Capítulo 76|Búsqueda.

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POV Blake Smith.

Intenté una vez más liberarme de las cadenas que elevaban mis brazos, aprisionándome, pero nada.

Tenía un mal presentimiento de todo. Cuando caí, logré elevar tierra para que el impacto no fuera tan duro, lamentablemente al querer regresar el bastardo de DarkBan me acorraló y me hizo desaparecer. Lo curioso es que lo único que había hecho hasta ahora era mantenerme atado, ni siquiera se había molestado en responderme cuando empecé a insultarlo y amenazarlo.

Lo vi entrar, como siempre con su horrenda capucha. Lanzó algo de energía a las cadenas que me retenían para fortalecerlas, anulaban mis poderes, incluyendo poder leer su mente.

—Libérame. Acabaré contigo —gruñí molesto.

Lo escuché reír. Tan escalofriante, tan... irritante.

—Si los reyes juntos no lo lograron, ¿por qué crees que tú solo si?

—Ahora que por fin me respondes, porque no me contestas a esto: ¿qué quieres conmigo?

—Tengo cierto odio al mundo.

—No me digas —reí incrédulo—. Eso lo sabemos todos. Eres patético, cuando acabemos contigo haré que tú y tu historia sean enterrados para jamás regresar.

—Yo merecía el poder que tienen ustedes.

—¿Sabes que no merecías? —alcé la voz—. ¡La compasión que te dio Angélica! ¡No merecías la familia que dejaste ir!

Sentí de pronto mi estómago arder. Lo miré y me di cuenta que DarkBan se había aproximado a mi tan rápido que me había dejado un corte en el estómago hecha por una daga. No era profunda, y eso me hizo cuestionar; ¿por qué no me estaba hiriendo de gravedad?

Caminó hasta la puerta a pasos lentos. Decidí analizar cualquier cosa con lo que pudiera liberarme, sabía que se iría, necesitaba actuar antes, porque estaba al tanto de lo que él era capaz de hacer. Se detuvo y se giró con una sonrisa en su rostro.

—Dicen que a uno no le importa su dolor mismo —alzó un dedo—, pero como les arde cuando el dolor viene de sus seres amados.

Apreté la mandíbula.

—¡No te atrevas a tocarla, si lo haces yo...!

—Sí —alzó sus manos a la capucha y se la quitó. Chisté y aparté la mirada. Jamás lo habíamos visto, esto era... repugnante—. Le haré mucho daño.

Desapareció y comencé a jalar más de las cadenas sin importarme el daño en mis muñecas, todo era en vano, nada funcionaba.

Tenían energía oscura y yo no podía hacer nada.

Keitlyn, Keitlyn...

Mi mente no dejaba de pensar en ella. Él iba por ella, era evidente que me había provocado y quizá buscaba algo con ello, pero no me importaba nada de eso, no podía salvarla...

Iba a gritar para llamar la atención de quien fuera, pero a lo lejos se escuchó algo estallar, así que me detuve. Pensé que fue algún artefacto dañado, incluso temí de que se tratara de DarkBan, pero en cuanto vi a Scott acompañado de Henry suspiré de alivio.

—Por fin —atajó Henry—. Pensé que jamás te encontraríamos.

—¿Dónde están las chicas? —pregunté desesperado.

Henry y Scott se voltearon a ver algo angustiados.

—En el reino de fuego —respondió Scott.

—Tenemos que salir de aquí. DarkBan se dirige para allá.

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