Capítulo 36|Misma sangre.

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POV Ethan Carter.

El sol se había asomado ya. Todos nos encontrábamos en un campo abierto. Habíamos depositado los pedazos del portal en el suelo. Según el libro que encontraron Emma y Henry, no importaba en donde estuviera el portal, una vez destruido y queriendo reconstruirlo, se podía trasladar a otro lugar, siempre y cuando uno estuviera en una misma posición.

Y yo realmente contaba con que los de haya no lo hayan movido.

—¿Creen que funcione? —preguntó Emma—. No es que sea pesimista, ¿pero y si no funciona? No hay otra cosa aquí que nos ayude a sacarlos, el libro no lo dice todo.

—¿Eso no es sonar pesimista? —recalcó Henry con cansancio—. Hay que verle lo positivo a la vida. ¡Tenemos a Leo y una pista hacia DarkBan! Esto sí es no sonar pesimista.

Emma volteó a ver a Henry amenazadoramente. Henry soltó una carcajada y los ojos de todos se concentraron en los pedazos de portal.

—Espero y regresen. Entrenar solo con dos es adelantar el proceso de entrenamiento. Tiene que ser justo —habló Jordan.

—¿Por qué presiento que no te agradamos? —preguntó Henry en tono de falsa tristeza.

—No es verdad, solo no quiero adelantar el entrenamiento.

—Eso no es cierto —le apuntó con el dedo Emma—. ¿Te agradan más ellos, verdad?

Jordan y Alex vinieron con nosotros para recibir a los chicos. F había ordenado estrictamente que ellos vigilasen y apoyaran como refuerzo en caso de que algo acabase mal.

—Ahora Ethan —pidió Alex cruzándose de brazos.

Llevé mi mano hacia el portal, el cual se reconstruyó completamente. En mi mano parpadeaba una luz, algo que no andaba bien. ¿Por qué solo mi mano y no el portal?

Empecé a sentir un dolor en la mano, que pronto se fue expandiendo hasta mi brazo, era como si me oprimieran y encajaran agujas a la vez.

Mi brazo comenzó a sangrar sin razón alguna, demasiado. ¿Eran efectos secundarios?

—¡¿Qué está pasando, Emma?! —gritó Alex.

—Estoy buscando —respondió casi audiblemente. Paseaba rápidamente con sus dedos las hojas del libro mágico.

—Eso no se ve bien —comentó Jordan—. Ethan basta, quítate.

—No, está funcionando.

El portal empezó a parpadear levemente. Eso para mi era buena señal.

—No creí que si fuera así —susurró Henry.

—¿A qué te refieres? —le cuestionó Alex.

—Dos con la misma sangre. —Henry se golpeó la frente con la palma de su mano—. Ellos son hermanastros.

Esas palabras me cayeron como un balde de agua fría.

Porque era cierto, no era su hermano de sangre, pero deseaba serlo.

—¡Ya es tarde! —grité—. ¿Dónde mierda conseguiremos alguien que tenga la misma sangre que Keit?! ¡Sus padres murieron!

Miré detenidamente el portal, parpadeaba entre tiempos, no completamente, pero indicaba que estaba funcionando.

Lento, pero lo estaba.

No era su sangre, pero si su hermanastro, eso me convertía en su familia. El portal debía saberlo, debía saber que compartimos muchas cosas como para que solo la sangre tenga que definir lo que somos. Ella es mi hermana y punto.

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