra salida sería por la noche, no habría mucha gente en los pasillos y sería fácil escabullirse.

En este momento nos encontramos en el almacén de armas, agarrando provisiones de flechas, y una arma nueva para Henry. El tomó dos cuchillos grandes, adheribles a las manos, de metal y sigilosas. Él no había entrenado con armas, pero si con su poder, así que contaba con él como sea.

—Henry, noquea al de la derecha, yo al de la izquierda —dijo Blake.

Henry asintió, ambos hicieron lo dicho.

Estábamos en el pasillo principal que conducía a la salida. Aproximadamente ocho pisos arriba ya habíamos noqueado a quienes estuviesen por ahí.

Una vez fuera lancé flechas a las cámaras exteriores que nos podrían captar.

—Corran, puede que alguien nos vea —susurró Henry.

Los tres corrimos por el bosque hasta alguna carretera, Blake tenía el mapa, él nos conducía, yo tenía la carpeta clasificada.

Todo fue tan repentino. No trajimos comida, ni agua, nada. Muchos pensarían que emprender un viaje así sería loco, pero tenía que hacerlo por Ethan. El que Blake y Henry estuvieran aquí conmigo era muy reconfortante, la verdad es que ya les había dicho que podía ir sola, pero se negaron rotundamente.

Después de tres horas caminando abrimos un almacén, que, según Henry, nos serviría de mucho.

—¿Qué hay ahí? —pregunté.

—Digamos que un amigo mío me debía un favor muy grande —sonrío—. Llegó el momento de cobrar ese favor.

Ví hacia el interior, y dentro se encontraban dos motos. Sonreí al verlas. No tendríamos que caminar tanto, y eso me alegraba.

—De acuerdo, solo hay dos. Linda, ¿con quién te irás? —preguntó Henry dirigiéndose a mi.

¿Qué tenía? También podía manejar una, no sabía pero no creía que fuese la gran cosa.

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